
El caos vehicular volvió a apoderarse de Lima la tarde del lunes, generando serios estragos para miles de conductores. Largas filas de vehículos, unidades de transporte público detenidas y vías completamente congestionadas marcaron la jornada, especialmente en la avenida Javier Prado, una de las principales arterias de la capital. Con el transcurso de las horas, la congestión se extendió a distritos como San Borja y San Miguel, agravando aún más la situación.
Los mapas digitales no tardaron en mostrar manchas rojas extendidas a lo largo de varios kilómetros. Waze y Google Maps indicaban demoras inusuales desde la estación La Cultura, ubicada en la intersección de la avenida Aviación con Javier Prado Este. A pesar de algunos tramos donde el movimiento se hacía más fluido, en otros puntos el atasco era total.
En respuesta al bloqueo, la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) publicó un comunicado por redes sociales indicando que el Corredor Rojo cambió su trayecto habitual. “Ante congestión vehicular en la av. La Marina, las rutas 206 y 209 del corredor Rojo desvían su recorrido por las avenidas Universitaria y Riva Agüero, con dirección a San Miguel”, informó la entidad.
El mensaje también incluyó detalles sobre la suspensión momentánea de varios paraderos. “Asimismo, se deja de atender, momentáneamente, en los paraderos La Mar, Católica y San Marcos”, precisó la ATU. Estas decisiones buscan aliviar la carga vehicular en las zonas más comprometidas, aunque los usuarios reclamaron una mayor coordinación para evitar más demoras.

¿Cuánto se demora una persona en recorrer las principales avenidas de Lima?
Uno de los ejemplos más representativos de esta situación es la avenida Javier Prado. Un trayecto que en condiciones ideales puede completarse en 17 minutos, entre El Trébol y la avenida Brasil, puede tomar hasta 65 minutos en los horarios más complicados.
El incremento en el tiempo no solo responde al volumen de autos particulares. Según Federico Bátiz, experto en seguridad vial consultado para el informe de Canal N, hay otros elementos que agravan el embotellamiento. “Los tráilers con carga pesada que abastecen supermercados y tiendas ingresan en horas punta. Eso impacta directamente en el flujo”, señaló.
El impacto de una ciudad congestionada
Los datos de TomTom permiten una visión general de lo que ya se experimenta a nivel personal. En promedio, tomar 10 kilómetros en Lima requiere 28 minutos y 30 segundos. Esto no solo representa un retroceso frente al año anterior, sino una distancia significativa respecto a otras ciudades de la región. Bogotá requiere tres minutos menos; Buenos Aires, cuatro.
Federico Bátiz fue claro al señalar que no se trata solo de infraestructura: “El transporte público sigue siendo insuficiente, y la distribución de vehículos de carga debería estar restringida en ciertos horarios. Pero no existe una fiscalización eficaz”.

Cada minuto perdido en el tráfico refleja la necesidad de decisiones estructurales. Mientras tanto, miles de limeños continúan esperando, inmóviles, entre autos, mirando el reloj avanzar.