
Sudamérica podría convertirse en el epicentro mundial del cobre, con una participación que podría alcanzar el 65% de la oferta global en los próximos años, impulsada por la entrada de nuevos actores como Argentina y Ecuador. Esta proyección, presentada por Jorge Soto Yen durante el Jueves Minero del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), subraya la relevancia estratégica de la región en el contexto de la transición energética y la creciente demanda internacional del metal.
En ese escenario, Perú se perfila como un actor clave, con la posibilidad de elevar su producción de cobre fino hasta 4,5 millones de toneladas métricas para el año 2035, siempre que logre consolidar los proyectos actualmente en cartera. Así lo afirmó Soto Yen, exdirector general de Minería del Ministerio de Energía y Minas (Minem), quien advirtió que el país enfrenta una oportunidad única para capitalizar el ciclo alcista de precios del cobre, pero también desafíos estructurales que podrían limitar su competitividad.
Perú busca consolidarse como potencia mundial del cobre: ¿Qué falta?
El especialista detalló que iniciativas como Coroccohuayco, Zafranal, La Granja, Michiquillay y la tercera fase de Las Bambas podrían aportar 900.000 toneladas adicionales de cobre en la próxima década. Este incremento permitiría a Perú consolidarse como uno de los principales productores mundiales, en un contexto donde la producción global podría alcanzar 50 millones de toneladas métricas finas hacia 2050.
Según Soto Yen, “el panorama es muy positivo desde el punto de vista del potencial minero”, aunque matizó que este optimismo depende de la capacidad del país para resolver obstáculos regulatorios y administrativos.

Uno de los principales retos identificados por el exdirector del Minem es la discrecionalidad en la evaluación de proyectos mineros, un factor que introduce incertidumbre para los inversionistas y ralentiza la puesta en marcha de nuevas operaciones.
Soto Yen explicó que la falta de capacitación técnica entre los funcionarios públicos afecta la revisión de expedientes, lo que se traduce en demoras y en una percepción de inseguridad jurídica. “No hay malos funcionarios, pero sí una falta de capacitación que afecta el enfoque con el que se revisan los expedientes”, afirmó durante su intervención en el evento del IIMP.
Cobre, clave en la transición energética y Sudamérica toma protagonismo
A este desafío se suma la necesidad de modernizar los procesos internos del Minem, que, según Soto Yen, continúan anclados en metodologías técnicas desactualizadas. El también presidente del Capítulo de Ingeniería de Minas CD Lima CIP subrayó que los proyectos mineros actuales requieren una gestión pública ágil y profesionales formados en herramientas de gestión moderna.
“Los proyectos actuales cuentan con una ingeniería mucho más avanzada y demandan una gestión pública ágil, con profesionales capacitados en herramientas de gestión moderna”, puntualizó.

El contexto internacional refuerza la urgencia de estas reformas. La demanda global de cobre, impulsada por la transición energética y la electrificación de la economía, ha elevado el precio del metal de manera sostenida en cada década. Soto Yen recordó que Sudamérica representa actualmente el 42% de la producción mundial de cobre, y que la región tiene la posibilidad de incrementar significativamente su cuota de mercado con la incorporación de nuevos países productores.
En este marco, el exdirector del Minem insistió en que Perú no puede permitirse perder competitividad frente a otros países de la región. La consolidación de los proyectos en cartera y la modernización de la gestión pública serán determinantes para que el país aproveche el actual ciclo de precios y mantenga su posición en el mercado global del cobre.