
La carrera electoral del 2026 ya empezó para varios legisladores que no tendrán que renunciar a su cargo para postular a la Presidencia, el Congreso bicameral, gobiernos regionales o alcaldías. Esto es posible gracias a la Ley 32058, que modifica la Ley Orgánica de Elecciones y la Ley de Organizaciones Políticas, y que fue aprobada por el pleno en mayo de 2023. La norma abrió la puerta a una situación inédita: congresistas que, siendo autoridades en funciones, podrán competir por el voto popular sin abandonar el Parlamento.
Al coincidir el último año de gestión legislativa con los procesos electorales, la ley deja a los congresistas con carta libre para mantenerse en el cargo mientras hacen campaña. La norma fue presentada como una medida para “optimizar” el proceso electoral, pero desde distintos sectores se advierte que el límite entre la labor de representación y el proselitismo puede tornarse difuso, y que el riesgo de mal uso de recursos públicos es latente.
Movilidad oficial, personal de seguridad, viáticos, alimentación, viajes de representación e incluso insumos como papel y fotocopias podrían emplearse para actividades políticas, bajo la sombra de la legalidad parlamentaria.
¿Es posible separar funciones de campaña?
Desde el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) se ha hecho un llamado público a respetar los principios de neutralidad, pero la implementación práctica queda en manos del propio Congreso.

Para el exministro de Justicia y especialista en derecho electoral, José Tello, hay una vía que podría generar mayor equidad entre candidatos: “Se debería prever la posibilidad de que si ellos van a ser candidatos, ya sea a la reelección o a otro cargo de elección popular, pudieran renunciar al cargo de congresistas y bajar al llano, de esa manera no habría una situación de ventaja de ellos como autoridades y candidatos respecto de aquellos postulantes que se presentan únicamente como candidatos”, señaló para RPP Noticias.
Una medida similar fue sugerida por el excongresista Víctor Andrés García Belaúnde. Recordó que, en gestiones anteriores, cuando existía la reelección parlamentaria, se optaba por suspender los viajes de representación en época electoral para evitar conflictos de interés. “Por lo menos en los parlamentos a los que yo he asistido, ocurría porque, primero, había que terminar con la labor parlamentaria debido a los proyectos pendientes, y luego recién se podía hacer campaña”, indicó. A su criterio, la Mesa Directiva del Congreso tiene la posibilidad de adoptar una medida similar en los meses previos a las elecciones.

Una de las figuras políticas que ya ha manifestado públicamente su intención de postular es el legislador Roberto Chiabra, precandidato a la Presidencia por el partido Paz y Unidad. Chiabra ha asegurado que mantendrá una estricta separación entre su labor congresal y sus actividades partidarias: “Yo voy a seguir cumpliendo con lo que vengo haciendo en mi semana de representación. Me reúno con la Cámara de Comercio, con la gente que tiene problemas, pero no hago ningún proselitismo”, declaró a la emisora radial.
El legislador también aseguró que será estricto en su comportamiento visual durante sus actividades públicas. “No se me ocurriría tener una banderola detrás de mí o ponerme un polo, una gorrita que tenga mi símbolo. Yo no voy a incurrir en ninguna acción directa ni indirecta que pueda motivar a que se me cuestione”, puntualizó.