El presidente de Luz Ámbar y experto en temas de transporte, Luis Quispe, advirtió este lunes que los buses del Metropolitano están funcionando más allá de su vida útil de 15 años y consideró que, con la inauguración del nuevo terminal Chimpu Ocllo en Carabayllo en diciembre pasado, se requiere la incorporación de más unidades, lo que implicaría una nueva negociación con las empresas concesionarias.
En diálogo con Exitosa, Quispe indicó que, originalmente, este proyecto contemplaba nueve corredores segregados, similares a los modelos de Curitiba (Brasil) y Bogotá (Colombia), donde los usuarios podían hacer transbordos con un solo pasaje. Sin embargo, bajo la gestión de la exalcaldesa Susana Villarán, el proyecto tomó otro rumbo.
“Villarán asumió la gestión del servicio y decidió cambiar el concepto inicial. En lugar de implementar el Corredor Segregado de Alta Capacidad (COSAC) II, que ya estaba listo para operar de este a oeste, la administración de Ollanta Humala dejó de lado este gran proyecto, y solo quedó un corredor funcionando”, dijo.

El especialista agregó que el sistema, operado por cuatro empresas concesionarias, no cumplió con la expansión planificada y, debido a la falta de un tramo clave entre Naranjal y Carabayllo, los buses actualmente permanecen en preoperación.
“Estas empresas operan con 300 buses articulados y 254 buses alimentadores, adquiridos con el apoyo del Estado. En el contrato también se especificaba que los buses debían ser devueltos si no alcanzaban la rentabilidad suficiente, algo que no se ha cumplido. Lamentablemente, esto forma parte de un contrato vigente. El presidente actual de la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) no tiene responsabilidad en esta situación, ya que está cumpliendo con lo que sus antecesores dejaron”, señaló.
También destacó que la gestión del transporte público corresponde a la ATU, que debería trabajar en mejorar esta situación. “El año pasado hicimos notar que se generaron rutas innecesarias, lo que provocó el uso excesivo de buses que podrían haberse reprogramado de manera más eficiente. Si se trataba de una ruta lineal, no era necesario crear tantos expresos”, consideró.
La nueva ruta del Expreso 13, que permite a los usuarios viajar desde el terminal Chimpu Ocllo en Carabayllo hasta la estación Central en solo 45 minutos, ha planteado nuevos desafíos logísticos. “Evidentemente, se requieren más buses, pero eso significa que tendría que haber una nueva negociación con las empresas”, añadió el especialista.
En agosto pasado, la ATU anunció que los buses del Metropolitano serían renovados de manera progresiva, y que la primera flota estaría lista dentro de un año, específicamente en julio de 2025. Según se especificó en ese entonces, Lima Bus sería el concesionario encargado de renovar las unidades tras llegar a un acuerdo con la entidad fiscalizadora.

El organismo refirió también que los vehículos contarían con tecnología avanzada y diversos servicios que mejorarían la experiencia del usuario. Sin embargo, en los últimos meses, los reclamos de los usuarios se han incrementado debido a la demora en la llegada de los buses en los diversos paraderos.
Problemática
Asimismo, se reportaron incendios en las unidades, lo que evidenció la necesidad de una renovación a corto plazo. Las estaciones abarrotadas y las unidades desgastadas son una constante para los usuarios. Pese a ser, para muchos, la única opción viable frente a alternativas como taxis o buses convencionales, que implican tiempos de traslado significativamente mayores, y a las promesas de mejora, el sistema no ha evolucionado al ritmo de las necesidades urbanas de Lima.