La cantante y exconductora de ‘Domingos de Fiesta’, Katy Jara rompió su silencio y explicó en una entrevista con el programa Día D la razón profunda que la llevó a alejarse del mundo del espectáculo y entregar su vida por completo a Dios. Su testimonio, revelado en 2024, dejó al descubierto el momento de quiebre que marcó un antes y un después en su vida personal y espiritual.
Durante la conversación, Jara confesó que fue una situación crítica de salud de un ser querido la que encendió el cambio. “Mucha gente dice: ‘tiene que haber habido algo para que quebrante toda esa barrera que yo tenía’ y sí”, afirmó con honestidad.
Según narró, la vida de una persona muy cercana y amada por ella estuvo en peligro, y fue allí donde comenzó su búsqueda desesperada por una solución. “La salud de alguien cercano a mí, alguien que yo amo mucho, se vio muy afectada. Yo empecé a recurrir a médicos, buscando solucionar ese tema y no encontraba solución; más bien, las cosas empeoraban”, explicó.
La angustia por no poder ayudar a esa persona, a pesar de todos sus esfuerzos, la hizo replantearse su propia vida. “A veces cuando tú amas tanto a alguien de tu familia, tú quisieras que te pase a ti. Que no sean tocados ellos”, añadió visiblemente conmovida.

Katy incluso llegó a cuestionar a Dios por lo que estaba ocurriendo. “Yo cuestionaba eso también: ¿por qué a esa persona?, ¿por qué no a mí? Si yo podría resistir, pero alguien de repente pequeño es más vulnerable”, relató.
En medio de ese dolor, hizo un acto de entrega total: “Yo le propuse al Señor. Le dije: Señor, pongo mi corazón en tus manos y tú pon lo que tú quieras de mí y yo lo hago”.
La transformación no ocurrió de inmediato, pero luego de semanas de oración, llanto y búsqueda espiritual, Katy Jara vivió lo que considera un momento divino.
“Todos mis días de angustia, de llorar, de buscar, todos los días de oración... de pronto, un 22 de diciembre del 2021, me desperté después de haber venido de un concierto y simplemente ya no era yo”, recordó, como una manifestación de un nuevo inicio.

Ese día marcó el punto final de su carrera musical tal como se conocía hasta entonces. A partir de ese momento, comenzó una nueva etapa enfocada en la fe, el evangelio y la vida cristiana, dejando atrás los escenarios y la música para predicar la palabra de Dios.
“No me avergüenzo, pero ya no soy la misma”
Además de su transformación espiritual, Katy Jara también se refirió al cambio radical en su forma de ver el mundo exterior, especialmente su apariencia. En la entrevista, aseguró que se siente una mujer distinta, con una identidad basada en su fe, y que los valores que antes priorizaba ya no ocupan un lugar relevante en su vida.
“Todo eso lo dejé atrás, no me apetece, no me provoca. Tampoco me avergüenzo porque fue una etapa donde yo no conocía a Cristo, no había ese valor que ahora yo siento que tengo, la identidad que yo tengo”, declaró, al hablar sobre su imagen y las decisiones que tomaba en su etapa como artista.
Recordó que en ese entonces daba gran importancia a su apariencia. “Yo le daba valor a mi físico, era extremadamente vanidosa. Le daba valor al maquillaje, a las joyas, a la ropa y a todo lo que me podía poner encima”, relató. Sin embargo, subrayó que hoy esa visión ha quedado en el pasado.

“Hoy en día no. Para mí, todo eso está en último lugar. Para mí ahora lo fundamental es lo que tiene mi corazón. Dice: ‘De la abundancia del corazón hablará mi boca’”, concluyó, citando una frase bíblica como reflejo de su nueva forma de vivir.