Semana Santa 2025: ¿cuál es el significado del Jueves y Viernes Santo?

Es importante comprender el sentido del Jueves y Viernes Santo, más allá de su celebración. Estos días nos invitan a una introspección, a una pausa que nos lleva a cuestionar nuestras acciones

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Este es el significado del Jueves Santo. (YouTube Iglesia Cristo Redentor Vitacura)

Durante la Semana Santa, hay dos días que concentran el silencio, la emoción y la memoria viva de millones de creyentes: el Jueves y el Viernes Santo. Son fechas que, más allá del calendario litúrgico, tocan fibras sensibles en la historia del cristianismo. En cada procesión, en cada iglesia, en cada hogar que recuerda estos días, se revive el drama de un amor que se entrega sin medida.

En las calles, el ruido habitual se apaga. Las campanas suenan distinto. Los fieles se reúnen no solo para escuchar, sino para sentir. Quienes participan en las celebraciones no buscan entender con la razón, sino con el corazón. Porque lo que ocurre en estos días no es un simple recuerdo, sino un llamado a la reflexión.

Ambos días están conectados por una misma historia de entrega, dolor y esperanza. El Jueves Santo nos invita a mirar de cerca el gesto humilde de Jesús al lavar los pies de sus discípulos. El Viernes Santo, en cambio, nos enfrenta al dolor de la cruz y al silencio que deja una ausencia.

La Semana Santa de 2025
La Semana Santa de 2025 traerá consigo días de oración y tradición. (Andina)
Habiendo comentado ello, es importante comprender el sentido del Jueves y Viernes Santo, más allá de su celebración. Estos días nos invitan a una introspección, a una pausa que nos lleva a cuestionar nuestras acciones y motivaciones.

El significado del Jueves Santo

El Jueves Santo marca el inicio del Triduo Pascual, los tres días más importantes para los cristianos. En esta jornada se recuerda la última cena, ese momento íntimo en el que Jesús compartió el pan y el vino con sus apóstoles. No fue solo una cena, sino un acto cargado de significado: ahí instituyó la Eucaristía.

Durante esa noche, Jesús lavó los pies de sus discípulos, un gesto que sorprendió a todos. Él, el Maestro, se inclinó ante los suyos para enseñarles que quien quiere ser grande debe aprender a servir. Ese acto resume su mensaje: el amor se demuestra con hechos, no con palabras.

El Jueves Santo se recuerda
El Jueves Santo se recuerda la última cena. (Composición Infobae: Difusión)

También en este día, Jesús anticipa su sacrificio. Conoce el destino que lo espera, pero no retrocede. A pesar de la traición que se avecina, se mantiene firme. En el huerto de Getsemaní, reza con angustia, pero con decisión. Su oración no es de huida, sino de entrega.

El significado del Viernes Santo

El Viernes Santo es el día del sacrificio. No hay campanas festivas, no hay cantos alegres. Es el día del silencio, de la cruz, del luto. Se recuerda la pasión y muerte de Jesús en el Calvario. Es un día duro, pero necesario.

Este día tiene un significado particular para los cristianos: representa el momento en que el hijo de Dios, por amor, acepta el sufrimiento y muere en la cruz para redimir a la humanidad del pecado. No se trata solo de un hecho trágico, sino de una entrega libre y consciente que revela el corazón del mensaje cristiano: dar la vida por los demás.

La crucifixión de Cristo, recordada
La crucifixión de Cristo, recordada el Viernes Santo, simboliza el sacrificio supremo de amor según la fe cristiana. (Andina)

Desde las primeras horas, las iglesias se visten de sobriedad. Se reza el Vía Crucis, ese camino que revive cada paso de Jesús rumbo al Gólgota. No hay adornos, no hay luces. Todo apunta al misterio de un amor que no se detiene ante el dolor.

En la cruz, el ‘Mesías’ no solo sufre. También perdona. Entre el abandono y la burla, pronuncia palabras de compasión. Pide por quienes lo hieren. Ofrece consuelo al ladrón arrepentido. Confía su espíritu al Padre. La muerte no lo derrota, lo revela.

El Viernes Santo no es solo la conmemoración de una ejecución injusta. Es la expresión más honda de la fe cristiana. Porque, aunque el dolor parece tener la última palabra, ya se anuncia una promesa: el domingo llegará.