El Sanctuary Lodge, llamado el hotel más lujoso del Perú con su vista directa a Machu Picchu, podría cerrar sus puertas en menos de un mes, según informó Panorama. El establecimiento, que ha sido sinónimo de exclusividad y comodidad para los turistas y reconocidos artistas de Hollywood que visitan la famosa maravilla peruana, enfrenta ahora una grave incertidumbre. La disputa por la administración del hotel alcanzó niveles críticos, lo que amenaza con interrumpir las operaciones y dejar sin trabajo a los más de 160 empleados que dependen de este centro turístico.
Este conflicto escaló en las últimas semanas entre el Gobierno Regional del Cusco y los actuales administradores del Sanctuary Lodge, de la firma Perú Belmont Hotels, en un enfrentamiento por el control de la instalación. La concesión actual, que lleva más de 30 años en manos de la empresa, finaliza este miércoles 16 de mayo de 2025. Sin embargo, las autoridades locales están presionando para recuperar la administración del hotel, lo que ya generó tensión entre ambas partes.
El gobierno cusqueño argumenta que la propiedad debe ser gestionada por el Estado, y que, por tanto, se debe cesar el contrato con los actuales administradores, quienes, según dicen, no han mostrado interés en licitar una nueva concesión.

A su vez, la empresa gestora, que ha invertido millones de dólares en la renovación y mantenimiento de las instalaciones, sostiene que no existen garantías para continuar operando en el estándar de lujo que los turistas esperan. Además, advierte que no se ha convocado un proceso de licitación pública y que la falta de acción del gobierno podría llevar al cierre de la instalación.
A hospedado a famosos
El Sanctuary Lodge no es un hotel cualquiera. A lo largo de los años, se ha convertido en un emblema del turismo de lujo en el país. Con precios que superan los 4 mil dólares (aproximádamente 15 mil soles) por una habitación estándar, este establecimiento ha sido el hogar temporal de personajes como Richard Gere, Susan Sarandon y Leonardo DiCaprio, entre otras celebridades internacionales. No obstante, a pesar de su éxito, la situación financiera y administrativa del hotel está hoy en entredicho.
Según la versión de Perú Belmont Hotels, durante las últimas dos décadas se han invertido más de 25 millones de dólares en la renovación y mejora de la propiedad. Además, la empresa ha cumplido con el pago mensual de alquiler al Gobierno Regional de Cusco, que según el contrato firmado en 2015, establece un pago fijo de 10 mil dólares mensuales más un porcentaje sobre los ingresos brutos.

Uno de los aspectos que más preocupa a los trabajadores del Sanctuary Lodge es la posibilidad de que el hotel cierre sus puertas durante un tiempo indefinido. Esta situación afectaría directamente a más de 160 empleados, muchos de los cuales han trabajado allí por décadas.
Paulino Huamán, chef principal del hotel y uno de los empleados más antiguos, comentó que la prioridad es que el hotel siga funcionando, independientemente de quién asuma su administración. “Si Belmont tiene que irse, que se vayan. Pero el hotel debe continuar funcionando”, afirmó en declaraciones recientes. El personal teme que un cierre temporal pueda perjudicar su estabilidad laboral y que el conflicto administrativo afecte la imagen del destino turístico más visitado de Perú.
“Recuperar” el hotel
Por su parte, el Gobernador del Cusco, Werner Salcedo, ha reiterado en varias ocasiones que su objetivo es recuperar la administración del Sanctuary Lodge para el beneficio de la región. “El hotel pertenece al gobierno regional y queremos que la población de Machu Picchu se beneficie de su gestión directa”, expresó.

El futuro del Sanctuary Lodge sigue siendo incierto. Con el contrato de concesión a punto de expirar, el hotel enfrenta la posibilidad de quedar paralizado si no se llega a un acuerdo entre las partes. La industria del turismo, que ha sido fuertemente golpeada por la pandemia y otros factores socioeconómicos, podría verse aún más afectada si el establecimiento cerrara, lo que tendría repercusiones no solo en la economía local, sino también en la percepción internacional de Machu Picchu como destino turístico de lujo, de acuerdo a expertos.
El conflicto no se limita únicamente a los intereses comerciales. También involucra a los ciudadanos y trabajadores del Cusco, que exigen soluciones claras y urgentes. Organizaciones sociales locales han advertido que, si el hotel no entrega la propiedad según lo estipulado, podrían paralizar las operaciones del Sanctuary Lodge. Esta situación genera un clima de tensión que podría escalar en protestas, afectando aún más la imagen de Machu Picchu.