
En un consultorio ubicado en la calle María Izaga, en pleno centro de Chiclayo, el doctor Edinson Reyes Jiménez recuerda con cariño a quien es su paciente más famoso: el papa León XIV.
El odontólogo conoció al monseñor Robert Prevost el 2016, año en que comenzó a atenderlo. Lo que inició como una consulta rutinaria terminó convirtiéndose en una relación de confianza y cercanía, marcada por anécdotas, recomendaciones e incluso bendiciones papales.
Reyes fue el encargado de cuidar la salud bucal del entonces obispo de la Diócesis de Chiclayo y recuerda la debilidad que tenía por una típica comida de la sierra, que en más de una oportunidad le generó problemas con su dentadura: el cuy.

“En total, se registraron al menos tres ocasiones en las que tuve que restaurar dientes dañados por mordiscos accidentales”, señaló el doctor en entrevista con Andina.
Edinson Reyes Jiménez recuerda divertido que el papa le confesó que unas personas de un pueblo de la sierra de Lambayeque le invitaron un plato de cuy, y como la comida era una de sus favoritas, se comió hasta los “huesitos” y dañó su dentadura.
“A mí me encanta el cuy, masticar el huesito, pero prometo no comer más cuy”, decía a modo de broma el moseñor Prevost cada vez que se retiraba de la consulta.

El doctor lo recuerda como un paciente que se quedaba tranquilo mientras le hacía los tratamientos y era muy responsable con su salud bucal.
Dentista de León XIV cuenta como lo conoció
La conexión entre Robert Prevost y su dentista surgió por la recomendación de otro miembro de la comunidad religiosa: el padre Edgard Rimaycuna Inga.
“Monseñor Prevost mantenía contacto con su colega y amigo el padre Edgard, que desde Roma incluso separaba citas para que pudiera atender al monseñor en mi consultorio cuando visitaba Chiclayo”, reveló Reyes.
El profesional, originario de Lima y con estudios de posgrado en la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo (USAT), además de docente en dicha institución, recuerda con gratitud el impacto que generaba la presencia del ahora papa León XIV entre sus pacientes.

“Me decían con alegría y júbilo: ‘usted atiende a monseñor Prevost, qué honor’”, comentó.
Aunque nunca se tomó una foto con él, conserva las historias y las solicitudes de cita que el moseñor Prevost le hacía. También agradece haber recibido la bendición del ahora papa en su consultorio.
La historia del doctor Reyes se suma a la larga fila de anécdotas que los fieles chiclayanos compartieron con el monseñor sin imaginar que en un futuro sería nombrado el líder de la Iglesia católica.

El papa León XIV y su conexión con Chiclayo
La relación entre el papa León XIV y la ciudad de Chiclayo va más allá de lo protocolar. En su discurso tras ser nombrado cardenal, dejó claro el profundo afecto que guarda por la capital de Lambayeque:
“Si me permiten también una palabra, un saludo a todos aquellos de modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo iglesia fiel de Jesucristo”, expresó desde Roma.
Estas palabras no pasaron desapercibidas. Chiclayo, que fue su hogar pastoral por casi 20 años, volvió a los reflectores internacionales como la ciudad donde se forjó gran parte del liderazgo espiritual del ahora sumo pontífice.
En 2015, Robert Prevost obtuvo la nacionalidad peruana y fue nombrado obispo de Chiclayo por el papa Francisco. Desde ese cargo, se destacó por su cercanía con la comunidad, su lucha frontal contra la corrupción y su defensa incansable de los derechos humanos.
Su compromiso pastoral lo llevó incluso a recorrer a caballo las zonas más alejadas de Lambayeque, donde brindó consuelo y apoyo a comunidades golpeadas por la pobreza y las secuelas de la violencia política.