
El Ministerio de Energía y Minas (MINEM) ha anunciado que seis nuevas centrales hidroeléctricas, actualmente en construcción, comenzarán a operar comercialmente entre los años 2025 y 2027. Estas instalaciones aportarán un total de 664 megavatios (MW) al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN), consolidando el uso de fuentes renovables en la matriz energética del país. Según informó el MINEM, los proyectos se encuentran distribuidos en las regiones de Puno, Áncash, Huánuco y Junín, y representan una inversión acumulada superior a los 1.840 millones de dólares.
De acuerdo con el MINEM, estas iniciativas no solo fortalecerán la seguridad energética del Perú, sino que también contribuirán a garantizar el suministro eléctrico para toda la población. Además, se espera que impulsen el desarrollo económico y social en las regiones donde se están ejecutando, generando empleo y dinamizando las economías locales. Actualmente, los proyectos reportan un avance de ejecución superior al 25%, lo que refleja un progreso significativo hacia su culminación.
Proyectos destacados y su impacto en la generación eléctrica
Entre las seis centrales hidroeléctricas en construcción, destaca la Central Hidroeléctrica San Gabán III, ubicada en la región de Puno. Este proyecto, que se encuentra en un 95 % de avance, representa una inversión superior a los 500 millones de dólares y tendrá una capacidad instalada de 209 MW. Según el MINEM, su entrada en operación comercial está programada para julio de 2025, lo que la convierte en la primera de estas centrales en iniciar actividades.
Otro proyecto relevante es la Central Hidroeléctrica Santa Lorenza, situada en Huánuco, que contará con una capacidad de 19 MW. Este proyecto, cuya inversión supera los 55 millones de dólares, está previsto para entrar en operación en 2026. Asimismo, la Central Hidroeléctrica Anashironi, en la región de Junín, aportará 20 MW al sistema eléctrico nacional. Este proyecto, que implica una inversión de 6,5 millones de dólares, también tiene como fecha estimada de inicio el año 2026.
En la región de Áncash, se están desarrollando dos proyectos adicionales: las centrales hidroeléctricas Centauro I y Centauro III. Cada una de estas instalaciones tendrá una capacidad de 12,5 MW, con una inversión conjunta que supera los 50 millones de dólares. Ambas centrales están programadas para comenzar operaciones en 2026, consolidando la contribución de esta región al sistema energético nacional.

Inversión estratégica en energía renovable
El MINEM subrayó que la inversión acumulada en estos seis proyectos, que supera los 1.840 millones de dólares, refleja el compromiso del país con el desarrollo de fuentes de energía renovable. Estas centrales hidroeléctricas no solo incrementarán la capacidad de generación eléctrica, sino que también contribuirán al cierre de brechas en el acceso a la energía en diversas regiones del Perú. Además, el uso de recursos hídricos para la generación eléctrica refuerza la sostenibilidad de la matriz energética nacional, alineándose con los objetivos de seguridad energética y reducción de emisiones.
El avance de estos proyectos también tiene un impacto directo en la economía local. Según el MINEM, la construcción de estas centrales ha generado empleo en las regiones involucradas, dinamizando las actividades económicas y potenciando los recursos naturales disponibles en el país. Este enfoque integral busca no solo garantizar el suministro eléctrico, sino también promover el desarrollo sostenible en las comunidades cercanas a las obras.

Un paso hacia la diversificación energética
La entrada en operación de estas seis centrales hidroeléctricas representa un paso decisivo hacia la diversificación de la matriz energética del Perú. Según el MINEM, el incremento en la participación de fuentes renovables en el sistema eléctrico nacional es clave para garantizar la estabilidad del suministro y reducir la dependencia de fuentes no renovables. Además, estas iniciativas refuerzan el compromiso del país con el aprovechamiento responsable de sus recursos naturales, promoviendo un modelo energético más sostenible y resiliente.
Con la culminación de estos proyectos, el Perú no solo incrementará su capacidad de generación eléctrica, sino que también fortalecerá su infraestructura energética, asegurando un suministro confiable y sostenible para las próximas décadas.
