Miles de fieles y turistas se congregan este 19 de junio en la ciudad del Cusco para vivir una de las celebraciones más antiguas y representativas de su calendario: el Corpus Christi, fiesta religiosa que mezcla rito católico, herencia inca y devoción popular.
Desde antes del amanecer, la Plaza de Armas cusqueña se convierte en un espacio sagrado y festivo, donde quince imágenes veneradas —entre santos y vírgenes— salen en procesión para rendir homenaje al Cuerpo de Cristo, en una tradición que ha perdurado por más de cuatro siglos.
¿Qué significado tiene el Corpus Christi en la tradición católica?
El Corpus Christi es una solemnidad religiosa dedicada al culto público de la Eucaristía. Su origen se remonta a la Edad Media, cuando la Iglesia decidió instaurar una jornada especial para exaltar la presencia de Cristo en el sacramento del altar. Declarado Patrimonio Cultural de la Nación, este evento forma parte esencial del mes jubilar de la ciudad y convoca no solo a fieles locales, sino también a visitantes nacionales y extranjeros que acuden para presenciar el sincretismo vivo entre lo católico y lo andino.

La celebración está marcada por misas solemnes y procesiones en las que se traslada el cuerpo consagrado de Cristo por las calles, en medio de cantos y oraciones. No obstante, en el caso de Cusco, este marco eucarístico se amplía para incluir elementos culturales, sociales y simbólicos que no están presentes en otras regiones del mundo.
¿Cuáles son los orígenes de esta celebración en la capital histórica del Perú?
La festividad tiene más de 400 años de historia en el Cusco. Según cronistas e historiadores, sus raíces se conectan con un antiguo ritual incaico que antecedía al Inti Raymi. En esa ceremonia prehispánica, se sacaban en procesión las momias de los soberanos, como símbolo de conexión con el mundo espiritual y con el sol, divinidad suprema del Tahuantinsuyo.
Durante la colonización, la Iglesia Católica adaptó estas prácticas a su propia liturgia, reemplazando las figuras ancestrales por imágenes cristianas. Así, surgió el Corpus Christi tal como hoy se conoce: una procesión encabezada por la Custodia —una estructura de plata y oro que porta la hostia consagrada— seguida de figuras religiosas que representan a distintas parroquias del Cusco. La transición no borró lo anterior, sino que dio paso a una forma nueva de expresar lo sagrado.

¿Qué elementos hacen única esta festividad en la capital histórica del Perú?
A diferencia de otras ciudades donde el Corpus Christi conserva un formato estrictamente eclesiástico, en Cusco la ceremonia adquiere una dimensión comunitaria y simbólica mayor. La festividad no solo reúne a miles de personas, sino que revela una estructura organizativa sostenida por hermandades, mayordomos y familias devotas que se turnan responsabilidades de generación en generación.
Durante la procesión, las imágenes religiosas avanzan en andas ornamentadas, entre músicas de banda, danzas típicas y trajes bordados. El orden de las figuras, los recorridos, los ornamentos y hasta las melodías tienen un significado ritual. Más que una demostración de fe, el Corpus Christi es un espacio donde lo indígena y lo católico se manifiestan al unísono, dejando ver una compleja red de simbolismos que trasciende el acto religioso.
¿Qué sucede hoy 19 de junio en el día central del Corpus Christi?

Este día se lleva a cabo el momento más importante de toda la festividad. Las actividades principales del día central en Cusco se desarrollan de la siguiente manera:
- Misa central en la Catedral del Cusco: La jornada inicia con una solemne eucaristía presidida por el arzobispo de la ciudad. Participan autoridades religiosas, devotos, mayordomos y feligreses.
- Procesión de la Custodia: Finalizada la misa, sale en procesión la Custodia, una pieza de plata y oro que contiene una hostia consagrada de gran tamaño, símbolo del Cuerpo de Cristo. Esta es llevada sobre una carroza especial conocida como templete.
- Desfile de imágenes sagradas: Quince imágenes de santos y vírgenes —provenientes de distintas parroquias de Cusco— acompañan el recorrido. Las figuras avanzan en andas adornadas, portadas por fieles que muchas veces caminan descalzos como muestra de fe.
- Recorrido por la Plaza de Armas: Toda la procesión bordea el perímetro de la Plaza de Armas, entre cánticos, música tradicional y la presencia de cientos de personas que se congregan para observar o participar.
- Retorno a la Catedral: Al concluir el recorrido, la Custodia y las imágenes vuelven al interior de la Basílica Catedral, donde permanecerán hasta el día de la octava, cuando serán devueltas a sus parroquias de origen.
- Celebración popular: Paralelamente a los actos litúrgicos, se vive una gran festividad en las calles, con venta de comidas típicas como el chiriuchu, danzas, bandas de música y expresiones culturales que reflejan la identidad viva del Cusco.



