El poema de César Vallejo que fue despreciado por el director de una revista: lo tildó de “adefesio” y “mamarracho”

En ‘Los heraldos negros’, publicado en 1919, Vallejo incluyó un poema amoroso dirigido a la persona amada. El tono íntimo y sentimental contrastaba con la oscuridad que atraviesa gran parte del libro

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El poema de César Vallejo que fue despreciado por el director de una revista. (YouTube eisson / Voz de Dante Casanova)

César Vallejo hizo que la poesía hablara desde lo más hondo del ser humano. Con cada verso, expuso la fragilidad, la injusticia y la esperanza a través de una voz que brota directamente de la herida. Su obra desbordó los márgenes del Perú y del idioma, y dejó una impronta en la literatura universal.

Entre sus libros más importantes figuran ‘Trilce’, con su lenguaje experimental y audaz; ‘Poemas humanos’, cargado de compromiso y desgarro; y ‘España, aparta de mí este cáliz’, escrito en medio de la Guerra Civil española. También resalta ’Los heraldos negros‘, su primer poemario, en el que aborda temas como el terruño, la familia, la religión y otros aspectos centrales de la vida.

Precisamente en este poemario figura un poema de tono sentimental que, algunos años antes de que apareciera en un libro, fue despreciado por el director de una reconocida revista peruana. El director no quedó convencido por su contenido, sin sospechar que más adelante formaría parte de ‘Los heraldos negros’, la obra que dio inicio a la trayectoria literaria de Vallejo.

Clemente Palma fue director de
Clemente Palma fue director de la revista Variedades. (Composición Infobae: Andina / UNMSM)

En su primer período, influenciado por el modernismo, Vallejo muestra su estilo en ‘Los heraldos negros’. Con ‘Trilce’, se hace evidente la huella del vanguardismo en su poesía, donde la experimentación con el lenguaje y la forma predomina. En sus trabajos posteriores, como ‘Poemas humanos’ y ‘España, aparta de mí este cáliz’, su obra adquiere un carácter más social y político, dejando atrás las influencias estéticas.

El poema de César Vallejo que fue despreciado por Clemente Palma

En ‘Los heraldos negros’, publicado en 1919, César Vallejo incluyó un poema amoroso dirigido a la persona amada. El tono íntimo y sentimental contrastaba con la oscuridad que atraviesa gran parte del libro, lo que le otorgaba una dimensión distinta dentro del conjunto.

Antes de que el poemario viera la luz, el vate envió esos versos al director de la revista Variedades, Clemente Palma, hijo del célebre escritor Ricardo Palma. Sin embargo, la reacción fue tajante: el intelectual calificó el texto como un “adefesio” y un “mamarracho” en una carta.

Durante su estancia en Francia,
Durante su estancia en Francia, César Vallejo fue retratado en la clásica pose que hoy se asocia con su imagen. (Andina)

Es importante señalar que el joven nacido en Santiago de Chuco envió sus poemas a Palma en 1917, con la intención de explorar la posibilidad de su publicación. A continuación, se presenta el contenido de la carta del director de la revista Variedades.

“Señor C.A.V. -Trujillo.- También es usted de los que vienen con la tonada de que aquí estimulamos a todos los que tocan de afición la gaita lírica, o sea a los jóvenes a quienes los da el naipe por escribir tonteras poéticas más o menos desafinadas o cursis. Y la tal tonada le da margen para no poner en duda que hemos de publicar su adefesio. Nos remite usted un soneto titulado El poeta a su amada, que en verdad lo acredita a usted para el acordeón o la ocarina más que para la poesía.

Amada: en esta noche tú te has sacrificado

sobre los maderos curvados de mis besos

Amada: y tú me has dicho que Jesús ha llorado

y que hay un viernes santo más dulce que mis besos.

¿A qué diablos llama usted los maderos curvados de sus besos? ¿Cómo hay que entender eso de la crucifixión? ¿Qué tiene que hacer Jesús en estas burradas más o menos infectas?… Hasta el momento de largar al canasto su mamarracho, no tenemos de usted otra idea de deshonra de la colectividad trujillana, y de que si se descubriera su nombre, el vecindario lo echaría lazo y lo amarraría en calidad de durmiente en la línea ferrocarril de Malabrigo”.

'Los heraldos negros' y 'Trilce',
'Los heraldos negros' y 'Trilce', poemarios de César Vallejo. (EFE)

Este es el poema íntegro, que fue calificado como “adefesio” y “mamarracho”

Amada, en esta noche tú te has crucificado

sobre los dos maderos curvados de mi beso;

y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,

y que hay un Viernes Santo más dulce que ese beso.

En esta noche clara que tanto me has mirado,

la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso.

En esta noche de setiembre se ha oficiado

mi segunda caída y el más humano beso.

Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;

se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura

Y ya no habrán reproches en tus ojos benditos;

ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura

los dos nos dormiremos, como dos hermanitos.

La carta más conmovedora que César Vallejo escribió desde París a un amigo

Desde 1924, César Vallejo empezó a mantener correspondencia con su amigo Pablo Abril de Vivero, quien vivía en Madrid. Entre todas las cartas que le envió, hay una que sobresale por el tono pesimista que se percibe en sus palabras.

El poeta escribió la misiva el 19 de octubre de 1924, en un momento especialmente delicado: ese año fue internado en un hospital de París, donde permaneció más de un mes en reposo. Durante la última semana de su estancia, fue operado y su estado de salud se agravó.

En el libro “Cartas: 114 cartas de César Vallejo a Pablo Abril de Vivero”, publicado por encargo de la Librería Editorial Juan Mejía Baca, se puede leer el texto que escribió el vate a su amigo Pablo.

Portada del libro “Cartas: 114
Portada del libro “Cartas: 114 cartas de César Vallejo a Pablo Abril de Vivero” y carta con la letra de César Vallejo.

Mi querido Pablo:

Parece que la mala suerte sigue empecinada en herirme. Esta carta la escribo desde el hospital de la Charité, Sala Boyer, cama 22, donde acabo de ser operado de una hemorragia intestinal. He sufrido, mi querido amigo, veinte días horribles de dolores físicos y abatimientos espirituales increíbles. Hay, Pablo, en la vida horas de una negrura negra y cerrada a todo consuelo. Hay horas más, acaso, mucho más siniestras y tremendas que la propia tumba. Yo no las he conocido antes. Este hospital me las ha presentado, y no las olvidaré.

Ahora, en la convalecencia, lloro a menudo por no importa qué causa cualquiera. Una facilidad infantil para las lágrimas, me tiene saturado de una inmensa piedad por todas las cosas. A menudo me acuerdo de mi casa, de mis padres y cariños perdidos. Algún día podré morirme, en el transcurso de la azarosa vida que me ha tocado llevar, y entonces, como ahora, me veré solo, huérfano de todo aliento familiar y hasta de todo amor. Pero mi suerte está echada. Estaba escrito. Soy fatalista. Creo que todo está escrito.

María Rosa Sandoval y Otilia
María Rosa Sandoval y Otilia Villanueva fueron parejas sentimentales de César Vallejo. (Difusión / El Peruano / Literalgia)

Los amores de César Vallejo, aparte de Georgette Philippart

En 1916, mientras vivía en Trujillo, César Vallejo conoció a María Rosa Sandoval, una joven de espíritu brillante. El vínculo sentimental entre ellos creció con rapidez, pero el destino impuso una pausa: ella tuvo que partir a Otuzco por razones de salud.

Tiempo después, el poeta inició una nueva etapa afectiva junto a Zoila Rosa Cuadra. De esa relación nació el poema ‘Setiembre’, incluido más adelante en su primer libro ‘Los heraldos negros’.

Más adelante, una presencia distinta dejaría una impronta en su obra: Otilia Villanueva. Fue ella quien inspiró varios de los poemas más audaces de Trilce. Su vínculo con Vallejo no surgió por azar; era cuñada de uno de los socios que colaboraba con el escritor en la administración del Colegio Barrós.