La violencia se cobró la vida de una joven que trabajaba como jaladora de colectivos en un paradero informal ubicado en el cruce de las avenidas Túpac Amaru y San Felipe, en el distrito de Comas, Lima Norte. El ataque, que se produjo alrededor del mediodía, tiene todas las características de un crimen relacionado con el sicariato y la extorsión, fenómenos que afectan a muchos trabajadores del transporte informal en la capital.
La víctima, identificada como Grace, una joven de nacionalidad venezolana, recibió al menos ocho disparos en la espalda mientras realizaba su jornada de trabajo.
La Policía y los peritos de criminalística ya se encuentran investigando el caso y no descartan la posibilidad de que la extorsión haya sido el móvil del crimen.
Vecinos del sector aseguran que no se trata de un caso aislado, sino que la violencia en la zona ha aumentado en los últimos meses debido a disputas entre trabajadores del transporte y grupos criminales. La joven fue trasladada en una camioneta del Serenazgo de Comas hasta el Hospital Sergio Bernales, pero lamentablemente llegó sin vida.
Ráfaga de balas acaba con la vida de jaladora en Comas
Alrededor del mediodía de este jueves, el paradero informal ubicado en el cruce de las avenidas Túpac Amaru y San Felipe, en Comas, se convirtió en escenario de un crimen brutal. Grace, una joven venezolana, realizaba su jornada de trabajo como jaladora de colectivos informales, como lo hacía todos los días, sin imaginar que ese día sería el último de su vida.
De repente, el sonido del motor de una motocicleta interrumpió la rutina cotidiana. Dos hombres, con el rostro cubierto y sin mediar palabra, llegaron al paradero a bordo del vehículo menor. Con rapidez y precisión, abrieron fuego contra la joven, quien no tuvo tiempo de reaccionar. Al menos ocho disparos alcanzaron su espalda, dejándola tendida en el suelo, brutalmente herida.
Los testigos, paralizados por el horror de la escena, observaron cómo Grace caía al suelo. El miedo y la impotencia llenaron el aire mientras los presentes, en un intento desesperado por ayudar, llamaron rápidamente a las autoridades. En pocos minutos, una camioneta del Serenazgo de Comas arribó al lugar. Sin embargo, al ser trasladada de urgencia al Hospital Sergio Bernales, la joven llegó sin vida, víctima de la violencia que había azotado su cuerpo con tal intensidad.
La Policía, junto con peritos de criminalística, inició la investigación del caso, pero no se descarta que la extorsión pueda haber sido el móvil del crimen. La comunidad, aún conmocionada, se pregunta cómo este tipo de ataques puede seguir ocurriendo en una zona tan vulnerable y cómo las autoridades pueden garantizar la seguridad en áreas donde la violencia se ha vuelto una constante.
Balaceras son el pan de cada día en Comas
Los habitantes de Comas han denunciado que este ataque no es un caso aislado. La violencia en la zona se ha convertido en un problema recurrente, especialmente en los paraderos informales, donde los trabajadores del transporte viven bajo constante amenaza. En este contexto, hace menos de tres semanas, otro ataque armado dejó como saldo una persona muerta y varios heridos, entre ellos un niño de dos años.
En este último incidente, sicarios en motocicleta dispararon contra un vehículo de transporte en el cruce de las avenidas San Felipe y Lima. La familia Díaz, que viajaba en una combi particular tras asistir a una misa en memoria de un difunto, fue atacada de manera indiscriminada. Este ataque, que también ocurrió en la misma zona donde Grace perdió la vida, dejó a una persona muerta y a varios heridos, incluido el menor de edad que se encuentra en estado grave tras recibir un balazo en el rostro.
La creciente violencia en Comas ha generado preocupación entre los vecinos, quienes piden más seguridad en la zona. Las autoridades locales han prometido reforzar la vigilancia, pero los residentes aseguran que es necesario un trabajo conjunto entre las fuerzas del orden, la municipalidad y la comunidad para frenar el auge de la criminalidad en la zona.
Canales de denuncia ante extorsiones
En medio de la creciente ola de extorsiones, es fundamental que los ciudadanos utilicen los canales disponibles para reportar estos delitos.
- Central 111 contra extorsiones: Una línea gratuita y confidencial que opera las 24 horas del día, los 365 días del año, ofreciendo atención inmediata a las víctimas de extorsión. Es crucial que las pruebas sean documentadas y enviadas a las autoridades.
- Central de emergencias 105: Además, puedes reportar casos de extorsión llamando al 105. La Policía Nacional del Perú (PNP) derivará tu caso a la comisaría correspondiente para iniciar las investigaciones.
- Línea 1818: El Ministerio del Interior también ha habilitado este número para que los ciudadanos puedan denunciar casos de extorsión de manera segura y confidencial.
