El Sodalicio de Vida Cristiana ha sido suprimido con la firma de un decreto en presencia de Sor Simona Bramilla, prefecta del Dicasterio para Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. La noticia fue confirmada por la misma institución que durante los últimos años ha estado envuelta en escándalos vinculados a abusos físicos, psicológicos y sexuales.
“Nuestra mirada se dirige también a las víctimas, les reiteramos nuestro sincero pedido de perdón por los maltratos y abusos cometidos en nuestra comunidad. Pedimos perdón también a toda la Iglesia y a la sociedad por el dolor ocasionado. Confiamos en que los esfuerzos que hicimos en el proceso de reparación den frutos, y seguiremos ofreciendo nuestras oraciones para que el Señor pueda sanar las heridas que se han producido”, se lee en la confirmación de la supresión.
La publicación fue aprovechada para agradecer a sodálites, laicos y clérigos que formaron parte de la comunidad . Recordaron que el “Señor tiene caminos misteriosos por los cuales siempre puede hacer nuevas todas las cosas” y se encomentadora a la Virgen María para iniciar “un tiempo privilegiado de conversión y de escuchar renovadamente la voz de Dios”. Sin embargo, el texto no hizo mención a Luis Fernando Figari, fundador del Sodalicio acusado de abuso físico, psicológico y sexual.

La agrupación disuelta también hizo público el informe final de reparaciones, la misma que contempla apoyo económico, apoyo terapéutico e indemnización económica. A la fecha, 93 víctimas recibieron el último tipo de reparación mencionado, según el documento. El monto total ascendería a más de cinco millones de dólares. De acuerdo con la información con la que contó la Oficina de Escucha y Asistencia, las 98 reparaciones realizadas se dieron a nueve mujeres y 89 hombres, de los cuales 74 fueron miembros del Sodalicio.
“A algunas de las personas que, de acuerdo con los criterios mencionados, no fueron reconocidas como víctimas de abuso, se les ofreció una ayuda solidaria a manera de asistencia. Para ello se consideró el principio de la caridad cristiana, como también se tuvo en cuenta la situación particular de dificultad por la que atravesaba cada una. Dichos casos no se consideraron en estas estadísticas. En total se entregaron ayudas solidarias a 12 personas”, especifica la publicación.
Últimos intentos
El Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), organización ultracatólica peruana, se resistió a formalizar su disolución, a pesar de la orden del Papa Francisco emitida en enero de 2025.Según el abogado José Ugaz, representante de seis víctimas no indemnizadas, el SVC maniobró para vaciar sus bienes y fondos antes de la disolución, con el fin de evitar que sean gestionados por el Vaticano. Ugaz alertó al Vaticano sobre esta posible fuga de dinero y ocultamiento de patrimonio en una carta enviada el 24 de marzo.

El SVC ha admitido haber atendido a al menos 83 víctimas de abusos sexuales y psicológicos desde 2016, aunque las investigaciones elevan la cifra a más de un centenar. La organización ha pagado 5,3 millones de dólares en indemnizaciones. Sin embargo, las víctimas denuncian que aún quedan muchas sin reparar. El comisario apostólico designado por el Papa, monseñor Jordi Bertomeu, ha mantenido reuniones con el superior general del Sodalicio para coordinar el proceso de disolución, pero la fecha de su formalización aún está pendiente.
¿Quién es Luis Fernando Figari?
Luis Fernando Figari es un laico católico peruano, nacido en Lima en 1947. Es conocido por haber fundado en 1971 el Sodalicio de Vida Cristiana, una sociedad de vida apostólica dentro de la Iglesia católica. Bajo su liderazgo, la organización creció significativamente y logró reconocimiento oficial del Vaticano en 1997.
Además del Sodalicio, Figari fundó otras agrupaciones religiosas como el Movimiento de Vida Cristiana, la Asociación de María Inmaculada, la Fraternidad Mariana de la Reconciliación y las Siervas del Plan de Dios, que conforman la llamada “Familia Sodálite”.

Durante años, su figura estuvo rodeada de admiración dentro de círculos conservadores, hasta que comenzaron a salir a la luz denuncias de abusos físicos, psicológicos y sexuales cometidos por él y otros miembros del Sodalicio. Estas denuncias fueron documentadas por periodistas y exmiembros, generando un escándalo que sacudió a la Iglesia peruana y latinoamericana.
En 2017, el Vaticano le prohibió regresar al Perú y le impuso restricciones severas. Finalmente, en 2024, el Papa Francisco lo expulsó oficialmente del Sodalicio, considerando que su conducta había causado un grave daño a la Iglesia. Desde entonces, Figari vive en Roma, apartado completamente de la vida pública y religiosa.