Marco Antonio Gallegos González alcanzó gran reconocimiento en el mundo del estilismo en Perú. Dueño de una cadena de salones de belleza en diferentes ciudades y conductor de televisión, se convirtió en una figura influyente en la farándula nacional. Sin embargo, su vida terminó de forma violenta en julio de 2009, cuando fue asesinado en su departamento en San Isidro, un día después de celebrar su último cumpleaños.
El crimen conmocionó al país por la brutalidad con la que ocurrió y por los responsables del homicidio. Detrás de su muerte estaban su pareja sentimental, Jorge Luis Glenni Ponce, y dos cómplices, quienes planearon el asesinato con el objetivo de robar dinero y objetos de valor. La justicia determinó severas condenas para los implicados, incluyendo cadena perpetua para uno de ellos.
La traición de su pareja y el plan criminal
Marco Antonio se había rodeado de personas con las que compartía su éxito, pero también de individuos que buscaban aprovecharse de él. Uno de ellos fue Jorge Luis Glenni Ponce, un joven que trabajó en sus salones de belleza y con quien mantuvo una relación sentimental. Glenni, junto a sus amigos Jordan Pacheco Huamanchumo y Miguel Ángel Velásquez Zarazu, urdió un plan para despojar al estilista de su fortuna.

El 9 de julio de 2009, Marco Antonio celebró su cumpleaños con amigos del mundo del espectáculo. Al día siguiente, citó a Glenni en su departamento sin saber que su encuentro marcaría su destino. Mientras se encontraba con él en el segundo piso, Velásquez ingresó sigilosamente al lugar para sustraer dinero, joyas y otros bienes. Sin embargo, un ruido alertó a la víctima, quien bajó para enfrentarlo, dando inicio a un violento forcejeo.
El asesinato y el botín robado
El intento de robo se transformó en homicidio cuando Marco Antonio opuso resistencia. Glenni y Velásquez lo sometieron con golpes y lo inmovilizaron en el suelo. En un acto de brutalidad, le colocaron una bolsa en la cabeza y lo estrangularon hasta dejarlo sin vida. Luego, lo amordazaron con una camiseta para asegurarse de que no emitiera sonidos.
Con el estilista ya muerto, los agresores saquearon su vivienda. Se llevaron aproximadamente 15 mil soles en efectivo, relojes de lujo, una computadora, celulares y prendas de diseñador, valoradas en más de 30 mil soles. Tras la fuga, los criminales se reunieron en el Parque El Olivar para dividirse el dinero y planificar la venta de los objetos robados en mercados informales.
El hallazgo del cuerpo y la investigación policial
El 10 de julio, Marco Antonio no se presentó al programa televisivo en el que participaba, lo que preocupó a sus familiares y amigos. Sin respuestas a sus llamadas, decidieron acudir a su vivienda. Al ingresar, encontraron su cuerpo en el sillón de la sala, atado de pies y manos, con rastros evidentes de asfixia. La noticia conmocionó a la opinión pública y generó una investigación inmediata.
La Policía Nacional del Perú inició las pesquisas y en menos de 72 horas logró capturar a los responsables. La clave del caso fue la venta de la laptop robada, que terminó en manos de un ingeniero. Este, al enterarse del crimen, informó a las autoridades, permitiendo rastrear a los sospechosos. Glenni fue el primero en caer y, ante la presión de la evidencia, confesó su participación y delató a sus cómplices.
Las sentencias y el destino de los asesinos

Tras un largo proceso judicial que duró tres años, el Poder Judicial dictó sentencias contundentes. Jorge Luis Glenni Ponce fue condenado a 35 años de prisión, mientras que Jordan Pacheco Huamanchumo recibió 20 años de cárcel. La condena más severa fue para Miguel Ángel Velásquez Zarazu, alias ‘Pachón’, quien fue sentenciado a cadena perpetua por su participación en el asesinato.
El caso de Marco Antonio dejó una marca imborrable en la historia criminal del Perú y en el mundo del espectáculo. Su trágica partida evidenció cómo la traición y la codicia pueden destruir una vida, y cómo la justicia logró dar con los responsables en un tiempo récord.