
Lima ha sido seleccionada como la sede de la final de la Copa Libertadores 2025, un evento que promete atraer a miles de turistas y generar un impacto económico significativo para la capital peruana. El anuncio fue realizado por el presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez, quien destacó la elección de Lima sobre otras ciudades candidatas como Montevideo y Brasilia.
La final está programada para el 29 de noviembre de 2025, y aunque el Estadio Monumental se perfila como el principal candidato para albergar el evento, Domínguez aclaró que la decisión final sobre el recinto aún está en evaluación. Sin embargo, hay otra duda que se desprende del anuncio, ¿Cuál será el impacto económico del megaevento deportido?
La final de la Copa Libertadores 2019 generó un impacto millonario
Según recuerda el portal DFSUD, la experiencia previa de Lima como anfitriona de la final de la Copa Libertadores en 2019 fue un factor clave en su postulación. En aquella ocasión, más de 40.000 turistas visitaron la ciudad, generando ingresos superiores a los 62 millones de dólares.
De acuerdo a Edgard Vásquez, quien era ministro de Comercio Exterior y Turismo en ese momento, el evento fue organizado con éxito en tan solo 15 días, lo que posicionó a Perú como un destino atractivo para eventos internacionales. Vásquez subrayó la importancia de seguir apostando por este tipo de iniciativas para reactivar el turismo, potenciar la economía y mejorar la imagen del país a nivel global.

Hoteles y restaurantes, los más beneficiados
El impacto económico que se espera para Lima es una oportunidad angular. Según Óscar Zapata, presidente de Perucámaras, la llegada de miles de hinchas incrementará la ocupación hotelera y el consumo en la ciudad, beneficiando a diversos sectores económicos.
Zapata destacó que este evento representa una oportunidad para consolidar a Perú como un destino clave en el fútbol sudamericano, especialmente en un contexto de creciente demanda turística.
Vale recordar que Estadio Monumental, conocido como el “coloso de Ate”, es uno de los recintos más grandes de Sudamérica, con capacidad para más de 80.000 espectadores. Este estadio ya fue sede de la final de 2019, donde se enfrentaron River Plate y Flamengo, y es considerado una opción ideal para albergar nuevamente el evento.

¿Cómo llegó Perú a ser la sede de la final de la Libertadores 2025?
El proceso para asegurar la sede incluyó reuniones de alto nivel entre la CONMEBOL y el gobierno peruano. El pasado 29 de abril, Alejandro Domínguez y una delegación de la confederación visitaron Lima para reunirse con la presidenta Dina Boluarte y cerrar los detalles de la candidatura.
Durante el anuncio oficial, Boluarte expresó su compromiso de garantizar la seguridad y el éxito del evento, destacando que el gobierno trabajará en conjunto con la Federación Peruana de Fútbol (FPF) para asegurar que la final de la Copa Libertadores sea un espectáculo de nivel mundial.
Boluarte también señaló que este evento se suma a otros compromisos deportivos importantes para el país, como los Juegos Bolivarianos 2025, y reafirmó la intención de posicionar a Perú como un destino destacado para el turismo deportivo. Por su parte, Domínguez elogió la disposición y el compromiso del gobierno peruano, calificando la reunión con Boluarte como muy positiva.

Libertadores 2025: el Monumental todavía no está confir
A pesar del entusiasmo generado por la elección de Lima, las declaraciones de Domínguez sobre la sede específica del partido han generado cierta incertidumbre. “Nunca hemos dicho Estadio Monumental, hemos dicho Lima”, afirmó el presidente de la CONMEBOL, dejando abierta la posibilidad de que otros recintos de la capital puedan ser considerados. Esta aclaración ha despertado expectativas sobre cuál será finalmente el escenario elegido para albergar la histórica final.
La Copa Libertadores, que reúne a 32 clubes de 10 países sudamericanos, es uno de los eventos deportivos más importantes de la región. Su capacidad para atraer a miles de aficionados y generar ingresos significativos convierte a la final en un evento de alto impacto para las ciudades anfitrionas. Con la elección de Lima, Perú tiene la oportunidad de consolidar su posición como un destino atractivo para el turismo y los eventos internacionales, mientras se prepara para recibir a miles de visitantes en noviembre de 2025.



