A través de un breve video, el exjefe de Estado expresó su preocupación por lo que describió como “el terrible dilema de caer en el rumbo fujimorista”, y destacó la importancia de la unidad entre los sectores de izquierda en Perú. En su mensaje, afirmó: “Es un humilde llamado de un viejo luchador social porque es casi un problema eterno que las izquierdas se dividan por ideas y las derechas se junten por intereses”. Además, instó a los peruanos a “tener la grandeza y la altura de tratar de juntar a todos aquellos que tienen una visión a favor de los más olvidados en la sociedad”.
Si bien no mencionó directamente al entonces candidato presidencial por Perú Libre, su mensaje fue interpretado como un respaldo frente a la de Keiko Fujimori, quien representa al partido Fuerza Popular. En ese sentido, subrayó la necesidad de priorizar objetivos comunes. “Habría que aprender por experiencias y por dolor que no se pueden tener discusiones hasta el juicio final para aprender a estar de acuerdo. Hay que discutir programas cortos”, expresó.

Cabe mencionar que también tuvo un diálogo con el hoy vacado exmandatario, a quien invocó no sucumbir al autoritarismo. “Recuerda, el pueblo te elige y te da esa oportunidad. No tendrás el poder absoluto, sino una pequeña parte de gestión. Lucha por ampliar ese margen y por elevar tu pueblo”, le dijo y subrayó la importancia de mantener la confianza ciudadana: “Cuando te equivoques, ten la honestidad de reconocerlo. Juega limpio con tu pueblo, no lo engañes. La confianza es lo más importante y fácil de perder”.
Aunque el llamado a trabajar en favor del país fue claro, en menos de dos años de gobierno, Pedro Castillo acumuló ocho investigaciones preliminares en su contra. Los procesos iban desde corrupción y colusión agravada hasta presunto liderazgo de una organización criminal, siendo el caso “Puente Tarata III” uno de los más emblemáticos. Estas investigaciones no solo involucraron a Castillo, sino también a su entorno cercano, como su exministro de Transportes, Juan Silva, y su cuñada Yenifer Paredes.
No era la primera vez
Anteriormente, posó con una camiseta que llevaba la frase “Keiko no va”. La imagen fue difundida en redes sociales por Verónika Mendoza, lideresa del Frente Amplio en Perú, quien visitó al exmandatario uruguayo. En su cuenta de Twitter, Mendoza compartió la fotografía de Mujica sosteniendo la camiseta y añadió el mensaje: “Pepe y los frenteamplistas de Uruguay también dicen #KeikoNoVa”.
Este gesto se enmarcó en un contexto político polarizado en Perú, donde la segunda vuelta electoral enfrentaba a Fujimori con el economista Pedro Pablo Kuczynski (PPK). Mendoza, quien fue candidata presidencial en la primera vuelta, adoptó una postura activa en contra de Fujimori, instando a sus seguidores a votar por Kuczynski como una forma de impedir el retorno del fujimorismo al poder.
En días previos, Mendoza había publicado un video en el que explicaba su decisión de apoyar a Kuczynski, a pesar de las diferencias ideológicas que los separan. En el mensaje, señaló que votar en blanco o anular el voto favorecería a Fujimori en el conteo final, por lo que consideraba necesario respaldar a PPK para “cerrar el paso al fujimorismo”. Este llamado busca movilizar a los votantes que en la primera vuelta optaron por alternativas distintas a las de los dos candidatos que llegaron al balotaje.