Después de la penosa muerte de Mario Vargas Llosa y el discurso de Álvaro Vargas Llosa donde revela en pleno funeral que Nada Chedid lo abandonó, Jaime Bayly ha hecho noticia al referirse sobre la situación. Lamentó profundamente la muerte del Nobel y se burló del accionar del ensayista de 59 años, por abordar un tema personal en un momento tan delicado.
En su espacio de YouTube, Jaime Bayly señaló que no le extrañaba el proceder de Álvaro Vargas Llosa, pues conocía perfectamente a su examigo, señalándolo como “narcisista”. Tras estas palabras, recordamos la vez que el conductor de TV se refirió a la amistad que tuvo con el hijo del premio Nobel.
Hace aproximadamente un año, contó cómo conoció a Álvaro Vargas Llosa y detalló cómo terminó el vínculo amical que los unía. En su relato, Jaime Bayly tachó al ensayista como un hombre “egoísta y pesado”.
Las figuras se conocieron hace más de 40 años, cuenta Bayly, cuando Álvaro Vargas Llosa fue a pedir trabajo en el fenecido diario La Prensa. Pese a sus diferencias políticas e ideológicas, Jaime Bayly señaló que lograron ser amigos.
Le cedió su programa
En una oportunidad, Jaime Bayly cuenta que Álvaro Vargas Llosa le pidió que le ceda su programa, sabiendo que iba a renunciar, petición que el ‘exniño terrible’ aceptó. Sin embargo, no se sintió muy agradecido al respecto.
“Álvaro era así de pedir esos favores. Me pidió que le hiciera el favor de cederle o delegarle mi programa de televisión en Santo Domingo. Y yo lo hice. Creo que fue un bonito gesto de amistad. Llamé al productor del programa, un señor de apellido Palmer, y le dije Don Eduardo, renuncio al programa, pero aquí a mi lado está Álvaro Vargas Llosa, el hijo mayor del gran escritor. Te sugiero que lo contrates para que él sea el moderador y el presentador. Y así ocurrió. Y el dueño de ese programa contrató en mi lugar a Álvaro”, contó Jaime Bayly.
“Creo que duró unos buenos tres o cuatro años como presentador y moderador de aquel programa. Nunca me lo agradeció demasiado. Álvaro Siempre he sido muy egoísta y muy avaro, muy tacaño. Yo me acuerdo que cuando salíamos a comer o íbamos al cine siempre yo pagaba las cuentas”, recordó el escritor.
Sin embargo, la amistad continuó, donde hubo momentos que no notó amistad sincera. Años después, hubo un episodio que alarmó a Jaime Bayly. “Estábamos en casa de Álvaro en una cena, y estaba ahí Bofill (jefe de Álvaro), el director de la Tercera, hablando de política. Él empezó a fumar, y Álvaro sabía que yo no podía, no debía aspirar el humo del tabaco. Entonces, le digo: ‘Álvaro, me voy a tener que retirar, no puedo respirar el humo’. Álvaro, en vez de decirle a Bofill: ‘porfa, apaga tu cigarro o fuma afuera’, tomó partido por Bofill”, detalló.
“Claro, era su jefe, era el que le pagaba. Sentí que Álvaro en esas cosas no tenía buena entraña. Esa fue, creo, que la última o la penúltima vez que lo vi”, añadió.
La última conversación de amigos
Tiempo después, Jaime Bayly se encontró con Álvaro Vargas Llosa, donde le contó que Baruch Ivcher lo quería contratar para que conduzca un programa de TV. Él sabía que el empresario no era del agrado del hijo de Mario Vargas Llosa, es por ello que decidió revelárselo.
“Le conté a Álvaro: ‘Oye, me ha hecho una propuesta para hacer un programa todos los domingos en Lima, en Canal 2. Creo que lo voy a llamar El Francotirador. ¿Qué me aconsejas?”, le preguntó a Vargas Llosa, sabiendo de la enemistad que había entre ellos.
“Álvaro me dijo: ‘Mira, tú sabes lo que yo pienso de Ivcher, es una rata, pero sácale todo el dinero que puedas. Entonces, hice el contrato, tenía la bendición de Álvaro, pero desde que hice el contrato Álvaro nunca más me habló ni me contestó mis mails ni aceptó una sola de las muchísimas invitaciones que mi productora le hizo para que viniera al programa. Es decir, porque yo firmé, Álvaro dio de baja nuestra amistad”, explicó.
Jaime Bayly señaló que lo que más le sorprendió es que cada vez que le preguntaban a Álvaro por él, el ensayista respondía: “Yo a Jaime le he perdido el respeto. Él es así. Yo en alguna columna dije: ‘Él se cree el Dalai Lama del respeto, de la decencia, de la moral”.
Lo ignoró la última vez que lo vio
Para finalizar su video, Jaime Bayly contó que coincidió con su examigo en una ocasión, cuando estaba con su esposa Silvia Núñez del Arco. El escritor indica que reconoció rápidamente la voz del ensayista, pero optó por ignorarlo.
“La última vez que lo vi estábamos Silvia y yo en un restaurant. Yo distinguí que Álvaro estaba ahí porque, como siempre, Álvaro estaba hablando a gritos, gobernando el mundo de un modo estrepitoso y chillón. Le dije a Silvia: ‘esa voz tiene que ser la de Álvaro’. Volteé y era Álvaro”, reveló Jaime.
“Por supuesto, no me levanté, no lo saludé y no le ofrecí mi mano ni lo haré si lo volvería a ver. Francamente, es un pesado. Si tengo que designarlo de una manera, es un pesado, arrogante, envanecido, que nunca pagó una mísera cuenta cuando salíamos a comer o cuando íbamos al cine. Y que cree que como es el hijo de un genio, él es un genio también. Y el pequeño detalle es que él no es un genio”, concluyó.
