Estas son las dos franjas del Perú que quedarían en ruinas tras un terremoto, según el Colegio de Ingenieros: ocupan varios departamentos

Estas zonas, donde no se han registrado grandes terremotos en más de un siglo, acumulan energía tectónica que podría liberarse en cualquier momento con consecuencias devastadoras. ¿La gente ahí debería subir a los techos?

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El sismo de magnitud 6.1
El sismo de magnitud 6.1 evidenció la alta vulnerabilidad de Perú frente a desastres naturales y zonas de silencio sísmico.

El reciente sismo de magnitud 6.1 en la costa peruana ha reavivado las preocupaciones sobre el riesgo sísmico en el país, especialmente en zonas de “silencio” donde la acumulación de energía tectónica podría desencadenar terremotos devastadores. Según el Instituto Geofísico del Perú (IGP), el movimiento telúrico ocurrió el domingo 15 de junio a las 11:35 a.m., con epicentro a 30 kilómetros al suroeste del Callao y una profundidad de 49 kilómetros. Este evento ha puesto en alerta a la población y ha reabierto el debate sobre la preparación y vulnerabilidad del país frente a desastres naturales.

En una entrevista concedida a Infobae Perú, el ingeniero civil Miguel Estrada Mendoza, presidente del capítulo de Ingeniería Civil del Consejo Departamental de Lima del Colegio de Ingenieros del Perú (CIP), explicó que el Perú enfrenta un alto riesgo sísmico debido a tres factores principales: la amenaza constante de sismos, la exposición de la población en zonas vulnerables y la fragilidad de las edificaciones, muchas de las cuales han sido construidas sin supervisión técnica. Estrada destacó que entre el 70% y el 80% de las viviendas en el país son producto de la autoconstrucción, lo que incrementa significativamente su vulnerabilidad ante un terremoto.

Las dos franjas críticas para un terremoto devastador en el Perú

En el marco de la Semana de la Ingeniería del CIP, el experto señaló que el Perú se encuentra en una región de alta actividad sísmica debido a la interacción de las placas tectónicas de Nazca y Sudamérica, lo que genera movimientos diarios, aunque muchos de ellos no son perceptibles. Además, identificó dos franjas críticas de “silencio sísmico” en el país: una entre Lima y Chimbote, y otra entre Tacna y Arica, en la frontera con Chile. Estas zonas, donde no se han registrado grandes terremotos en más de un siglo, acumulan energía tectónica que eventualmente será liberada, posiblemente a través de sismos de gran magnitud.

Estrada recordó el devastador terremoto de 1746, que afectó gravemente al Callao y generó un tsunami que arrasó con gran parte de la zona costera. Según los estudios históricos, este evento tuvo una magnitud estimada entre 8.5 y 8.7. “Un sismo de esta magnitud podría repetirse en cualquier momento”, advirtió el ingeniero, subrayando la necesidad de preparación tanto a nivel técnico como social.

El Callao, epicentro del reciente
El Callao, epicentro del reciente sismo, protagonizó un evento telúrico que reaviva temores de futuros terremotos.

¿Y las zonas más vulnerables de Lima? La Universidad Agraria, por ejemplo

En cuanto a las áreas más vulnerables dentro de Lima, Estrada mencionó que los distritos con mayor concentración de viviendas informales, ubicados en las periferias al norte, sur y este de la ciudad, serían los más afectados en caso de un terremoto. Además, destacó la importancia del tipo de suelo en la amplificación de las ondas sísmicas. Por ejemplo, zonas como Villa El Salvador, Chorrillos y los pantanos de Villa presentan suelos blandos o arenosos que podrían licuarse durante un sismo, causando el colapso de edificaciones. En el caso de áreas costeras como La Punta, San Miguel y Magdalena, el riesgo se ve agravado por la posibilidad de tsunamis.

“El suelo es un factor muy importante al momento de ver los efectos del sismo. En la zona llamada Tambo de Mora (Pisco) hubo una zona que se licuó, es decir, pasó de sólido a líquido. Habían viviendas de adobe a menos de un kilómetro y no se hundieron. ¿Por qué? Por el tipo de suelo. Pero en Lima también tenemos tipos de suelos: por ejemplo, en el centro de La Molina, la Municipalidad, la Universidad Agraia, etc, está sobre en suelo blando. Cuando ocurre un sismo, las ondas se amplifican en los suelos blandos. En Villa El Salvador tenemos Lomo de Corvina, que realmente es una duna que se ha formado durante miles de años. Ahora hay viviendas allí. Entonces, en el caso de un sismo, sus tuberías de agua y desagüe van a colapsar“, relató el experto.

El ingeniero también enfatizó la importancia de los simulacros y la educación de la población para reducir el impacto de los desastres. Aunque el gobierno está implementando un sistema de alerta temprana que enviará notificaciones a los celulares en caso de sismos o tsunamis, Estrada advirtió que este sistema será inútil si la población no sabe cómo reaccionar ante las alertas. “Es crucial que las personas conozcan las rutas de evacuación y los lugares seguros”, afirmó.

Las zonas de silencio sísmico,
Las zonas de silencio sísmico, como las franjas Lima-Chimbote y Tacna-Arica, concentran riesgos de sismos devastadores.

Sismo de magnitud 6.1 en Perú expone su poca preparación ante desastres

En el ámbito de la construcción, Estrada subrayó la necesidad de realizar análisis de suelo adecuados, diseños estructurales rigurosos y procesos constructivos supervisados para garantizar la resistencia de las edificaciones. Aunque reconoció que reforzar todas las viviendas informales del país sería un proceso costoso y prolongado, sugirió que se podrían implementar medidas para proteger al menos una zona de las viviendas, que sirva como refugio seguro durante un sismo.

Fuera de Lima, las regiones más expuestas incluyen Áncash, Arequipa, Moquegua y Tacna, así como el norte de Chile. Estas áreas, al igual que la capital, se encuentran en las mencionadas zonas de “silencio sísmico” y podrían experimentar terremotos de gran magnitud en el futuro. Estrada recordó el terremoto de 2001 en el sur del Perú, que afectó gravemente a Arequipa, Moquegua y Tacna, y generó un tsunami en Camaná. Este evento liberó parte de la energía acumulada en la región, pero otras áreas aún permanecen en riesgo.

En esta línea, el doctor en ingeniería hizo un llamado a las autoridades locales, especialmente a las municipalidades, para que refuercen la fiscalización del uso del suelo y combatan el tráfico de terrenos, que contribuye al desarrollo desordenado y vulnerable de las ciudades. “La responsabilidad de las municipalidades es clave para evitar que más personas construyan en zonas de alto riesgo”, concluyó.

El ingeniero Miguel Estrada también
El ingeniero Miguel Estrada también ha sido ministro de Vivienda del Perú.

Comenzó el terremoto, ¿subimos al techo? Esto dice el Colegio de Ingenieros

Pero Estrada también se dio tiempo para abordar las medidas de seguridad que deben tomarse durante un sismo, dependiendo del tipo de edificación en el que se encuentren las personas. Estrada destacó que el comportamiento adecuado varía significativamente entre edificios altos y viviendas informales, debido a las diferencias en diseño y resistencia estructural.

En el caso de los edificios altos, Estrada explicó que estas estructuras, si han sido diseñadas y construidas correctamente, cuentan con zonas seguras que deben ser identificadas previamente. “En un edificio alto, lo que hay que hacer es buscar las zonas seguras, como las cercanas a la caja del ascensor, que es una estructura muy rígida y resistente”, señaló el ingeniero. Además, recomendó alejarse de ventanas y elementos que puedan desprenderse de los techos, como luminarias o decoraciones, para minimizar el riesgo de lesiones.

Por otro lado, el experto subrayó que las viviendas informales, que suelen ser de uno a tres pisos y carecen de un diseño estructural adecuado, presentan una alta vulnerabilidad ante los sismos. En estos casos, “no hay que pensarlo dos veces, hay que evacuar inmediatamente y salir a la calle, alejándose de posibles escombros que puedan caer por el colapso de estas edificaciones”, enfatizó Estrada. Este tipo de construcciones, comunes en muchas zonas urbanas y rurales del Perú, representan un desafío significativo en términos de seguridad sísmica. Por tanto, enfatizó, no se debe subir al techo.