San Juan de Lurigancho: Explosión frente a colegio obliga a cancelar inicio de clases presenciales

El atentado destruyó la puerta principal del plantel. Director denunció que extorsionadores le exigían el pago de 20.000 dólares para no dañar a los estudiantes

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(Video: Exitosa)

En las primeras horas del lunes 28 de abril de 2025, un artefacto explosivo fue detonado frente al colegio Gran Amauta de Motupe, ubicado en el distrito de San Juan de Lurigancho, en Lima. El ataque se produjo a las 2 de la madrugada, horas antes de que más de 400 alumnos de inicial, primaria y secundaria retomaran las clases presenciales después de más de un mes de virtualidad causada por amenazas de extorsión.

La explosión destruyó el vidrio de la puerta principal del colegio y dejó esparcidos los fragmentos en las inmediaciones. Según los testimonios de los vecinos, dos sujetos que se desplazaban en una sola motocicleta fueron los responsables del atentado. Los testigos aseguraron haber visto a los atacantes bajar de la moto para colocar el explosivo en la entrada del colegio antes de huir rápidamente.

El director del colegio, quien había denunciado estas amenazas el 16 de abril ante la Comisaría 2 de Octubre, había solicitado resguardo policial para garantizar un regreso seguro a las aulas. Sin embargo, la explosión de hoy impidió el reinicio de las clases presenciales y dejó a la comunidad educativa en estado de alarma. Afortunadamente, no se reportaron heridos, ya que en ese momento no había personal ni estudiantes en las instalaciones.

Extorsionadores pedían 20.000 dólares a la institución educativa

La PNP y agentes de
La PNP y agentes de Serenazgo llegaron al lugar tras el ataque para recabar información y revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad. Composición: Infobae Perú

El colegio Gran Amauta de Motupe es una institución privada que, en circunstancias normales, tiene una mensualidad que no supera los 200 soles. Sin embargo, fue objeto de mensajes extorsivos en los que se les exigía el pago de 20.000 dólares (aproximadamente 80.000 soles) para evitar un ataque contra los estudiantes, un monto que no era capaz de pagar.

El director del colegio también había sido víctima de amenazas personales y directas. Según los vecinos, el mismo había tenido que mudarse de residencia debido a los constantes mensajes extorsivos y al temor por su seguridad, ya que antes vivía dentro del local escolar.

La Policía Nacional del Perú (PNP) y agentes de Serenazgo llegaron al lugar tras el ataque para recabar información y revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad instaladas en las cercanías. Los investigadores buscan identificar a los responsables de este ataque y esclarecer si hay más personas involucradas en el mismo.

Colegios privados reciben amenazas extorsivas minutos después de denunciar a la PNP

Los colegios particulares han ordenado
Los colegios particulares han ordenado clases virtuales para sus alumnos. Foto: Andina

La ola de extorsiones a colegios privados en Perú han generado gran alarma en la comunidad educativa. Según la Asociación Nacional de Colegios Privados (Anacopri), muchos directores optan por no denunciar los casos por temor a represalias inmediatas. Tras presentar una denuncia en las comisarías, algunos colegios han reportado recibir llamadas amenazantes en cuestión de minutos, lo que ha provocado una creciente desconfianza hacia la PNP. Guido Quintanilla, presidente de Anacopri, señaló que esta situación está contribuyendo a que muchos colegios prefieran guardar silencio ante las amenazas.

Las amenazas suelen llegar a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto o visitas de desconocidos, quienes exigen grandes sumas de dinero a cambio de no poner en peligro la seguridad de los estudiantes y el personal docente. En muchos de estos casos, los extorsionadores parecen tener acceso a información interna de los colegios, lo que sugiere posibles filtraciones en el sistema de denuncias.

La falta de una respuesta efectiva y oportuna por parte de las autoridades ha alimentado la preocupación de los colegios privados. En este contexto, muchos se enfrentan a una difícil decisión: denunciar y exponerse a represalias o permanecer en silencio y continuar operando bajo amenaza. El ministro de Educación, Morgan Quero, ha pedido a los directores de colegios que informen cualquier amenaza, pero la brecha entre los casos reportados y los que realmente ocurren sigue siendo un desafío.