Esta es la fruta que regula el azúcar en la sangre, reduce el colesterol y previene el estreñimiento

Más allá de su pulpa jugosa y sabor refrescante, esta fruta reúne compuestos bioactivos que la convierten en una aliada para la salud metabólica y digestiva

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Los polifenoles y flavonoides presentes
Los polifenoles y flavonoides presentes en la piel y la pulpa de la tuna mejoran la sensibilidad a la insulina (Sport City)

La prevalencia de enfermedades metabólicas y digestivas en el Perú ha crecido de manera alarmante en los últimos años. Según el Ministerio de Salud (Minsa), aproximadamente el 7,2 % de los adultos peruanos vive con diabetes, una cifra que se ha mantenido en ascenso debido al sedentarismo y a dietas poco equilibradas. Por su parte, el Seguro Social de Salud (EsSalud) reporta que alrededor del 30 % de sus asegurados presentan niveles elevados de colesterol en sangre, lo cual aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Además, los problemas digestivos como el estreñimiento afectan a más del 15 % de la población adulta, impactando la calidad de vida y el bienestar general. Frente a este panorama, incorporar frutas y alimentos funcionales es una estrategia clave para prevenir y controlar estas afecciones. Una de las más accesibles y versátiles es la tuna.

En el Perú, el cultivo de esta fruta ha cobrado auge, especialmente en la costa y sierra central, gracias a su resistencia y bajo costo de producción. Más allá de su pulpa jugosa y sabor refrescante, la tuna reúne compuestos bioactivos que la convierten en una aliada para la salud metabólica y digestiva.

La tuna regula el azúcar en la sangre

A diferencia de laxantes químicos,
A diferencia de laxantes químicos, la tuna ejerce un efecto fisiológico y natural, sin causar dependencia ni alterar la flora intestinal (Sputnik Mundo)

La tuna es rica en fibra soluble, principalmente pectina y mucílagos, que retrasan el vaciamiento gástrico y modulan la absorción de glucosa en el intestino. Al consumir tuna, se producen picos de glucemia menos pronunciados después de las comidas, lo que ayuda a mantener niveles de azúcar más estables a lo largo del día. Además, los polifenoles y flavonoides presentes en la piel y la pulpa de la tuna mejoran la sensibilidad a la insulina, facilitando que las células capten y utilicen la glucosa de manera eficiente. Estos efectos combinados hacen de la tuna una fruta indicada tanto para prevenir la diabetes tipo 2 como para apoyar su manejo en personas ya diagnosticadas.

La tuna reduce el colesterol

Otro beneficio destacado de la tuna es su capacidad para disminuir los lípidos plasmáticos, en especial el colesterol “malo” (LDL). La fibra soluble actúa como captadora de ácidos biliares en el intestino, promoviendo su excreción y obligando al hígado a usar colesterol circulante para sintetizar nueva bilis. De esta forma, se reducen las concentraciones de LDL en sangre. Por otro lado, los antioxidantes, como la vitamina C, los betalaínas y los flavonoides, previenen la oxidación del colesterol LDL, un paso clave en la formación de placas ateroscleróticas. Consumir tuna de manera regular, ya sea fresca o en jugos, puede traducirse en reducciones significativas de colesterol total y LDL, contribuyendo a la salud cardiovascular.

La tuna previene el estreñimiento

La fibra dietética de la tuna no solo interviene en el control de glucosa y lípidos, sino que también favorece la motilidad intestinal. La combinación de fibra insoluble (que añade volumen a las heces) y fibra soluble (que forma geles que retienen agua) facilita el tránsito intestinal y suaviza las deposiciones. Esto es especialmente beneficioso para quienes sufren estreñimiento crónico, pues promueve evacuaciones regulares y reduce la sensación de hinchazón abdominal. A diferencia de laxantes químicos, la tuna ejerce un efecto fisiológico y natural, sin causar dependencia ni alterar la flora intestinal.

Cómo consumir la tuna

Se recomienda consumir al menos
Se recomienda consumir al menos 1 o 2 piezas de tuna medianas tres veces por semana (iStock)

La versatilidad de la tuna permite disfrutarla de múltiples formas:

  1. Al natural: corta la fruta con cuidado para retirar las semillas y la cáscara, y consume la pulpa directamente.
  2. En jugo o licuado: licúa la pulpa con un poco de agua y, si deseas, añade unas gotas de limón para potenciar su frescura.
  3. En ensaladas: combina trozos de tuna con verduras frescas y un aderezo ligero de aceite de oliva y vinagre.
  4. En salsas: cocina la pulpa con cebolla, ají y especias al gusto, ideal para acompañar carnes magras o pescados.
  5. En postres saludables: úsala como topping para yogur natural o en gelatinas caseras endulzadas con stevia o miel.

Se recomienda consumir al menos 1 o 2 piezas de tuna medianas tres veces por semana para aprovechar sus efectos preventivos, siempre dentro de un plan de alimentación equilibrado.