La donación de trenes a la Municipalidad de Lima, gestionada por el alcalde Rafael López Aliaga, ha desatado una ola de críticas. La polémica surge, en primer lugar, porque la comuna limeña debe pagar 24,5 millones de dólares por la antigua y contaminante flota de vagones y locomotoras de la empresa Caltrain.
Además, de que los vagones que llegarán a Perú tienen 40 años de antigüedad, el estado actual de las locomotoras es deplorable, por lo que restaurarlas implicaría un costo adicional que López Aliaga y la MML no informaron.
Un reportaje exclusivo de La Encerrona mostró imágenes de los trenes almacenados en la estación de San Francisco, California, con evidentes signos de vandalismo y deterioro. Inicialmente, estas fotos fueron tomadas de Google Street View, pero luego una seguidora del medio, que vive en la ciudad, se acercó a confirmar el mal estado de los trenes.

Estos trenes, que comprenden 17 locomotoras y 5 vagones, se encuentran en condiciones lamentables, lo que pone en duda su viabilidad y qué tan beneficioso es usarlos en Lima.
Según documentos oficiales de la MML, las locomotoras donadas van del número 900 al 919, y los vagones incluyen los números 3819, 3828, 4000 y 4010. Sin embargo, las imágenes reveladas muestran que muchos de estos trenes han sido vandalizados con grafitis.
Además de los grafitis, los trenes presentan daños por óxido y suciedad en amplias zonas de sus estructuras. Un ejemplo claro es la locomotora 919, que figura en los registros oficiales de la MML como parte de la donación.
El estado de estos trenes no es una sorpresa para quienes conocen su origen. Estos vehículos fueron dados de baja por la empresa Caltrain en California, y estaban destinados a ser vendidos para reparaciones o incluso utilizados como piezas decorativas. Las imágenes obtenidas por La Encerrona también evidencian daños severos en trenes como los números 903, 906, 917 y 918, especialmente en los techos, que muestran un avanzado deterioro por el óxido.

Fuentes cercanas a la negociación de la donación han confirmado que se está discutiendo un pago adicional para cubrir los gastos de limpieza antes de que los trenes sean enviados a Lima. Sin embargo, aún no se han revelado detalles sobre el monto exacto que la MML deberá desembolsar para este proceso.
“Exportan contaminación”
La Municipalidad de Lima está gestionando el traslado de trenes de la empresa Caltrain, donados desde California, con el objetivo de reforzar el sistema de transporte público de la ciudad.
Estos trenes, a pesar de contar con más de 40 años de antigüedad, serán incorporados al sistema ferroviario limeño, lo que se espera beneficie a alrededor de 200.000 pasajeros diarios. El plan incluye la incorporación de 93 vagones de galería y hasta 20 locomotoras EMD F40PH-2, además de repuestos.
El costo total del traslado y la adecuación de estos trenes se estima en aproximadamente US$7.950.000, cifra que será asumida por la Municipalidad Metropolitana de Lima, cubriendo todas las fases logísticas necesarias, desde la inspección hasta la operación de los trenes.

Sin embargo, este ambicioso proyecto ha sido cuestionado, especialmente en lo que respecta a la antigüedad y el impacto ambiental de los trenes. El senador estadounidense Dave Cortese, presidente del Comité de Transporte del Senado de California, expresó su desaprobación por la decisión de exportar trenes diésel de más de 40 años a Lima.
Cortese argumentó que, en lugar de ofrecer una solución moderna y ecológica, la Municipalidad de Lima estaría simplemente trasladando la contaminación generada por estos viejos trenes de California a Perú. “No deberíamos exportar contaminación sucia. Punto”, señaló el senador en una columna publicada en The Mercury News.

Pese a todo, la MML asegura que el equipo donado “está totalmente operativo”.
Los desafíos para implementar los trenes en Lima
La implementación de los trenes Caltrain en la ruta Lima–Chosica enfrenta serios desafíos técnicos y logísticos que dificultan su operatividad en 2025, según advirtió el ingeniero ferroviario Erich Villavicencio, docente de posgrado en la UNI y exfuncionario del MTC, en entrevista con La República.
Aunque el proyecto se basa en un perfil técnico elaborado en 2018 —cuando se evaluó la instalación de trenes eléctricos sobre la vía existente del Ferrocarril Central—, la actual propuesta plantea el uso de locomotoras diésel-eléctricas, lo que introduce nuevas variables.

Además, muchos tramos del trazado han sido invadidos, por lo que solo podrían operar en vía única hasta liberar esos terrenos. El proyecto contempla una segunda fase para establecer una doble vía completa, pero su ejecución depende de la recuperación de predios. Villavicencio también resaltó la necesidad de cercar la vía férrea e integrar cruces a desnivel y puentes peatonales para garantizar la seguridad y el orden urbano, tal como se proyectó inicialmente hace más de seis años.
RLA: “No estoy trayendo chatarra”
En noviembre, el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, defendió públicamente la donación de los trenes de 40 años de antigüedad provenientes de la empresa Caltrain de Estados Unidos.
A pesar de las críticas por la antigüedad de las locomotoras y coches, López Aliaga aseguró que los 19 trenes diésel-eléctricos y 90 coches de dos pisos están en excelentes condiciones y cumplen con estándares internacionales de calidad y ecología.

Durante un evento en la Plaza de Armas, el burgomaestre enfatizó que los trenes no son “chatarra”, sino unidades funcionales y de alta calidad, capaces de ofrecer un servicio eficiente en Lima.
“No estoy trayendo chatarra, son trenes que ahorita están trabajando, son trenes que tienen aire acondicionado, acero inoxidable, baños, agua, tienen una calidad tipo California”, afirmó.
Además, justificó la inversión de 24,5 millones de dólares como parte de un plan estratégico para modernizar el transporte urbano de la capital.
Se espera que los trenes lleguen a Lima antes de finalizar el primer semestre de 2025. Una vez en el Perú, los vagones y locomotoras pasarán por un proceso de reacondicionamiento que podría prolongarse hasta por 18 meses, según estimaciones, con el objetivo de que el sistema esté plenamente operativo hacia finales de 2026.