Milagro médico en Perú: niño de 3 años sobrevive tras extracción de metal que perforó su cerebro

Dylan jugaba cerca de su casa en Ayacucho cuando un objeto punzocortante le atravesó el cráneo. Fue trasladado de emergencia al Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja, donde neurocirujanos lograron salvarle la vida con una intervención de alto riesgo

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Composición: Infobae Perú
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Una historia que pudo terminar en tragedia ha conmovido a todo el país. Un niño de apenas 3 años, identificado como Dylan, sufrió un grave traumatismo craneoencefálico penetrante luego de que un objeto metálico se le incrustara en la cabeza por encima del ojo derecho mientras jugaba cerca de su vivienda en el distrito de Carhuanca, provincia de Vilcashuamán, región Ayacucho.

El accidente ocurrió cuando el menor manipuló material de construcción abandonado en un desmonte y este le cayó encima. Tras ser atendido inicialmente en el Hospital Regional de Ayacucho, Dylan fue referido de emergencia al Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja (INSN San Borja), donde ingresó con riesgo inminente de perder la vista, sufrir secuelas neurológicas irreversibles o incluso fallecer.

La rapidez en la atención y la experiencia del equipo médico marcaron la diferencia: gracias a una compleja operación de neurocirugía, realizada días después del accidente, el menor no solo sobrevivió, sino que hoy ha vuelto a caminar, sonreír y hablar.

El proyectil ingresó al cerebro del menor a través de su ojo derecho

Composición: Infobae Perú
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El equipo de neurocirujanos del INSN San Borja, liderado por el doctor José Flores Sánchez, llevó a cabo una delicada intervención quirúrgica que duró cerca de tres horas, en la que se extrajo un objeto metálico de 10 centímetros incrustado profundamente en el cerebro del menor. El proyectil ingresó a través de la órbita del ojo derecho, desplazando huesos y tejidos, hasta llegar a la región de los ganglios basales, una de las zonas más sensibles del sistema nervioso central.

“El objeto ingresó a la cavidad intracraneal a través de la órbita del ojo, en el borde superior, desplazando las estructuras y el techo de la órbita, perforando la dura madre y llegando a una zona profunda del cerebro, en la región de los ganglios basales del lado contralateral”, explicó el especialista.

El doctor indicó que en la mayoría de casos similares, los pacientes con un trauma craneoencefálico tan profundo no sobreviven al impacto inicial o, en el mejor de los escenarios, quedan con daños neurológicos severos e irreversibles. En el caso de Dylan, las probabilidades estaban aún más en su contra, ya que la cirugía se realizó varios días después del accidente, debido a las dificultades para trasladarlo desde su comunidad rural en Ayacucho hasta la capital.

Esta demora incrementó el riesgo de complicaciones, como infecciones, hemorragias internas o inflamación cerebral. Sin embargo, contra todo pronóstico, el menor resistió ese tiempo crítico hasta su ingreso al hospital especializado, donde fue intervenido de emergencia para evitar un desenlace fatal.

INSN San Borja realizó cirugía de alto riesgo para extraer objeto punzocortante del cerebro

El menor llegó con 24
El menor llegó con 24 fracturas en el rostro producto de una brutal agresión tras resistirse a un asalto.

Durante la operación se realizó una craneotomía, abriendo el cráneo con incisión suboccipital y utilizando técnicas de microcirugía para reparar estructuras cerebrales y minimizar el sangrado.

Tras la intervención, Dylan fue ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde recibió tratamiento para reducir la inflamación cerebral, prevenir infecciones y manejar el riesgo de secuelas. La recuperación ha sido progresiva y constante, gracias al acompañamiento de rehabilitación neurológica intensiva.

Su madre, Lidia Rojas Huaraca, madre soltera y residente de una comunidad rural, agradeció entre lágrimas a los médicos por devolverle la vida a su hijo, quien quedó hemipléjico tras el accidente, pero ha mostrado avances notables. Lidia también considera a Dylan un “milagro” desde su nacimiento, ya que fue concebido a sus 39 años, contra todo pronóstico médico debido a un mioma que le impedía quedar embarazada.

El Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja se ha consolidado como referencia en procedimientos quirúrgicos de alta complejidad, con más de 55 mil operaciones en casos de malformaciones congénitas, tumores cerebrales, trasplantes pediátricos y lesiones neurológicas graves, salvando vidas como la de Dylan todos los días.