
En su empeño por conseguir el perro ‘ideal’, los humanos han realizado miles de cruzamientos para crear muchas de las razas conocidas actualmente. No obstante, algunas no lograron mantenerse con el paso del tiempo, como sucedió con el pitbull peruano.
La creación de la raza pitbull peruano se remonta a finales de la década de 1910, en la Hacienda Salamanca, ubicada en el departamento de La Libertad, Perú. Esta propiedad estaba bajo la gestión de la familia Larco, quienes estaban a cargo de la crianza de los cerdos Poland China, una raza porcina que necesitaba ser protegida de las plagas de roedores en las instalaciones de la hacienda.
Fue en este contexto que la familia Larco, en colaboración con varios trabajadores y expertos de la época, comenzó a desarrollar una raza canina que fuera apta para el control de estos roedores.
Desarrollo de la raza
El principal impulsor de la creación de la raza fue el administrador de la hacienda, Martín Lynch, quien se encargó de la selección inicial de los perros. El objetivo era criar un animal que fuera eficiente en la caza de roedores, y, con el tiempo, también se buscó que el perro tuviera habilidades para ser un guardián.
En total, se criaron unos 700 perros hasta estabilizar la raza en la década de 1940, de acuerdo con un artículo publicado por VC. McNellis en 1944, en el Journal of the American Veterinary Medical Association. Este documento reportó por primera vez la creación del pitbull peruano (‘peruvian pitbull’) y mostró la única fotografía hallada de uno de estos ejemplares.
Los perros fueron descritos como de tamaño medio, con una constitución robusta. Su pelaje era corto, de un color negro opaco o plomo oscuro, con algunas manchas blancas en las patas y el pecho. Su piel era gruesa y colgante.

En cuanto a sus dimensiones, se mencionó un rango entre 45 y 51 cm de largo y un peso entre 15,8 y 20,5 kg.
McNellis brindó también detalles del carácter de estos cánidos: compañeros afectuosos con sus cuidadores, eficientes guardianes de los cerdos y excelentes para la caza de roedores.
La raza no fue reconocida por la Federación Cinológica Internacional (FCI), lo que significó que nunca obtuvo una estandarización formal. En tanto, la información sobre su creación y características cayó en el olvido con el paso de los años, y solo se conoce de la raza por el artículo mencionado.
Extinción y búsqueda
En 1964, la Hacienda Salamanca decidió abandonar la crianza de cerdos Poland China debido a problemas de rentabilidad. Esto significó el fin de la cría del pitbull peruano, ya que los perros de esta raza dejaron de ser seleccionados para su cría y comenzaron a cruzarse con perros mestizos de otras razas.
Este proceso de mestizaje, combinado con la falta de un programa de conservación, probablemente resultó en la desaparición gradual de la raza.
En un intento por recuperar información sobre la raza, el investigador E. Daniel Cossios realizó una búsqueda en el área antiguamente ocupada por las haciendas de la familia Larco. Asimismo, entrevistó a decenas de pobladores de la zona.

“No se encontró ningún ejemplar de perro que cumpliera con las características físicas”, indicó Cossios en su artículo publicado en la Revista de Investigaciones Veterinarias en 2018.
Dado que algunos de los más veteranos habían habitado toda su vida en la hacienda, recordaban a los perros y otorgaron más detalles sobre cómo había sido su crianza. Así, logró confirmar que en la década de 1950 había más de 200 ejemplares de pitbull peruano en el área.
En adición a ello, Cossios consiguió documentos que le permitieron conocer más detalles sobre las proporciones físicas de esta raza.
Finalmente, el investigador señaló que los datos que logró obtener no solo han sido útiles para una descripción más completa de estos caninos, sino que podrían, “eventualmente”, servir para recuperar la raza.
“Una raza puede ser recuperada o reconstruida a partir de ejemplares con características similares a las de la raza original”, concluyó.