Estudiantes peruanos reciben clases en un bar y una capilla por falta de escuelas seguras

En Loreto y Piura, niños de primaria y secundaria asisten a lecciones rodeados de botellas, lápidas y estructuras colapsadas, mientras autoridades aún no presentan una solución concreta al deterioro de sus colegios

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A casi un mes del inicio de clases, los escolares enfrentan condiciones indignas para continuar sus estudios. | Canal N

La crisis de la educación pública en el Perú ha llegado a extremos alarmantes. A casi un mes del inicio oficial del año escolar 2025, alumnos de regiones como Loreto y Piura se ven obligados a estudiar en condiciones completamente inadecuadas, así lo detalló Canal N. La palabra clave es precariedad, y la respuesta del Estado sigue siendo lenta, distante y, para muchos, indiferente.

Iquitos: niños estudian junto a cajas de cerveza

En el distrito de Punchana, ubicado en la región Loreto, los escolares del colegio estatal Juan José Bardales Chuquipiondo viven una situación insólita: reciben clases en un bar. Al no contar con una infraestructura funcional, los menores han sido reubicados en un local comercial donde se expenden bebidas alcohólicas.

Sentados en mesas junto a cajas de cerveza y en plena vía pública, intentan seguir el ritmo de su aprendizaje entre el ruido del tráfico, el calor amazónico y la incomodidad de un ambiente no apto para menores. La imagen, que ha circulado por redes sociales y medios locales, ha causado indignación en la población y refleja el abandono que enfrentan muchas instituciones educativas en la Amazonía peruana.

Estudiantes de primaria y secundaria
Estudiantes de primaria y secundaria del colegio 14254 de Ayabaca, en Piura, han sido reubicados en una capilla dentro de un cementerio (Captura Canal N)

La escuela presenta fallas estructurales graves desde el inicio del año escolar. Techos agrietados, filtraciones de agua y el riesgo de colapso han obligado a su cierre temporal. Sin embargo, en lugar de priorizar una solución estructural o al menos alquilar un local apropiado, las autoridades optaron por trasladar a los alumnos a este bar, lo que no solo pone en riesgo su seguridad física, sino que también afecta gravemente su derecho a una educación de calidad.

Piura: estudiar entre lápidas y bloques de cemento

En la sierra de Piura, la situación es igualmente preocupante. Más de cien escolares del Colegio 14254 del distrito de Ayabaca han sido reubicados en una capilla, la única construcción disponible tras el colapso parcial de su plantel. Lo que antes era un espacio para celebraciones religiosas hoy alberga a estudiantes de primaria y secundaria que intentan continuar su formación académica en medio de lápidas y bloques de concreto.

En Punchana, Loreto, el Estado
En Punchana, Loreto, el Estado reubicó a escolares en un local donde se venden bebidas alcohólicas por falta de infraestructura educativa. (Captura Canal N)

Las intensas lluvias que azotaron la región norte del país en semanas recientes provocaron severos daños a la infraestructura del colegio. Algunas aulas se desplomaron y otras fueron declaradas inhabitables debido al riesgo de deslizamientos de tierra y al debilitamiento de las paredes. A pesar de la gravedad del problema, no ha habido una respuesta eficiente por parte de los gobiernos central, regional o local.

La improvisada solución de convertir una capilla —ubicada dentro de un cementerio— en salón de clases ha generado profunda preocupación entre los padres de familia y docentes. No solo por las condiciones físicas del lugar, sino también por el impacto emocional y psicológico que puede tener en los menores estudiar en un ambiente fúnebre y sin las mínimas condiciones pedagógicas.

Precariedad estructural y abandono institucional

La situación que enfrentan los estudiantes de Loreto y Piura no es un hecho aislado, sino el reflejo de un sistema educativo profundamente desigual y desatendido. En muchas regiones del Perú, los colegios públicos carecen de lo más básico: aulas seguras, mobiliario adecuado, servicios sanitarios funcionales y acceso a materiales educativos.

Niños del colegio Juan José
Niños del colegio Juan José Bardales Chuquipiondo de Iquitos reciben clases en un bar debido al cierre del plantel por daños estructurales. (Captura Canal N)

Diversos informes de la Defensoría del Pueblo y de organizaciones de la sociedad civil han alertado sobre el deterioro de la infraestructura educativa en zonas rurales y amazónicas. Sin embargo, los recursos asignados por el Estado siguen siendo insuficientes, y los procesos burocráticos para ejecutar obras de mantenimiento o reconstrucción avanzan con extrema lentitud.

El Ministerio de Educación, por su parte, ha declarado en ocasiones anteriores que la atención a colegios en emergencia forma parte de su agenda prioritaria, pero los hechos en Punchana y Ayabaca muestran lo contrario: soluciones parche, improvisadas y peligrosas que vulneran el derecho fundamental a la educación.

Un llamado urgente a las autoridades

La comunidad educativa, los padres y los mismos estudiantes exigen una intervención urgente y sostenida por parte del Estado. No basta con reubicar temporalmente a los escolares en espacios improvisados; se necesita una estrategia integral que garantice condiciones dignas y seguras para el aprendizaje en todo el país.

Mientras tanto, cientos de niños y adolescentes siguen asistiendo a clases en lugares que jamás deberían ser aulas: un bar en la selva y una capilla entre lápidas en la sierra. Un país que no garantiza educación digna a sus niños y niñas está hipotecando su futuro.