La adolescencia es una etapa de transformaciones profundas en los jóvenes, tanto a nivel emocional como social. Durante esta fase, es común que los adolescentes se enfrenten a su propia identidad y busquen marcar una distancia con sus padres. Este proceso, que a menudo se manifiesta como rebeldía, es completamente natural. Sin embargo, ¿cómo pueden los padres manejar este momento de forma constructiva y saludable?
La importancia de respetar el espacio del adolescente
Según Rubén Verde, psicólogo de la Dirección General de Niños, Niñas y Adolescentes del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), quien habló con Andina, lo primero que deben hacer los padres es respetar el espacio de sus hijos. “Es importante que los adolescentes tengan su propio espacio para que puedan entender que son diferentes, únicos y especiales”, señala Verde. Esta es una etapa de diferenciación, donde los jóvenes buscan establecer su autonomía, lo que implica un distanciamiento natural de las figuras parentales. No obstante, es esencial que los padres reconozcan esta necesidad de independencia como parte del proceso de crecimiento.
Escuchar y comprender: claves para una comunicación efectiva
Un aspecto crucial durante la adolescencia es la necesidad de los jóvenes de sentirse escuchados y respetados. Según el especialista, una de las principales dificultades para los padres en este periodo es la tendencia a imponer reglas sin considerar la opinión de sus hijos. Verde comenta: “El gran error a veces es que papá y mamá a esa edad imponemos sin entender que los límites son importantes, pero se deben establecer con estrategias diferentes. El adolescente necesita sentir que sus opiniones son tomadas en cuenta”.

Esto implica una transformación en la manera en que los padres interactúan con sus hijos. En lugar de una comunicación unidireccional, donde el adulto es quien dicta las reglas, se debe fomentar el diálogo y la negociación. Los adolescentes quieren sentir que tienen voz y voto sobre las decisiones que les afectan. Por eso, aprender a negociar algunas reglas es fundamental para una convivencia armónica.
Límites claros: la importancia de establecer normas firmes
Aunque los adolescentes buscan independencia, esto no significa que los padres deban ceder en todo. Algunos límites son innegociables, como el caso del consumo de drogas o comportamientos autodestructivos. Verde aclara: “No hay negociación en cuanto al uso de drogas. Eso es firme y categórico, porque se trata de la seguridad y el bienestar del adolescente. Se lastima a sí mismo, y como padres, debemos intervenir con amor, pero sin dudar en fijar esos límites”.
Es importante recordar que, aunque los jóvenes puedan cuestionar estos límites, siguen siendo necesarios para su desarrollo y protección. La estabilidad y el bienestar de los adolescentes dependen de la claridad con la que los padres establezcan normas, incluso cuando estas sean difíciles de aceptar para ellos.
Las conductas de riesgo y cómo abordarlas
Durante la adolescencia, es común que los jóvenes se enfrenten a situaciones de riesgo, como la tentación de consumir alcohol o probar el cigarro. En este contexto, los padres deben estar atentos para orientar a sus hijos de manera adecuada. Rubén Verde señala: “A veces, los adolescentes quieren experimentar. Es importante que los padres estén presentes para guiarlos, preguntarles sobre sus intereses y reconocer sus aciertos”.

El involucramiento de los padres en la vida cotidiana de sus hijos es clave. Aunque los adolescentes puedan mostrar una actitud de rechazo o desinterés, el acercamiento constante y la apertura al diálogo son fundamentales. Los padres deben estar dispuestos a escuchar, a ofrecer orientación sin juzgar, y a brindar apoyo en las decisiones que sus hijos toman, sin dejar de establecer límites claros.
Buscar ayuda profesional cuando sea necesario
En algunos casos, los padres pueden encontrar situaciones límite que resultan difíciles de manejar. En estos momentos, no deben dudar en buscar apoyo profesional. “Pueden acudir a un centro de salud mental comunitario o a un centro de salud cercano. Los psicólogos profesionales pueden orientar a los padres y ayudarles a entender mejor esta etapa, adaptando su enfoque a las características cambiantes de sus hijos”, sugiere Verde.
Es significativo que los padres no se sientan solos o desesperados. La adolescencia es una etapa compleja, pero transitoria. Con paciencia, amor y el apoyo adecuado, los padres pueden ayudar a sus hijos a navegar estos años difíciles.