El reloj avanza para el nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, mientras las autoridades locales y nacionales ejecutan intervenciones urgentes en sus accesos principales. Uno de los focos centrales es la avenida Morales Duárez, ubicada en el ingreso norte del futuro terminal. En este tramo, se han instalado muros de dos metros de altura, vallas que buscan ordenar la circulación peatonal, mejorar la seguridad y ofrecer una mejor imagen a quienes arriben al país.
Estos muros, que cubren un kilómetro desde la avenida Faucett hasta la avenida Santa Rosa, han sido colocados por la Municipalidad Provincial del Callao en coordinación con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y la Autoridad Nacional del Agua (ANA). El material utilizado es prefabricado, de bajo peso y fácil desmontaje, y su instalación busca responder a la necesidad de controlar el cruce irregular de personas en una zona que anteriormente albergaba indigentes, residuos sólidos, estructuras improvisadas y asentamientos informales.
Según lo informado por el representante de la Municipalidad del Callao, Carlos Arana, esta intervención forma parte de un trabajo articulado con otros organismos como PromPerú y el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), con el objetivo de generar un entorno visualmente adecuado para los turistas que ingresen o salgan por la nueva infraestructura aeroportuaria.
Mientras se define una fecha oficial para la inauguración del nuevo Jorge Chávez, los alrededores se transforman a paso forzado.
Cámaras, luces y jardines para el ingreso principal

Además del cercado, la comuna del Callao ha implementado otras medidas con el propósito de reforzar el entorno urbano. Entre ellas, se encuentra la instalación de 42 cámaras de videovigilancia, destinadas a monitorear la zona de forma continua. Estas cámaras, según se indicó, están vinculadas a sistemas de seguridad distrital y su activación se coordina con las autoridades nacionales de transporte.
Asimismo, se han colocado luces LED en áreas auxiliares con recursos propios del gobierno local, lo que permite mejorar la visibilidad nocturna en una vía donde se proyecta un flujo creciente de pasajeros, vehículos particulares, taxis y transporte turístico. Como parte de este acondicionamiento, también se ha iniciado la siembra de jardines en espacios laterales, en un intento de cambiar la percepción visual del lugar sin recurrir a grandes obras estructurales.
La medida, según Arana, responde al incremento previsto de tránsito pesado y circulación alternativa en calles interiores del Callao. Por ello, la comuna ha iniciado gestiones ante el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para financiar mejoras viales internas, ya que las actuales no están diseñadas para sostener el volumen vehicular que generará la apertura del nuevo terminal.
Tres años de solución temporal

Aunque las autoridades han subrayado el carácter provisional de estos muros, el plazo estimado para su permanencia se proyecta en tres años, tiempo en el que deberían completarse las obras de mejoramiento del río Rímac y la construcción del puente Santa Rosa, infraestructura clave para el acceso final al aeropuerto. Una vez concluidas estas obras, se permitirá intervenir de forma más integral en la zona, incluyendo la posibilidad de instalar taludes verdes y otras soluciones paisajísticas permanentes.
Por ahora, la responsabilidad de mantener limpio y funcional el entorno recae en distintas entidades que trabajan en conjunto. Si bien la función principal de estos elementos es la seguridad, el componente visual se ha convertido también en una prioridad ante la inminente operación del nuevo Jorge Chávez.
La zona, antes utilizada como punto de acopio informal y espacio degradado, se transforma así en una suerte de escenario provisional de bienvenida.