La disputa entre Bolivia y Perú por la autoría de varias danzas altiplánicas, que se originaron antes del Virreinato del Perú y en los territorios que hoy comprenden ambos países, sigue vigente. Este conflicto ha alcanzado nuevas dimensiones en las redes sociales, donde ciudadanos de ambas naciones han intensificado el debate, defendiendo sus respectivas tradiciones culturales.
Recientemente, se desató un intercambio de opiniones cuando una mujer boliviana acusó al Perú de apropiarse de las expresiones culturales de su país con el fin de obtener ventajas económicas. “El peruano abrió los ojos y las danzas bolivianas son el plato fuerte para su cultura, es por eso que se están apropiando. Y eso no solamente viene del ciudadano de a pie, viene también desde sus políticos porque nombraron como parte de su cultura danzas bolivianas. Entonces, sí tiene que ver con lo económico, saben que las danzas bolivianas sí atraen, gustan a otros países”, menciona la usuaria Vania.
Sin embargo, la respuesta no vino de un peruano, sino de un chileno, cuyas palabras rápidamente se viralizaron en TikTok. “Seguimos desenmascarando esta farsa de la lucha por la cultura porque como ellos reconocieron ya, es por dinero. Pero aquí el error es grande en esta señorita al decir que el Perú depende del turismo de las danzas. El fuerte turístico del Perú es arqueológico y gastronómico, no dependen de las danzas”, respondió el usuario Warsel.

“Lo de las danzas es algo local, de Puno. En Chile es del norte, el resto de Chile nada de danzas. El resto del Perú nada de danzas. Aquí el único país que está enteramente preocupado por las danzas porque no tienen de dónde sacar dinero, adivinen quién es: Bolivia. Por eso están tan empecinados (...) Se están tratando de afirmar de lo poco que tienen para sacar dinero porque han fracaso en todo intento para lograr un buen nivel de vida para su propio país”, añadió.
El usuario señaló que la crisis económica de Bolivia se debe a una mala gestión de sus recursos naturales, como el gas y el litio, y afirmó que esta situación lleva a los bolivianos a culpar al Perú de temas que, en realidad, no le beneficia al país inca.
“Todos los recursos que han tenido no han sabido capitalizarlo de manera óptima y funcional para su propio país, y hoy en día por qué están peleando, por unas danzas. ¿Ustedes creen que unas danzas le van a dar de comer a todo el país?, ¿ustedes creen que Bolivia se va a volver rico a punta de danzas? Les tengo una noticia: solamente la zona de Antofagasta produce más que toda Bolivia, y no hablo de turismo, no hablo de danzas. Entonces, ¿qué les hace pensar que van a ganar algo con esto de las danzas más que una victoria pírrica que no les va a servir de nada porque no se van a volver ricos con las danzas. Reaccionen, los están engañando”, finalizó.
Bolivia y su intensa polémica por las danzas altiplánicas

La disputa entre Bolivia y Perú sobre el origen de diversas danzas altiplánicas, como la morenada, diablada y llamerada, ha sido un tema recurrente durante años, que en los últimos meses ha escalado a enfrentamientos en redes sociales, actos de protesta como la quema de banderas y una constante presión sobre la Unesco por parte de Bolivia, que busca a toda costa ser reconocido como el legítimo propietario de estas expresiones culturales, exigiendo la eliminación del reconocimiento al Perú.
El reclamo de Bolivia, impulsado principalmente por las palabras y acciones de Napoleón Gómez, presidente de Obdefolk, se centra en la declaración de la Unesco de la Festividad de la Virgen de la Candelaria como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en la que se incluyen las danzas mencionadas. A pesar de que Bolivia cuenta con la declaración de su Carnaval de Oruro como Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, esto parece no ser suficiente para calmar las tensiones.
En varias ocasiones, dicha organización boliviana ha emitido reclamos escritos a la Unesco exigiendo que se le retire el reconocimiento al Perú. No obstante, todos sus pedidos han sido desestimados. Además, Bolivia no cuenta con el sustento histórico ni la evidencia necesaria para reclamar la propiedad intelectual de estas danzas.
Perú, por su parte, se ha defendido rechazando todo ataque de odio donde se le acusa de “robo”. “Bolivia y Perú, desde la época antes del virreinato y más aún con el virreinato, compartían territorio altiplánico. Eso significa que nuestras festividades y nuestros usos son similares, pero no son iguales, porque cada una de estas comunidades ya les ha impregnado particularidades muy específicas, más aún cuando hubo el tema limítrofe”, señaló una funcionaria del Minsterio de Cultura (Mincul) del Perú a este medio.
Es importante destacar que la danza de la diablada, cuyos orígenes se encuentran en el Altiplano, una región geográfica y cultural compartida por Argentina, Bolivia, Chile y Perú, tiene los primeros registros documentados en el siglo XVI, durante la catequización jesuita en Juli, Puno.