
¡Once años sin solución! El ingreso a lo que fue proyectado como el nuevo Centro de Salud de Cachicoto presenta una imagen que poco tiene que ver con un recinto médico. A través de sus puertas corroídas, se asoma un ambiente en silencio, roto apenas por el eco de alas en vuelo y el chirrido de óxido. El olor a humedad marca cada paso. Adentro, la cuna de neonato, pensada para recibir recién nacidos, alberga los restos secos de un murciélago muerto. No hay doctores, ni enfermeras, ni pacientes. No hay servicio. Solo quedan paredes sin mantenimiento, equipos inutilizados y un edificio que nunca llegó a cumplir su función.

En el papel, la obra representa una inversión pública de más de 11 millones de soles. En la práctica, es un espacio inactivo, que no brinda atención médica desde hace más de nueve años. La Contraloría General de la República advirtió que el establecimiento se encuentra en estado crítico. El abandono de sus instalaciones, la corrosión de sus sistemas electromecánicos y el deterioro visible de su infraestructura lo convierten en un lugar de riesgo para cualquier persona que se acerque.
A pesar del tiempo transcurrido y del dinero comprometido, los más de seis mil pobladores del distrito de Monzón continúan sin acceso a un servicio de salud adecuado.
El caso se agrava por el hallazgo de costoso equipamiento médico en estado de abandono. Incubadoras, equipos de fototerapia, rayos X y aparatos odontológicos permanecen en un ambiente cerrado, cubiertos de polvo y sin uso.
Se estima que el valor de estos instrumentos asciende a S/ 1.75 millones. Todo ello se mantiene en un recinto ubicado en una zona calificada de alto riesgo no mitigable, al pie de un monte que amenaza la estabilidad de la construcción.
Se compraron equipos hace más de diez años, pero nunca llegaron a usarse. Algunos de los aparatos presentan daños visibles, mientras que otros podrían haber quedado obsoletos.
Murciélagos en la maternidad

Una visita reciente de auditores de la Contraloría reveló el panorama con detalles inquietantes. Según el Informe de Visita de Control Específico N.º 4105-2025-CG/SALUD-SVC, en el ambiente destinado a la atención materna se encontró un murciélago muerto dentro de una cuna de neonato. El informe describe que el lugar presenta techos con pintura desgastada, canaletas de drenaje obstruidas, rampas oxidadas y buzones de electricidad llenos de agua.
“La inoperatividad del centro de salud pone en riesgo la inversión pública y la integridad física de quienes trabajan o puedan acudir al lugar”, indica el documento.
Además, se alertó sobre fallas en sistemas esenciales como la bomba de agua, el grupo electrógeno, el sistema contra incendios y la subestación eléctrica. Todos estos elementos muestran signos avanzados de deterioro.
La obra que nunca funcionó

La infraestructura del Centro de Salud de Cachicoto fue terminada, pero nunca abrió sus puertas. Desde su supuesta inauguración, permanece cerrada. La razón principal es una filtración de agua imposible de controlar, debido a una mala elección del terreno. El consejero regional, Manuel Rosales explicó a Inforegión que “el problema era que la construcción era en un lugar de donde nace el agua, pero no le han hecho los drenajes. Cuando han ido a instalarse el personal de salud, todas las cañerías y tuberías estaban llenas de agua”.
También cuestionó la falta de planificación. “Nos hemos acercado a hacer la verificación del centro de salud del distrito de Monzón. Es una preocupación muy grande que tiene un avance hasta ahorita de más de un 40%, pero esta obra ya está paralizada más de cinco años”, afirmó.
El centro de Cachicoto se construyó sobre un terreno colindante a la ladera de un cerro, en una zona identificada como de alto riesgo. La Contraloría advirtió que esta condición podría agravar los daños en caso de lluvias intensas o movimientos del terreno. El informe resalta que no se tomaron medidas de mitigación adecuadas antes de levantar la infraestructura, lo que compromete su estabilidad general.
Además, durante la inspección se encontraron instalaciones eléctricas expuestas, sistemas de drenaje colapsados y estructuras metálicas oxidadas, lo que representa un peligro para cualquier trabajador o usuario eventual.
En total, se estima que el proyecto inicial demandó una inversión cercana a los S/ 22 millones, entre infraestructura y equipamiento. Sin embargo, nada de eso ha llegado a servir a la comunidad. La falta de mantenimiento, la elección equivocada del terreno y la inacción de las autoridades dejaron a los pobladores sin atención médica, sin equipos disponibles y sin alternativas inmediatas.



