
La cerveza artesanal todavía ocupa un espacio reducido dentro del mercado cervecero peruano. Representa apenas el 0.01 % del total, pero su crecimiento es constante. Según datos recientes, se comercializan cerca de un millón y medio de litros al año, con precios que se encuentran entre los 15 y 20 soles por litro. En comparación, el consumo de cerveza en general en el Perú es de 47 litros por persona al año.
Aun así, y pese a su limitada participación en el mercado local, algunas cervecerías peruanas comienzan a destacar en escenarios internacionales. Así quedó demostrado cuando las luces del Barcelona Beer Festival comenzaron a encenderse en la Fira de Montjuïc: el aroma de lúpulo y malta ya se mezclaba con los murmullos de jueces y asistentes. A más de 10 mil kilómetros de distancia, en Seúl, el Korea International Beer Expo recibía a productores de todo el mundo con otra competencia en paralelo. Sin aviso previo, sin anuncios rimbombantes, una cervecería peruana se alzó con el reconocimiento máximo en ambos certámenes. En cuestión de horas, 7 VIDAS se convirtió en el nombre más comentado entre expertos y aficionados.
El 11 de abril de 2025 marcó una fecha poco común en la historia de la cerveza artesanal latinoamericana. Por primera vez, una cervecería del Perú logró imponerse como la más premiada en dos de los concursos más relevantes de la industria: el Barcelona Beer Challenge y el Korea International Beer Awards.
La cerveza artesanal no compite por volumen ni por campañas publicitarias millonarias. Lo hace por sabor, carácter, autenticidad. En este terreno, la propuesta de la empresa peruana demostró tener argumentos sólidos para abrirse paso en escenarios internacionales. El reconocimiento en ambos continentes no fue casualidad: fue el resultado de una estrategia clara, una ejecución precisa y una identidad cervecera forjada con constancia.
Reconocimiento total en Europa

El Barcelona Beer Challenge reunió este año a 170 cervecerías de 16 países. La competencia se desarrolló bajo la modalidad de cata a ciegas, con jueces internacionales y un sistema de evaluación riguroso. Allí, 7 VIDAS se convirtió en la cervecería más premiada de la décima edición, acumulando seis medallas y el premio más alto de la competencia: “Mejor Cervecería”.
Entre las cervezas galardonadas destacan la Russian Imperial Stout 2024, Oud Bruin y Beertrekker Willakuq Pepino, todas con medalla de oro. También fueron reconocidas la Fleur de Prairie con medalla de plata, y dos etiquetas más con bronce: Breakfast Oatmeal Stout e Il Bastardo. Las medallas, más allá del metal, simbolizan la aceptación de un perfil cervecero que combina técnicas tradicionales con ingredientes únicos.
“Hace unos meses tomamos la decisión de participar en las siete competencias de cerveza más importantes del mundo fuera de Latinoamérica”, explicó Marco Málaga, maestro cervecero y CEO de la organización peruana. “Ganar las dos primeras del año, el mismo día, en Europa y Asia, es realmente histórico y demuestra que lo que estamos haciendo es superlativo”.
Asia también reconoce el sabor peruano

Mientras se celebraban los resultados en Barcelona, en Seúl se desarrollaba la premiación del Korea International Beer Awards, evento paralelo al DRINK SEOUL y al KIBEX, la segunda competencia internacional más grande del continente asiático. En esta edición, participaron 103 cervecerías de 21 países. La bebida peruana repitió el éxito alcanzado en España: siete medallas, incluyendo tres de oro, tres de plata y una de bronce.
El podio asiático fue compartido nuevamente por Beertrekker Willakuq Pepino, Fleur de Prairie y Flanders Red, todas premiadas con oro. Las medallas de plata fueron para Chimbango Wild Ale, Smoked Porter y Oud Bruin. Finalmente, la Russian Imperial Stout 2024 volvió a recibir una medalla, esta vez de bronce.
Para Málaga, este doble reconocimiento tiene un valor adicional. “Nos empuja a seguir en nuestra búsqueda de la excelencia y trascendencia”, afirmó. Además, resaltó que las cervezas premiadas están disponibles en el Perú, tanto en sus Taprooms como en puntos de venta aliados.
Ingredientes locales, impacto nacional

Uno de los pilares de esta industria es su impacto en la cadena productiva. Los agricultores andinos, por ejemplo, cultivan cebada, uno de los ingredientes clave para la elaboración de cerveza. De ellos parte el proceso que luego continúa en las manos de los cerveceros. Esta conexión directa entre campo y vaso fortalece la economía local y diversifica las fuentes de ingreso en las regiones productoras.
La apuesta por recetas que integran lúpulos especiales, maltas seleccionadas y granos originarios de los Andes también ha contribuido al crecimiento del sector. Aunque el costo es mayor que el de las cervezas industriales, el público está dispuesto a pagar por productos que ofrecen autenticidad y calidad comprobada.
Cada año, la cerveza artesanal gana nuevos espacios en ferias, bares y tiendas especializadas. Aunque el volumen de producción no compite con el de las grandes marcas, el posicionamiento de etiquetas como las de 7 VIDAS en escenarios internacionales demuestra que el Perú tiene con qué destacar.
Detrás de cada medalla hay una receta, una historia y una visión. Lo ocurrido en Barcelona y Seúl no solo representa un logro para una marca, sino también para un movimiento cervecero que busca consolidarse. Las botellas que se abrieron en abril ya forman parte de una narrativa que recién empieza a tomar fuerza.