Antes de su partida, Mario Vargas Llosa dejó no solo un legado literario incomparable, sino también un mensaje profundamente personal dirigido a su familia. Fallecido el pasado 13 de abril tras luchar contra una enfermedad incurable, el escritor peruano escribió una carta dirigida a sus tres hijos, Álvaro, Morgana y Gonzalo, en la que expresó su amor, gratitud y los sentimientos que deseaba compartirles en sus últimos momentos.
Según un artículo reciente del diario español El País, se han revelado detalles sobre los últimos cinco años de vida del autor, un período en el que enfrentó su enfermedad con una serenidad que refleja la grandeza de su carácter.

Desde el verano de 2020, Vargas Llosa era consciente de que su vida llegaba a su etapa final, tras ser diagnosticado con una enfermedad incurable. Aunque existían tratamientos para ralentizar su avance, la noticia marcó un desenlace inevitable. Sin embargo, el escritor afrontó esta realidad con admirable calma, rodeado de su familia y amigos más cercanos.
En el mismo artículo se cita: “Mario Vargas Llosa sabía desde hace casi cinco años que se iba a morir”. Esta certeza no lo alejó de su pasión: continuó trabajando en su última novela y viviendo momentos significativos junto a sus seres queridos. Pese al dolor físico y emocional, el escritor encontró fuerzas para dedicar sus días a la reflexión, el disfrute en familia y la búsqueda de tranquilidad.

Durante sus últimos momentos, Vargas Llosa permaneció acompañado por su esposa, Patricia, y sus hijos, quienes fueron clave en su vida personal y profesional.
Su lucha silenciosa no solo fue un acto de resistencia, sino también de esperanza, dejando un legado literario que trasciende su partida y que reafirma su lugar como una de las grandes figuras de la literatura contemporánea.

Jaime Bayly revela enfermedad de Mario Vargas Llosa
El periodista Jaime Bayly reveló recientemente, en su canal de YouTube, que Mario Vargas Llosa escribió un mensaje a sus tres hijos tras ser diagnosticado con una enfermedad incurable en 2020. En esta carta, el escritor compartió su situación médica, sus sentimientos y sus últimas voluntades, abordando el momento con serenidad y un profundo amor hacia su familia.
Vargas Llosa explicó a sus hijos que, aunque existía un tratamiento para ralentizar la enfermedad, su condición no tenía cura. Les pidió afrontar juntos esta etapa final con entereza y mantener la unidad familiar, transmitiendo los valores que siempre quiso enseñarles. Además, dejó en claro su deseo de continuidad y fortaleza para ellos tras su partida, priorizando el apoyo mutuo.

Entre las últimas disposiciones compartidas en la carta, el autor solicitó ser incinerado y que sus cenizas fueran esparcidas en el mar de Paracas, un lugar que siempre tuvo un significado especial en su vida.
Bayly describió este gesto como un ejemplo de la claridad y madurez con las que Vargas Llosa enfrentó su despedida final. “Por supuesto, estoy muy afectado. Yo no fui amigo de Vargas Llosa, sería una petulancia, una jactancia de mi parte decir tal cosa, pero lo conocí y lo entrevisté. Lo leí con pasión, lo defendí y después nos distanciamos. Así que nunca fui su amigo, pero estuve de su lado un largo tiempo”, sostuvo el periodista.
“Tampoco fui su enemigo, pero nos distanciamos bastante y nos dijimos unas cosas que de mi parte hubiera querido no decirle (…) No podría decir yo que era su amigo. Yo era amigo de sus hijos, de Álvaro y de Gonzalo, y un poco de Morgana”, mencionó.
