Alerta en Ecuador por posible “sindemia” de tos ferina y fiebre amarilla: ¿El Perú corre riesgo?

El vecino país enfrenta un grave desafío de salud pública con el aumento de casos de ambas enfermedades, lo que ya genera preocupación en expertos, ciudadanía y autoridades

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La tos ferina provoca ataques
La tos ferina provoca ataques de tos severa y puede ser mortal en niños pequeños. (Foto. Agencia Andina)

Ecuador enfrenta un creciente brote de tos ferina y fiebre amarilla, lo que ha encendido las alarmas de salud pública en la región. Expertos advierten sobre la posibilidad de una “sindemia”, un fenómeno donde dos epidemias afectan simultáneamente a una población, lo que podría generar una situación aún más crítica.

Mientras las autoridades ecuatorianas intensifican las medidas de prevención, la pregunta sobre si Perú está en riesgo de sufrir una propagación de estas enfermedades ha cobrado relevancia.

Según Ximena Garzón, exministra de Salud y experta en epidemiología, la posibilidad de una sindemia en Ecuador “es muy real”, considerando los brotes activos en el país y su cercanía con naciones con altas tasas de fiebre amarilla y tos ferina, como Perú y Colombia.

En declaraciones a Primicias, Garzón señaló que la coincidencia de ambos brotes podría desencadenar una crisis de salud si no se toman medidas rápidas y efectivas. “Si no se realizan cercos epidemiológicos adecuados, la propagación podría ser mayor”, indicó la exfuncionaria, quien también destacó el riesgo que enfrenta la región amazónica, donde los vectores de estas enfermedades pueden moverse rápidamente entre fronteras.

Brotes en Ecuador

La fiebre amarilla, que ha causado al menos cuatro muertes en la región ecuatoriana de Morona Santiago, ha puesto en alerta a las autoridades. A esto se suman los 321 casos reportados de tos ferina en las provincias de Guayas, Manabí, Pichincha y Santo Domingo de los Tsáchilas.

La situación ha llevado al gobierno de Ecuador a implementar un requisito de vacunación para los viajeros provenientes de países vecinos como Perú, Colombia, Bolivia y Brasil. A partir del 12 de mayo de 2025, los viajeros de estas naciones deberán presentar un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla al ingresar al país, una medida que busca reducir el riesgo de propagación de la enfermedad en el país andino.

Tos ferina, secreción nasal, infección
Tos ferina, secreción nasal, infección respiratoria - Perú - 26 de marzo (Radio Monumental 1080 AM)

Situación en Perú

En Perú, el brote de fiebre amarilla también ha cobrado importancia. Según el Ministerio de Salud, se han registrado 37 casos confirmados y 12 muertes en lo que va del año, principalmente en las regiones amazónicas de Loreto, San Martín y Amazonas.

El infectólogo Juan Carlos Celis, en declaraciones a RPP, señaló que la fiebre amarilla presenta una alta tasa de letalidad, que puede llegar hasta el 60 % en los casos más graves. A pesar de los esfuerzos por aumentar la cobertura de vacunación, el riesgo persiste debido a la falta de acceso a servicios de salud en las zonas más alejadas y a las bajas tasas de vacunación en comunidades rurales.

La fiebre amarilla se transmite a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti, el mismo que es responsable de la propagación del dengue. Esta coincidencia de vectores ha alarmado a los expertos, quienes temen que la combinación de ambas enfermedades en las zonas afectadas pueda disparar la mortalidad.

En este contexto, la exministra Garzón advirtió sobre la posibilidad de una sindemia similar a la observada durante la pandemia de COVID-19, donde en zonas de la costa ecuatoriana las personas se contagiaron tanto de COVID-19 como de dengue. “La sinergia entre estas dos enfermedades podría aumentar la letalidad de ambas”, añadió.

Vacunación contra fiebre amarilla. Foto:
Vacunación contra fiebre amarilla. Foto: Minsa

El aumento de casos

La alerta sanitaria en Ecuador también se ha visto exacerbada por el resurgimiento de la tos ferina, una enfermedad que, según Garzón, podría haberse evitado con una mayor cobertura en los programas de vacunación.

En Perú, el incremento de casos de tos ferina en regiones como Cusco y Loreto ha generado preocupación. Las autoridades de salud han intensificado las medidas de control, aunque los expertos temen que el problema continúe debido a la falta de cobertura vacunal y a la vulnerabilidad de los niños pequeños.

Esta enfermedad, que se transmite de persona a persona a través de las gotas respiratorias, puede resultar particularmente grave en los más jóvenes, con complicaciones respiratorias que incluso pueden ser mortales si no se recibe tratamiento oportuno.

Los brotes de tos ferina
Los brotes de tos ferina continúan en varias regiones, afectando a quienes no han completado su esquema de vacunación. (Composición Infobae Perú)

Medidas de prevención

El Ministerio de Salud de Ecuador ha intensificado la vigilancia epidemiológica en las zonas afectadas, pero también ha resaltado que la situación sigue siendo focalizada y no constituye una epidemia a nivel nacional. No obstante, tanto en Ecuador como en Perú, las autoridades están haciendo un llamado urgente a la ciudadanía para que se vacune contra la fiebre amarilla y la tos ferina, y para que se sigan estrictas medidas de control y prevención en las zonas de riesgo.

A pesar de las medidas, el riesgo sigue latente para Perú, que se encuentra en una zona con vectores comunes. En las regiones amazónicas del país, donde la fiebre amarilla se ha intensificado, el control de los mosquitos y la vacunación son elementos clave para evitar que la enfermedad se propague a otras zonas del país. Las dificultades logísticas, especialmente en áreas de difícil acceso como Putumayo o comunidades awajún, continúan siendo un desafío importante para las autoridades sanitarias peruanas.

El escenario actual en ambos países plantea un escenario complejo, donde la combinación de estas dos enfermedades podría tener efectos devastadores si no se implementan medidas sanitarias más rigurosas. Con las autoridades de ambos países en alerta y una posible “sindemia” a la vista, la cooperación internacional y la acción rápida son fundamentales para evitar que la situación se agrave, aseguran los expertos.