
El agricultor ancashino Adolfo Suárez Valerio fue torturado mientras se encontraba bajo custodia de la Policía Nacional (PNP) en Barranca, según la necropsia citada en un informe difundido este viernes en Hildebrandt en sus trece. El documento detalla signos de asfixia por compresión externa del cuello, así como múltiples lesiones recientes compatibles con uso excesivo de la fuerza.
La Fiscalía Penal Especializada en Derechos Humanos de Huaura acusó por tortura agravada y omisión de socorro uno de los suboficiales implicados, Rogerd Salás Arce, y al mototaxista José Carlos Alan Rentería. Posteriormente, el Poder Judicial ordenó nueve meses de prisión preventiva contra ambos. Otros tres policías que participaron en la intervención enfrentan cargos por omisión de socorro, aunque por ahora se mantienen en libertad.
Los hechos ocurrieron el pasado 28 de marzo. Suárez acompañaba a su padre, Grabiel Suárez Martínez, en un viaje desde su comunidad en Llamachupán (Áncash) hacia Lima, con parada en Barranca. Luego de visitar a familiares en esa ciudad, abordaron una mototaxi conducida por Rentería.
Una discusión por la ruta derivó en un altercado físico. Las cámaras de seguridad captaron que, al llegar la Policía, el agricultor ya se encontraba en el suelo e inmóvil. A pesar de su estado, fue esposado, arrastrado por la vereda y cargado de manera violenta hasta un patrullero.

Su padre lo siguió hasta la comisaría de Barranca. “¡Lo han matado!”, gritó al encontrarlo inconsciente y aún esposado en la carceleta. Pasaron más de 20 minutos antes de su traslado al hospital, donde solo se pudo certificar su muerte. El informe de necropsia menciona lesiones traumáticas y hematomas “digitoformes” en los brazos, lo que sugiere el uso excesivo de fuerza física.
“Se evidencian signos de traumatismos corporales recientes, siendo los hallazgos encontrados de importancia vital signos de asfixia”, indica el documento. Las imágenes de las cámaras de seguridad desmienten la versión policial que aseguraba que Suárez presentaba síntomas de ebriedad y que fue encontrado balbuceando en la vereda. La prueba toxicológica no detectó presencia de alcohol.
De acuerdo con el semanario, el agente que actualmente enfrenta prisión preventiva fue inspector de tránsito en la Municipalidad de Barranca y trabajó como personal de seguridad en la Corte Superior de Justicia de Huaura, de donde fue despedido en 2022 por hostigamiento sexual.
“Mi hijo no era un delincuente. Me lo han matado”, dijo entre lágrimas Palenma Valerio, madre del fallecido. Suárez era hijo único y trabajaba en el campo junto a su familia.
Otro caso con agentes implicados
El semanario también explica cómo operaba una red criminal integrada por policías en actividad y retiro a raíz del robo de un lingote de oro valorizado en más de medio millón de dólares en el Callao. El suboficial Edgar Morales García, quien murió abatido durante el asalto del 30 de marzo, fue identificado como uno de los asaltantes.
Su celular resultó clave para reconstruir los hechos: reveló chats, audios y coordenadas del plan, así como la participación de otros policías, entre ellos Víctor Hinostroza Luque, presunto cabecilla de la banda y con antecedentes por un robo similar en 2021. Aunque entonces fue absuelto por el Tribunal de Disciplina del Ministerio del Interior, hoy es nuevamente investigado.
La Fiscalía ha reunido testimonios, imágenes de seguridad y mensajes en clave del grupo de WhatsApp donde se coordinó el atraco. Dos de los cómplices, también suboficiales, resultaron heridos y están con prisión preventiva.
El lingote desapareció tras ser recogido por un sereno, quien afirmó haberlo colocado en un vehículo oficial antes de alejarse brevemente. Al regresar, la bolsa estaba vacía. La Fiscalía del Callao mantiene abiertas las investigaciones para dar con el paradero del oro y desarticular por completo esta red criminal enquistada en la institución policial.