
La Contraloría General de la República advirtió a la Dirección Regional de Salud del Callao (Diresa Callao) sobre las condiciones precarias en las que operan varios Centros de Salud Mental Comunitarios (CSMC) en la provincia constitucional del Callao. Según el informe de control N° 002-2025-OCI/0628-SVC, elaborado entre el 29 de enero y el 6 de febrero de 2025, estos centros carecen de servicios básicos esenciales como agua potable, energía eléctrica, desagüe y servicio de Internet, lo que compromete tanto la calidad como la continuidad de la atención a los pacientes, además de poner en riesgo la integridad del personal.
De los seis CSMC existentes en el Callao, solo dos funcionan en inmuebles de propiedad de la Diresa Callao, mientras que los demás operan en locales cedidos por otras entidades del Estado, a través de convenios interinstitucionales. Uno de los centros más afectados es el CSMC Carmen de la Legua Reynoso, ubicado en el distrito homónimo, que operó hasta el 11 de marzo de 2025 en un local cuyo convenio de cooperación con la Municipalidad Distrital de Carmen de la Legua había expirado en diciembre de 2024. La municipalidad adelantó que no renovaría el acuerdo, dejando a la Diresa Callao con la responsabilidad de reubicar el centro y cubrir los costos de alquiler.
El centro ha enfrentado graves problemas con el suministro de energía eléctrica: desde el 27 de diciembre de 2024, el servicio fue suspendido, lo que obligó a utilizar un grupo electrógeno ubicado en la vía pública. Además, la Diresa Callao adeuda S/ 76,378.58 por consumo eléctrico correspondiente a los cinco años de ejecución del convenio. Esta falta de energía ha generado una serie de inconvenientes, como la interrupción del suministro de agua y la imposibilidad de mantener los servicios higiénicos en funcionamiento más allá de lo estrictamente necesario para el personal de salud.
Centros de salud dependen de camiones y cisternas de agua

Por su parte, otros centros también presentan situaciones alarmantes. El CSMC La Perla opera sin conexiones formales de agua, desagüe y energía eléctrica, recurriendo a conexiones informales, como la toma de energía de postes de alumbrado público. Aunque esta situación fue alertada en 2024, no ha sido corregida. El CSMC Ventanilla Norte, inaugurado en noviembre de 2022, apenas cuenta con suministro eléctrico y depende de camiones cisterna para el abastecimiento de agua, mientras que el servicio de desagüe se maneja mediante un silo ubicado fuera del local.
El CSMC Mi Perú también enfrenta dificultades con el suministro de agua, luego de que Sedapal cortara el servicio en julio de 2024 por impagos. Actualmente, el centro depende de cisternas de parques cercanos para la limpieza, y los servicios higiénicos están restringidos. Además, este centro carece de acceso a Internet.
Además de estas deficiencias, la Contraloría observó que el CSMC instalado en el cuarto piso de la Oficina de Bienestar Universitario de la Universidad Nacional del Callao no cuenta con una adecuada publicidad ni identificación, lo que limita su visibilidad. Ante estas condiciones, la Contraloría recomendó a la Diresa Callao adoptar acciones urgentes para mejorar la infraestructura y los servicios en los CSMC, con el fin de garantizar la atención adecuada de los pacientes.
La salud mental en Perú: una crisis desatendida

A pesar de los avances tecnológicos y la globalización, la salud emocional sigue siendo un área descuidada, tanto a nivel mundial como en Perú. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo el 29% de las personas con trastornos emocionales recibe atención. En el caso de Perú, la cifra es aún más alarmante: el 80% de la población diagnosticada con problemas de salud mental no recibe ningún tipo de ayuda, según el Ministerio de Salud (Minsa). Esta realidad resalta la falta de recursos y políticas efectivas para abordar una problemática que afecta a millones.
La crisis de salud mental en el país se profundizó tras la pandemia, que dejó más de 200 mil muertes y dejó secuelas emocionales que afectan a 1,6 millones de peruanos. Las tasas de depresión y ansiedad en Perú son de las más altas en el mundo, afectando al 49,3% de la población, según datos de Our World in Data. Sin embargo, los esfuerzos por mejorar la atención en salud mental siguen siendo insuficientes, con un 93% de las escuelas en Perú sin consultorios psicológicos, dejando a los estudiantes sin el apoyo que requieren en un momento crucial de su vida.