
El denunciante que, en 2018, señaló al cardenal peruano Juan Luis Cipriani de abuso sexual ha hablado por primera vez de forma pública al verlo en el Vaticano durante las reuniones previas al cónclave, a pesar de las sanciones que el papa Francisco le impuso tras conocer el caso.
La víctima, cuya identidad se mantiene en el anonimato, declaró este jueves al diario El País sentirse indignado por la falta de acción de la Santa Sede ante lo que considera una “violación” de las restricciones impuestas.
“El mensaje es que se murió el Papa y regresa la fiesta (...) Ha sido una sorpresa verlo aparecer (...) porque supuestamente no puede aparecer en actos públicos, y es indignante verlo vestido de cardenal, como ignorando toda sanción que ha recibido, y que él mismo ha firmado. Se está burlando de la Iglesia”, señaló.
El denunciante aseguró que la presencia de Cipriani en espacios eclesiásticos de alta visibilidad representa una afrenta para quienes han exigido justicia dentro de la Iglesia, ya que enfrenta medidas disciplinarias relacionadas con su actividad pública, lugar de residencia y uso de los símbolos cardenalicios.
Sin embargo, en los últimos días ha sido visto con vestimenta propia de su rango, visitando la capilla ardiente del Papa en la basílica de San Pedro, acudiendo a la tumba papal y participando en congregaciones previas a la elección del nuevo pontífice.
En enero pasado ya había desacatado el precepto al viajar a Lima y participar en un acto público donde recibió la medalla de oro de la ciudad de manos del alcalde Rafael López Aliaga, también miembro del Opus Dei. Tras ese episodio, publicó cartas en las que negó las acusaciones, criticó al papa y hasta desafió a la Conferencia Episcopal Peruana.

“Me parece increíble que con la muerte del papa se cree un vacío tal que esta persona hace y deshace como si estuviera en su casa, cuando supuestamente está castigado, y se mueve con un protagonismo insólito. Es como que ahora que no hay papa, es tierra de nadie y él hace lo que le da la gana”, afirmó.
También cuestionó la actitud de otros prelados presentes en el Vaticano. “Los cardenales que están en Roma con él hacen como que no lo ven, y son más de 100. Es increíble”, dijo, antes revelar que Cipriani intentó acercarse en varias ocasiones con el objetivo de que desista.
“Por muchos medios ha tratado de llegar a mí para pedirme una disculpa y poder usarla ante el Santo Padre en su momento. Como me negué, luego tuvo actitudes totalmente contra mí. Decía que era un chico con problemas psiquiátricos”, señaló.
El temor de que el purpurado pudiera ser elegido papa durante el cónclave de 2013 fue lo que lo impulsó a escribirle personalmente a Francisco en 2018. En la carta relató los abusos sufridos durante un acto de confesión y pidió únicamente que el cardenal fuera apartado. No solicitó compensación económica.
El papa se implicó directamente: encargó una investigación a un sacerdote de su confianza en Lima, dio credibilidad a la denuncia y aceptó la renuncia de Cipriani al cumplir 75 años, sin prórroga, como suele hacerse. Además, le impuso sanciones por escrito, que el propio purpurado aceptó y firmó.
Ahora, el denunciante cuestiona que las sanciones impuestas no se estén cumpliendo y denuncia la reaparición del cardenal en Roma, a pesar de la prohibición papal, y de que, al haber superado los 80 años, ya no tiene derecho a participar en el cónclave.

“No puede ser que en la Iglesia haya esa confusión. Decir una cosa por un lado, y que por otro él haga y diga lo que le da la gana, y dé versiones totalmente ajenas a la verdad y contrarias a lo que sucedió (...) Creo que el tema hay que zanjarlo y hay que mandar un mensaje claro y directo”, apuntó.
A su juicio, el Vaticano puede abrirle un proceso canónico para que finalmente asuma las consecuencias. En diálogo con Infobae Perú, el periodista José Enrique Escardó, primer denunciante del disuelto Sodalicio de Vida Cristiana (SVC) y presidente de la Red de Sobrevivientes Perú, respaldó el “derecho al anonimato” del denunciante.
También advirtió que, si el nuevo papa decide revertir las sanciones impuestas a Cipriani, eso provocaría “otro escándalo” en la Iglesia y enviaría un “pésimo mensaje” sobre los avances frente a los abusos dentro del clero. “La cosa se está calentando y es mala señal para el Vaticano y los avances hechos por Francisco. Vamos a ver si se dan cuenta. Yo creo que se harán los locos”, indicó.
Respuesta del Vaticano
El Vaticano ha reconocido que la presencia del cardenal peruano ha generado un escándalo previo al cónclave, pero no especificó si tomará medidas por posibles actos de desobediencia a Francisco.
El portavoz Matteo Bruni, quien ha sido consultado al respecto en los últimos tres días, indicó que todos los purpurados pueden participar en las congregaciones generales y que no hay información adicional sobre el caso de Cipriani.
“Sí, se ha conocido. Si no se ha tomado ninguna decisión sobre este tema, cada uno deberá sacar sus propias conclusiones”, concluyó. El diario español intentó contactarlo a través de su secretario, pero no obtuvo respuesta.