“¿Cuándo va a ocurrir el sismo?”: IGP da rotunda respuesta ante posible terremoto en la costa de Perú

Hernando Tavera, presidente de la institución, subrayó que Lima no experimenta un terremoto desde 1974 y alertó por las numerosas viviendas autoconstruidas que son un gran riesgo ante un fuerte movimiento telúrico

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El Segundo Simulacro Nacional Multipeligro
El Segundo Simulacro Nacional Multipeligro tendrá lugar en la fecha del sismo de Ica del 2007. - Crédito Andina

La pregunta que los peruanos se hacen cada vez que la tierra tiembla es directa y angustiante: ¿cuándo ocurrirá el gran sismo? La inquietud se repite en Lima Metropolitana, Callao y otras ciudades cercanas al litoral, especialmente tras movimientos telúricos recientes que, aunque de baja magnitud, reavivan el temor a un terremoto devastador. El Instituto Geofísico del Perú (IGP) respondió contundentemente.

Hernando Tavera, presidente del IGP, fue tajante al explicar los alcances de la ciencia en la actualidad. “La población a veces quiere saber con precisión cuándo va a ocurrir el sismo. Lamentablemente la ciencia no llega a ese nivel de información. Lo que la ciencia sí ha logrado es el camino hacia el pronóstico”, afirmó durante una entrevista con La Noticia Perú.

El especialista remarcó que, si bien es imposible predecir el momento exacto de un sismo, sí se han logrado avances importantes para identificar zonas donde podrían ocurrir terremotos de gran magnitud. En el caso del Perú, esa área de riesgo está ubicada frente a la costa central, donde, según el IGP, hay una franja de más de 300 kilómetros que estaría acumulando energía.

Una de las zonas que
Una de las zonas que serían más afectadas ante un sismo en la costa peruana sería el acantilado de la Costa Verde. (AFP)

Lima y su frágil infraestructura

Tavera recordó que Lima no experimenta un terremoto desde 1974, pero que esto no significa que esté libre de peligro. Por el contrario, indicó que la capital se encuentra en una situación preocupante debido a la manera en que se ha expandido en las últimas décadas. Muchas construcciones, señaló, se han levantado sin asesoría técnica y sobre suelos de baja calidad o inestables.

“En Villa El Salvador, principalmente en Lomo de Corvina, los suelos son muy inestables. Lo mismo ocurre en algunas zonas de Villa María del Triunfo. En Ventanilla, hay presencia de agua y las casas se han levantado sobre rellenos”, advirtió.

A esto se suma la ocupación de riberas de ríos y quebradas de cerros por viviendas autoconstruidas, en muchos casos sin planificación urbana ni asesoramiento profesional.

Conoce que sucedería con los
Conoce que sucedería con los edificios en la Costa Verde en caso de un terremoto de magintud 8. (Foto: Infobae Perú/Agencia Andina)

¿Qué tan preparados estamos?

Para el jefe del IGP, la preparación ante sismos debe comenzar con una evaluación individual y familiar. Propone tres pasos básicos: revisar la calidad del suelo, verificar la estructura de la vivienda y considerar su ubicación geográfica. Además, insiste en la importancia de la educación preventiva y la realización de simulacros familiares.

“En Lima, solamente el 30 % de la población participa en los simulacros organizados. Eso demuestra un nivel muy bajo de cultura de prevención. Y eso, sumado a las malas condiciones de vivienda, incrementa el riesgo”, señaló Tavera.

Otro de los puntos abordados fue el sistema de alerta temprana que el gobierno peruano espera implementar próximamente. Aunque se ha anunciado que podría estar operativo hacia finales de año, Tavera aclaró que este sistema no predice sismos, sino que detecta que ya ocurrieron y permite ganar algunos segundos antes de que las ondas lleguen a una zona determinada.

Este margen puede ser vital en ciudades alejadas del epicentro. “Si este sistema hubiera funcionado en el año 2007, cuando ocurrió el sismo de Pisco, el tiempo de alerta para Lima hubiera llegado con 30 o 35 segundos. Pero para Pisco habría sido cero”, explicó. En el caso de un sismo frente a Lima, el tiempo de alerta sería de apenas 4 o 5 segundos en la Plaza de Armas, insuficiente para reaccionar si no se está preparado.

Costa Verde y otras zonas críticas

Tavera también fue consultado sobre los acantilados de la Costa Verde, donde en los últimos años se han desarrollado importantes obras de infraestructura. Según señaló, incluso sin sismos, ya se han producido desprendimientos de materiales por erosión, viento o humedad. “No se necesita un estudio especializado para entender el nivel de riesgo que puede haber de manera puntual en cada uno de los distritos”, afirmó.

Frente a todas estas advertencias, Tavera destacó que la solución no pasa solo por las autoridades ni por esperar que alguien más tome las decisiones. El especialista hizo un llamado a la responsabilidad ciudadana: revisar dónde y cómo se construyen las viviendas, promover una cultura de prevención y organizar simulacros en casa, en familia, son acciones que están al alcance de todos.

“No ganamos nada fiscalizando cuando una vivienda ya está construida. La cultura de prevención debe nacer de nosotros mismos”, sentenció.

Chile sufre una seguidilla de
Chile sufre una seguidilla de sismos desde hace unos días y hay preocupación de parte de sus autoridades por la llegada de un gran terremoto. (Composición: Infobae Perú)

¿Qué se debe llevar en una mochila de emergencia?

Ante un terremoto u otro desastre, contar con una mochila de emergencia puede marcar la diferencia durante las primeras 24 horas. Esta debe estar equipada con elementos básicos que ayuden a sobrellevar la situación hasta recibir ayuda o encontrar un refugio seguro. Además de suministros generales, es clave tener en cuenta las necesidades particulares de cada integrante de la familia.

Elementos imprescindibles:

  • Agua potable: Se recomienda al menos dos litros por persona, preferentemente en botellas sin gas.
  • Comida no perecible: Conservas, barras energéticas, frutos secos, chocolate y alimentos de larga duración.
  • Primeros auxilios: Un botiquín que incluya gasas, vendas, cinta adhesiva médica, desinfectantes, analgésicos y medicamentos recetados de uso continuo.
  • Higiene personal: Jabón, papel higiénico, toallas húmedas, cepillo y pasta dental.
  • Vestimenta y abrigo: Ropa interior limpia, un par extra de medias, una casaca, manta térmica o frazada ligera.
  • Fuente de luz: Linterna con pilas de repuesto para enfrentar apagones.
  • Radio a pilas: Fundamental para recibir información oficial durante una emergencia.
  • Efectivo: Billetes y monedas que puedan usarse si los sistemas digitales no funcionan.
  • Necesidades particulares: Pañales, fórmula para bebés, medicamentos específicos o suplementos para adultos mayores.
  • Herramientas útiles: Un encendedor, silbato de emergencia, cuchilla multiusos y cuerda resistente.
  • Bolsas plásticas: Útiles para guardar objetos, separar residuos o improvisar protección contra la lluvia.
  • Mascarillas: Para protegerse de humo, polvo o contaminantes.

Es fundamental revisar esta mochila cada cierto tiempo y reemplazar los artículos que puedan caducar o deteriorarse. Además, debe estar en un lugar visible y de fácil acceso para facilitar su uso en caso de evacuación inmediata.