
El litoral peruano vuelve a captar atención mundial. Tres de sus playas más reconocidas -Máncora (Piura), Huanchaco (La Libertad) y La Mina (Ica)- han sido incluidas en la “Beach 100 List”, un ranking global que destaca a las 100 playas más icónicas del planeta. Esta lista, publicada en el marco de la conmemoración por los 100 años de la marca Corona, celebra aquellos espacios naturales que permiten reconectar con la naturaleza y con las raíces culturales de cada costa.
La selección, realizada por un panel internacional de especialistas compuesto por oceanógrafos, surfistas, buzos libres y ambientalistas, tomó en cuenta tres criterios principales: cultura playera, conexión con la naturaleza y estética escénica. Las playas peruanas lograron destacar en cada uno de estos aspectos, posicionándose junto a destinos como Copacabana en Brasil, Tulum en México, y otros rincones remotos de Tailandia, Sudáfrica o Grecia.
El mar peruano marca la diferencia
La playa Máncora, ubicada en la región Piura, es uno de los destinos más populares del norte peruano. Con temperaturas cálidas durante todo el año, su oleaje constante y su ambiente relajado la han convertido en una meca para quienes buscan una desconexión natural sin prisa. Es también un punto de encuentro para surfistas, mochileros y familias que recorren la Panamericana en busca de sol permanente y hospitalidad costeña.

En el caso de Huanchaco, en Trujillo, la selección en la lista internacional responde a una combinación única de tradición viva y modernidad. Este balneario mantiene el uso ancestral de los caballitos de totora, embarcaciones que surcan el mar desde tiempos prehispánicos y que son consideradas las precursoras del surf. Esa herencia, aún practicada por pescadores locales, convive con escuelas de surf, restaurantes marinos y una vida costera que se resiste al olvido.
Por su parte, La Mina se distingue por su ubicación dentro de la Reserva Nacional de Paracas, en la región Ica. A diferencia de las otras dos playas seleccionadas, La Mina no está rodeada de infraestructura urbana ni comercial. Su atractivo radica precisamente en eso: en su serenidad intacta, en su paisaje casi inalterado, y en una sensación de aislamiento controlado que permite apreciar el mar como escenario natural sin intervención masiva. Allí, el tiempo parece detenido entre acantilados rojizos, aves marinas y un mar transparente que dialoga con el desierto.
En ese sentido, estas tres playas lograron demostrar ser un reflejo de la diversidad que ofrece el litoral peruano: desde la vitalidad del norte, pasando por el legado cultural del centro, hasta la reserva ecológica del sur. En conjunto, representan no solo un potencial turístico en expansión, sino también una narrativa costera que resalta en un escenario internacional donde muchas playas enfrentan sobreexplotación o pérdida de identidad.

Una lista global con espíritu local
La Beach 100 List se lanzó como parte de las celebraciones por el centenario de la marca Corona, conocida por asociarse a la vida en la playa desde 1925. Según los organizadores, la selección de las 100 playas más icónicas del mundo busca destacar aquellos lugares donde la experiencia playera va más allá del turismo convencional y se convierte en una forma de vida.
El listado reúne destinos de América Latina, Europa, Asia y África, y no sigue un orden numérico ni competitivo. Su enfoque es cualitativo y busca visibilizar playas que mantengan una conexión real con la naturaleza, que sean símbolo de culturas locales vivas y que, además, ofrezcan paisajes con valor escénico propio.
Las playas peruanas se ubican junto a otras que también conservan su esencia, algunas mundialmente famosas, otras aún inexploradas. En ese contexto, la aparición de Máncora, Huanchaco y La Mina no solo proyecta la belleza del mar peruano, sino también el valor de prácticas culturales y paisajes preservados que, en tiempos de urbanización costera, se vuelven cada vez más escasos.