Las lluvias no han dado tregua en la provincia del Manu, en Madre de Dios, donde los caminos ceden, los postes caen y el agua sigue subiendo. Desde hace varios días, el tramo Villa Salvación - Pilcopata se mantiene bloqueado, interrumpiendo el tránsito, el acceso a servicios básicos y toda posibilidad de comunicación efectiva. En medio de este escenario, los pobladores han quedado solos, sin respuestas claras ni asistencia directa del gobierno central. Algunos tramos fueron liberados gracias al trabajo de maquinaria pesada, pero la ruta hacia Itahuanía, por ejemplo, continúa inhabilitada por el colapso de plataformas.
En la capital de la provincia, Villa Salvación, los vecinos relatan un panorama desolador. No hay luz, ni agua, ni señal de teléfono. Tampoco hay transporte disponible. La vida cotidiana se paralizó y el peligro persiste en cada esquina. El colapso de puentes y el crecimiento del río impiden los traslados más elementales, incluso en casos de emergencia médica. La población, desesperada, exige que el Estado actúe con urgencia.
Una de las voces que ha alzado el pedido colectivo es la de Marleny Cusi Huamán, quien vive en Villa Salvación y denunció públicamente el abandono. “Nuestra situación en la actualidad se encuentra crítica por las inclemencias de lluvia, del tiempo”, afirmó. Su testimonio fue compartido a través del Rotafono de RPP, desde donde solicitó que declaren el distrito en estado de emergencia.
En paralelo, las autoridades locales anuncian trabajos para reactivar el tránsito, pero los pobladores sienten que estos esfuerzos no alcanzan. La urgencia es inmediata, y los riesgos, múltiples.
Servicios básicos colapsados y cero comunicación

Los vecinos deben acudir a instituciones privadas que cuentan con generadores para realizar una simple llamada. Incluso eso se ha vuelto un lujo. Según Marleny Cusi, el aislamiento complica cualquier intento de organizar ayuda interna. “Solicitamos al gobierno central que declare un estado de emergencia porque estamos desde el domingo en la noche, así”, señaló.
En varios sectores de Villa Salvación, algunas estructuras han colapsado por los huaicos. Las calles están cubiertas de lodo, hay casas deterioradas y los negocios cerraron por falta de servicios. La población se enfrenta al riesgo de enfermedades, principalmente infecciones gastrointestinales, por la escasez de agua potable.
Uno de los pedidos más urgentes de los pobladores tiene que ver con la distribución de alimentos. La caída de los accesos impide el ingreso de productos, y los almacenes de la zona están vacíos. En palabras de Marleny Cusi: “No tenemos cómo comprar porque no tenemos cómo salir o entrar a la localidad por la caída de los accesos”.
La Municipalidad Provincial de Manu ha comunicado que viene trabajando junto a la Sub Región Manu, el subprefecto provincial y otras autoridades para restablecer la vía hacia el centro poblado de Gamitana. El tramo fue desbloqueado con apoyo de maquinaria pesada, aunque otros sectores, como Pilcopata – Itahuanía, siguen sin acceso debido al colapso de dos plataformas clave.
Ante este panorama, los residentes piden que se habilite un puente aéreo para la evacuación de personas vulnerables y el abastecimiento de víveres. La conexión más cercana es con la ciudad del Cusco, a unas ocho horas de distancia, pero tampoco hay rutas habilitadas por vía terrestre o fluvial. “El punto de referencia es la ciudad de Cuzco, que está a 7-8 horas. Actualmente, no hay acceso”, enfatizó Cusi.
Trabajo articulado, pero insuficiente

En sus comunicados oficiales, las autoridades subrayan que las labores para recuperar las vías continúan. Se pidió a la ciudadanía evitar transitar durante la noche o cuando llueve, por el riesgo de deslizamientos. A su vez, se coordinan acciones con la Municipalidad Distrital de Kosñipata para avanzar desde ambos frentes en el despeje de los caminos.
Pese a ello, los avances no alcanzan a cubrir todas las necesidades. Las plataformas colapsadas en el sector Mirador Manu impiden restablecer el paso hacia el centro poblado de Itahuanía, donde también viven familias incomunicadas. El personal técnico evalúa soluciones urgentes, pero no hay un anuncio oficial sobre plazos ni apoyo desde Lima.
Lo que ocurre en Villa Salvación es un reflejo de lo que también podría afectar a otras localidades amazónicas durante la temporada de lluvias. Los testimonios no piden solamente atención puntual, sino un mecanismo de respuesta más rápido y eficaz para estos eventos que, año tras año, se repiten.
Los pobladores esperan que las autoridades regionales y nacionales no demoren más en acercarse. El aislamiento los mantiene sin comunicación, sin alimentos, sin servicios y sin garantías. Como dijo Marleny Cusi al final de su intervención: “Esta es nuestra situación”. No es solo una frase. Es un llamado urgente a mirar hacia el Manu.