
Más de 150 hectáreas de vegetación y zonas de cultivo quedaron devastados por incendios forestales en las regiones de Áncash y Cusco. Comunidades enteras observan cómo las llamas avanzan, destruyendo áreas agrícolas, amenazando viviendas y poniendo en grave peligro tanto a la fauna silvestre como a los habitantes.
La intensidad de los vientos y las condiciones climáticas adversas, tal como advirtió el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), complican las tareas de contención y reavivan el temor a nuevos focos de incendio.
En Áncash, un incendio de gran magnitud arrasó extensos sectores de pastizales y bosques de eucaliptos, afectando no solo a la flora sino también a la fauna local. Las autoridades, en coordinación con bomberos, brigadas comunales y la policía, desplegaron operativos para controlar el avance de las llamas que se aproximaban peligrosamente a zonas habitadas.

Al menos 150 hectáreas resultaron destruidas. Las causas señalan acciones humanas como el intento de quema de pastizales, una práctica habitual entre algunos agricultores que, agravada por las condiciones secas, produce consecuencias desastrosas.
El fuego no solo impacta la cobertura vegetal. En medio de la emergencia, personal del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y agentes policiales lograron rescatar crías de venado cola blanca en Áncash. Estas acciones se realizaron mientras se intervenía a personas involucradas en la tenencia ilegal de ejemplares, un delito que incrementa la presión sobre especies amenazadas por el fuego y la pérdida de su hábitat.
El Cusco afronta también un panorama de riesgo. Las autoridades han alertado un aumento de focos de incendio en julio, con 81 siniestros registrados en lo que va de julio. Aunque junio presentó una disminución, el inicio de agosto dispara la preocupación.

Según responsables locales, la combinación de radiación solar, abundante vegetación seca y vientos cambiantes crea un escenario extremadamente propicio para la aparición y rápida propagación del fuego. Las autoridades han intensificado la vigilancia y exigen a la población abstenerse de cualquier quema para evitar daños a la salud y mayores pérdidas materiales.
Alerta meteorológica
El Senamhi ha difundido una advertencia sobre las condiciones de sequía que influyen en la propagación de incendios en amplias zonas de la selva peruana, en especial en la región Amazonas. La ausencia de lluvias relevantes y los bajos niveles de humedad favorecen el desarrollo y la expansión de nuevos focos.
Las imágenes satelitales recientes confirman la presencia de numerosos puntos calientes en departamentos como Madre de Dios, Junín y San Martín.
Amazonas, aunque con menor cantidad de emergencias, enfrenta similares riesgos. Las altas temperaturas, la falta de precipitaciones y la variación en la dirección de los vientos aumentan la posibilidad de que cualquier incendio se extienda con rapidez a otras áreas boscosas.

Las evaluaciones reportan una cobertura pluvial irregular en la Amazonía. Salvo en el noreste de Loreto, donde se presentan lluvias esporádicas, el resto del territorio se mantiene bajo déficit de humedad, lo cual deja a la vegetación susceptible a incendios espontáneos.
Los vientos, acercándose a velocidades de 12 kilómetros por hora, en ocasiones se intensifican por tormentas eléctricas, alcanzando ráfagas superiores a 35 kilómetros por hora. Esta situación favorece la diseminación repentina del fuego, desafiando los esfuerzos de brigadistas y organismos de respuesta.
El Senamhi prevé que estas condiciones meteorológicas adversas se mantendrán al menos hasta la próxima actualización. Las entidades encargadas, como el Serfor y la misma institución meteorológica, destacan que los focos térmicos no se limitan a la Amazonía: departamentos de la sierra y la costa, incluidos La Libertad, Puno, Ayacucho y Ucayali, muestran un aumento de anomalías asociadas al calor y la sequedad.

Especialistas destacan que la proliferación de incendios no responde únicamente a causas naturales, sino que la intervención humana resulta determinante. El uso de fuego para la renovación agrícola o actividades rurales incrementa los riesgos bajo las actuales condiciones atmosféricas.
Ante esta realidad, el Senamhi insta a la ciudadanía a evitar encender fogatas, realizar quemas sin autorización o ejecutar cualquier acción que implique la presencia de llamas en áreas secas.