
Según un informe elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), el 22% de los jóvenes universitarios se encuentra en puestos laborales que no requieren su nivel de cualificación. Este fenómeno, conocido como subempleo, afecta especialmente a titulados en áreas como Derecho, Economía y Administración y Dirección de Empresas (ADE). Aunque se ha observado una mejora en los últimos años (el subempleo estaba en un 25% en 2020), las tasas siguen siendo preocupantes en ciertas disciplinas.
El informe también subraya que, cuatro años después de haber completado sus estudios, muchos graduados de Artes y Humanidades y Ciencias Sociales y Jurídicas terminan desempeñando trabajos manuales o de servicio, para los que no era necesario obtener un título universitario. En concreto, solo el 52% de los titulados en Derecho, el 45% de los graduados en Economía y el 41% de los licenciados en ADE ocupan empleos acordes a su nivel de estudios.
El subempleo en otras carreras y la desigualdad en la inserción laboral
El panorama es aún más grave en áreas como Criminología y Turismo, donde un 82% y un 81% de los graduados, respectivamente, se encuentran en trabajos por encima de su cualificación. En contraste, sectores como la Medicina, Enfermería y Odontología presentan niveles de subempleo prácticamente nulos, lo que indica una fuerte demanda laboral en estos campos.

Este desajuste entre la formación universitaria y los contratos disponibles es especialmente evidente en las humanidades y algunas ciencias sociales, un hecho que Francisco Pérez, director de Investigación del Ivie, atribuye a la falta de información y a la necesidad de realizar especializaciones para mejorar la empleabilidad. Pérez advierte que los estudiantes deben ser conscientes de las dificultades que presentan carreras como ADE o Derecho en términos de inserción laboral, ya que existe una alta competencia en estos campos y, a menudo, se requiere una formación complementaria.
El creciente peso de las universidades privadas
Otro dato relevante que se extrae del informe es que un porcentaje significativo de los graduados en odontología proviene de universidades privadas. En concreto, el 61% de los graduados en este campo estudió en una institución privada, dado que solo se ofrecen 1.500 plazas públicas para esta carrera. En contraste, el 100% de los estudiantes de Medicina y Enfermería logra acceder a puestos de trabajo acordes con su formación, lo que demuestra la alta demanda en estos sectores. Sin embargo, la oferta limitada de plazas públicas en carreras con buena inserción laboral ha impulsado a los estudiantes hacia el sector privado.
Desajustes en el sistema público universitario
El informe también revela que la escasa oferta de plazas en universidades públicas en grados con alta empleabilidad está contribuyendo a la migración de estudiantes hacia las universidades privadas. Aunque los graduados en universidades públicas y privadas no muestran grandes diferencias en cuanto a su inserción laboral, los campus privados gozan de ciertas ventajas, como su mayor flexibilidad y ubicación en regiones con mercados laborales más dinámicos, como Madrid o Cataluña.
Pérez también menciona que las universidades privadas pueden adaptarse con mayor rapidez a las demandas del mercado laboral, aunque también advierte de la importancia de diversificar la oferta en el ámbito público para mejorar la inserción laboral de los graduados.
El auge de nuevas titulaciones con alta empleabilidad
El informe también resalta la creciente relevancia de carreras nuevas, como Desarrollo de Software o Ingeniería de la Energía, que están ganando terreno debido a la alta demanda de profesionales cualificados en estos sectores. Medicina, no obstante, sigue siendo la carrera con la mayor empleabilidad y mejores salarios, con una base media de cotización de 41.839 euros, prácticamente sin subempleo.
La evolución de la empleabilidad de los jóvenes universitarios
Otro aspecto que destaca el informe es la mejora en la empleabilidad de los jóvenes universitarios. La tasa de paro de los titulados universitarios ha disminuido de un 19% en 2020 a un 12% en 2024. Además, un 44% de los nuevos empleos ocupados por jóvenes entre 22 y 29 años han sido para universitarios. El porcentaje de universitarios ocupados en puestos de alta cualificación también ha aumentado, alcanzando un 35%. Esto refleja el cambio en el tejido productivo, con una creciente demanda de perfiles especializados en conocimiento y tecnología.