La ciudad de Juliaca se encuentra conmocionada por la muerte de Yamileth, una menor de edad que habría sido víctima de reiteradas agresiones físicas por parte de sus cuidadores. La niña vivía junto a su hermano mayor al cuidado de una pareja mientras su padre trabajaba en la provincia de Sandía. Fue el propio niño de 12 años quien rompió el silencio al relatar a las autoridades las situaciones de abuso que enfrentaban a diario, lo cual ha sido fundamental en las investigaciones. Los presuntos responsables, identificados como Jhorsch Ramírez Pineda y Ruth Karina Panca Humiña, se encuentran actualmente prófugos.
El hecho ocurrió en la urbanización Santa Catalina, donde los menores residían temporalmente bajo el resguardo de esta pareja. Según el testimonio del niño, las agresiones eran frecuentes y ocurrían por motivos insignificantes, generando un entorno de constante violencia y miedo. Fidel Calizaya Sanca, padre de ambos, se había visto obligado a dejar a sus hijos al cuidado de terceros por motivos laborales, sin imaginar el desenlace fatal que marcaría a su familia.
Testimonio del hermano mayor revela el infierno que vivían
La declaración del hermano de Yamileth ante la Policía ha sido decisiva para comprender la magnitud del maltrato. Según explicó, tanto él como su hermana sufrían golpizas constantes. Una de las agresiones más violentas ocurrió cuando, tras un incidente doméstico, ambos fueron responsabilizados y brutalmente castigados.
“El gato se había comido el pollo y nos habían culpado a nosotros y comenzaron a pegarnos. Yo me lancé encima de mi hermana para que ya no le peguen”, contó el menor, en un intento desesperado por protegerla.
El niño también describió cómo Ramírez Pineda golpeó a su hermana con un palo en el pecho hasta dejarla inconsciente. A pesar de su intervención, él también fue agredido. Estas afirmaciones contradicen directamente la versión dada inicialmente por los cuidadores, quienes indicaron que la menor había caído desde el segundo piso, un relato que quedó en evidencia tras los exámenes médicos y las lesiones visibles en el cuerpo de la niña.
La muerte de Yamileth y el intento de encubrimiento
Luego del violento episodio, Yamileth fue llevada de urgencia a una clínica privada, donde lamentablemente falleció. En un primer momento, los cuidadores comunicaron al padre que la niña había sufrido un accidente doméstico. Sin embargo, las marcas de violencia en su cuerpo no coincidían con una caída accidental. Las sospechas crecieron cuando la pareja interrumpió todo contacto con la familia y abandonó la vivienda.

El padre, quien regresó de inmediato tras conocer la noticia, quedó devastado al enterarse de lo que realmente ocurrió. Los cuidadores habían desaparecido sin dejar rastro, lo que intensificó las sospechas sobre su participación directa en los hechos. La Policía Nacional ha iniciado la búsqueda de los implicados, a quienes se les imputa el presunto delito de homicidio y maltrato infantil.
Las condiciones de maltrato y el silencio forzado
El hermano mayor relató que los cuidadores no solo golpeaban a los niños, sino que imponían un ambiente de constante amenaza para evitar que hablaran. “Nos ponían cuchillo caliente en la mano”, afirmó el menor, en referencia a los castigos que recibían. Estas prácticas crueles habrían sido parte del sistema de control que la pareja ejercía sobre los hermanos, aprovechando su situación de vulnerabilidad.
Pese a estas condiciones, el padre no tenía conocimiento del infierno que vivían sus hijos. Fidel Calizaya trabajaba en Sandía, lo que lo obligó a confiar en la pareja para el cuidado de los menores. En declaraciones brindadas al programa Buenos Días Perú, expresó su dolor y desconcierto:
“Nunca pensé que algo así podría pasarle a mis hijos. Ahora solo quiero justicia”, dijo conmovido.

La comunidad exige justicia para Yamileth
El caso de Yamileth ha generado profunda indignación en Juliaca. La comunidad se ha solidarizado con la familia, manifestando su pesar y exigiendo que los responsables no queden impunes. Si bien las autoridades continúan con las investigaciones, la presión social va en aumento.
Mientras tanto, la familia de la niña permanece a la espera de respuestas. La Policía Nacional ha intensificado los operativos para dar con el paradero de los prófugos, y el testimonio del niño ha sido fundamental para avanzar en las diligencias. En medio del dolor, el padre de Yamileth mantiene su lucha por obtener justicia para su hija.