Para Pensión 65, don Marcelino Abad Tolentino representa un logro significativo en la labor del programa, que busca ofrecer atención económica a los adultos mayores en situación de extrema pobreza. ‘Mashico’, como lo llaman de cariño, cumplió 125 años el pasado 5 de abril y recibe una pensión desde 2019, cuando un colaborador del programa conoció su situación. Por ello, Infobae Perú se adentra en este caso para dar a conocer cómo el Estado, a través de Pensión 65, llega a los adultos mayores con este programa de apoyo.
Marcelino Abad, natural de Huánuco, tenía 119 años cuando obtuvo por primera vez su DNI, lo que le permitió ser reconocido como ciudadano peruano. Antes de eso, vivía de manera similar a como lo hacía cuando tenía 7 años, tras quedar huérfano y siendo hijo único. Nunca se casó ni tuvo hijos, pero su estilo de vida saludable, basado en una alimentación orgánica —en su mayoría cultivada por él mismo— le permitió gozar de una longevidad admirable, aunque limitado en sus derechos.
Genoveva Janampa, jefa de la Unidad Territorial de Pensión 65 en Huánuco, señala que, al conocer sobre la existencia de don Marcelino, el programa trabajó rápidamente en coordinación con Reniec y el Sisfoh para integrarlo. Gracias a este esfuerzo, el adulto mayor ahora puede acceder a los servicios de salud del Estado y recibe una pensión de S/250 bimestrales, que pronto ascenderá a S/350. Esta pensión contribuye, en parte, a que pueda recibir atención y cuidados en la Casa Hogar ‘Mis Abuelitos’.

“Muchos ciudadanos, muchas autoridades, conocían de su existencia, pero nadie visibilizaba el caso porque era un adulto mayor indocumentado (...) ”, menciona Janampa señalando tal vez la falta de conocimiento que hay en la población sobre el programa o el descuido humano que aún afecta a muchos otros ‘Mashicos’ en Perú.
“Vivía solo, sin servicios básicos como electricidad o agua potable. Se alumbraba con un mecherito, y su rutina diaria estaba marcada por el sol. Su alimentación dependía principalmente de lo que cultivaba en su propia tierra (...) En ese lugar no había señales de radio ni de celulares, y él bebía agua pura de un manantial”, añade.
¿Qué es Pensión 65 y cómo trabaja?
El programa Pensión 65 es una de las iniciativas más importantes del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social para apoyar a los adultos mayores en situación de extrema pobreza. Según Genoveva Janampa, actualmente hay alrededor de 824,000 usuarios en todo el Perú que se benefician de este apoyo económico.
“El año pasado, más de 210 mil adultos mayores se incorporaron a Pensión 65, lo que permitió que el programa pasara de 630 mil usuarios en 2023 a 824,351 en 2024, como parte del esfuerzo del Estado por cerrar la brecha social”, menciona.
En cada provincia del país hay representantes de este programa social, a la espera de identificar y apoyar a más adultos mayores en situación de vulnerabilidad. La representante de Pensión 65 reconoce que en las zonas rurales y alejadas del Perú, hay adultos mayores que enfrentan dificultades para acceder a los servicios y beneficios que el programa ofrece. A pesar de ello, se trabaja arduamente para superar estas barreras y garantizar que nadie quede atrás.

Además, menciona que el programa no se limita únicamente a la entrega de estas pensiones, sino que también brinda acompañamiento a los adultos mayores en situaciones vulnerables. Un ejemplo de ello es el caso de ‘Mashico’, quien ha encontrado en la casa hogar un espacio para vivir de manera digna y cuidada desde 2022, gracias a la coordinación del programa con este centro privado, administrado por la Diócesis de Huánuco.
Requisitos de Pensión 65
Janampa aclara que solo se considera el ingreso a Pensión 65 a los adultos mayores que sean mayores o hayan cumplido los 65 años de edad y estén en situación de extrema pobreza. Por lo tanto, si conoces alguna situación de vulnerabilidad de un adulto mayor, puedes acercarte a los gobiernos locales o a las unidades territoriales de Pensión 65, quienes serán los encargados de evaluar el caso y garantizar que reciba el apoyo adecuado.
“El ingreso al programa se basa en una clasificación socioeconómica a través del Sistema de Focalización de Hogares (Sisfoh). Los gobiernos locales recogen las declaraciones juradas de los ciudadanos en situación de vulnerabilidad, las cuales son enviadas al programa”, refiere. Una vez que se verifica la condición socioeconómica mediante un proceso de cotejo masivo, se asegura que el adulto mayor no reciba pensión pública (ONP) o privada (AFP).

Además, se priorizan aquellos con condiciones de salud adicionales, como enfermedades crónicas. “El proceso no es automático. Se realiza una evaluación socioeconómica, y de acuerdo con un criterio de prelación, se priorizan los casos más urgentes para su ingreso oportuno”, manifiesta.
Janampa destaca que el año pasado hubo un incremento masivo de usuarios en Pensión 65 debido a que todos los adultos mayores que estaban en lista de espera fueron incorporados al programa. Sin embargo, también señala que “cada año, más adultos mayores cumplen 65 años, lo que los convierte en potenciales usuarios. No obstante, las unidades priorizan a aquellos que necesiten este apoyo económico con mayor urgencia”.
Modalidades de cobro y beneficios
Una de las particularidades del programa es la modalidad de cobro. Pensión 65 permite que los beneficiarios deleguen a un “tercero autorizado” para recoger la subvención en su nombre, especialmente en casos como el de Marcelino Abad, quien no puede trasladarse personalmente a las agencias del Banco de la Nación o a otros puntos de pago. Esta flexibilidad es fundamental para garantizar que los adultos mayores puedan acceder a sus beneficios sin dificultades, sin importar su condición de movilidad.

Además, Pensión 65 ha implementado una serie de estrategias para promover el buen trato al adulto mayor y fomentar su participación en actividades que refuercen su autoestima y bienestar. “Tenemos una estrategia llamada Saberes Productivos, en la cual identificamos los conocimientos ancestrales de nuestros adultos mayores y los promovemos para que los transmitan a las nuevas generaciones”, comenta Janampa. A través de talleres y actividades en coordinación con instituciones educativas y parroquias, los adultos mayores tienen la oportunidad de enseñar a los más jóvenes técnicas tradicionales como el hilado y el tejido, preservando así su valioso legado cultural.
Más sobre Mashico
Don Marcelino Abad fue identificado en 2019 en un anexo de la provincia de Pachitea. Para el equipo del programa, Marcelino es un ejemplo vivo de los valores que desean promover. “Don Marcelino simboliza ese ejemplo de sabiduría, de conocimiento ancestral y de fortaleza. Nos da lecciones de vida sobre cómo uno puede llegar a la edad que él tiene, viviendo de manera pacífica, saludable, con hábitos de consumo de alimentos saludables”, comenta Janampa.
A pesar de los estragos del tiempo y las limitaciones que impone la edad, don Marcelino se mantiene saludable, demostrando la fortaleza de su vida sencilla y natural, y gracias también a los cuidados que recibe.

“Don Marcelino es una persona muy querida y bien cuidada en la Casa Hogar. Desde el programa, se realiza un seguimiento constante a través de visitas periódicas. Además, el gobierno local ha formado una red de voluntarios que están siempre pendientes del estado de salud y bienestar de los adultos mayores, realizando un acompañamiento continuo”, menciona la jefa del programa en Huánuco.
Gracias al cariño y apoyo recibido de los trabajadores del programa del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social y de la Casa Hogar ‘Mis Abuelitos’, Mashico ahora siente que tiene una familia que vela por él.