El paro de transportistas convocado en Lima este 10 de abril ha desatado fuertes tensiones entre los manifestantes y las autoridades, especialmente después de las declaraciones del congresista José Cueto. El parlamentario, miembro de la bancada Honor y Democracia, sugirió en una intervención en el Congreso que las empresas de transporte público instalen láminas antibalas en sus vehículos como medida de protección ante los crecientes ataques y extorsiones de las mafias criminales. Además, propuso que los efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP) se ubiquen en los buses vestidos de civiles para evitar los asesinatos.
Sin embargo, sus palabras fueron duramente rechazadas por Miguel Palomino, presidente de la Asociación Nacional de Conductores y vocero de los transportistas de Lima Norte, quien calificó a Cueto de “payaso” y rechazó categóricamente sus sugerencias. “Ese es un payaso. Así nos ha ridiculizado, nos ha tratado de informales y delincuentes”, expresó Palomino en una entrevista durante la protesta. Según él, las medidas propuestas por Cueto demuestran una total falta de comprensión de la realidad que enfrentan a diario los conductores en la capital.
“Así como no nos quieren recibir, así nos ha abandonado el país”
Las críticas de los transportistas no se limitaron solo a Cueto; también apuntaron al Congreso de la República y al gobierno de Dina Boluarte, a quienes acusaron de ignorar las graves amenazas que enfrentan. “Nos están paseando y basta de eso. Nosotros le pagamos a ellos y deberían de recibirnos y no pedirle por favor”, afirmó Palomino, visiblemente indignado. Los dirigentes exigieron una respuesta clara de las autoridades frente a la ola de extorsiones y ataques violentos que sufren los conductores y las empresas de transporte público.
El descontento se originó después de la negativa de los congresistas a recibir a los manifestantes. Según sus declaraciones a los medios, el Congreso, en lugar de escuchar sus demandas, los ha dejado de lado, sin ofrecer soluciones concretas para abordar la violencia que afecta al sector. “El día lunes nos ha prácticamente hecho una burla a nosotros que hemos entrado ahí. “Esperen. Regresen, esperen. Regresen. No, ya se fue.” O sea, no nos quiere atender. Así como no nos quieren recibir, así nos ha abandonado el país.”, señaló Palomino, refiriéndose al trato recibido durante una de las reuniones solicitadas por los dirigentes.
Disturbios y represión en el paro de transportistas

El 10 de abril de 2025, el paro de transportistas en Lima se transformó en un escenario de enfrentamientos violentos entre manifestantes y la Policía Nacional del Perú (PNP). Los protestantes, que exigían respuestas ante las extorsiones y amenazas de muerte que enfrentan a manos de organizaciones criminales, se concentraron a lo largo de la avenida Abancay con la intención de llegar al Congreso de la República. A medida que avanzaban, la policía recurrió al uso de gases lacrimógenos para dispersar a la multitud, lo que provocó una serie de enfrentamientos. En respuesta, algunos manifestantes lanzaron objetos, lo que intensificó el conflicto.
Los disturbios causaron el cierre de numerosos comercios en las inmediaciones del Mercado Central y otras galerías cercanas. Los comerciantes, temerosos de los enfrentamientos, bajaron las rejas de sus negocios, lo que atrapó a algunos clientes dentro de los locales hasta que lograron salir. Además, varios manifestantes, incluidos jóvenes universitarios que se sumaron a la protesta, resultaron heridos por perdigones y golpes de la policía, lo que aumentó la tensión en el lugar.
El conflicto alcanzó su punto álgido cuando los manifestantes intentaron avanzar hacia el Congreso, donde se registraron más grescas. Algunos de los participantes acusaron a las autoridades de no permitir el acceso al Congreso de manera equitativa, lo que agravó la molestia entre los transportistas. Mientras tanto, las denuncias sobre extorsiones por parte de organizaciones criminales, que exigen pagos a cambio de permitirles operar, continúan siendo el principal desencadenante de la protesta.