
La inteligencia artificial (IA) y otras tecnologías emergentes están cada vez más presentes en las aulas de educación superior en Perú, donde los estudiantes utilizan estas herramientas para facilitar sus tareas y mejorar su rendimiento académico. Sin embargo, a pesar de su alta adopción, existe una desconexión significativa entre el uso de estas tecnologías y la preparación real de los jóvenes para utilizarlas de manera efectiva. Deivy Cordero, coordinador de Innovación Docente y TIC de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), explica cómo los estudiantes pueden superar estos desafíos y cómo las universidades deben adaptarse a la revolución digital.
El auge de la IA en el ámbito académico
La irrupción de la inteligencia artificial en la vida académica peruana es cada vez más evidente. Según el estudio Los peruanos y la IA: uso, frenos y expectativas, 7 de cada 10 peruanos utilizan alguna herramienta de IA en su vida diaria. Entre las más populares en el ámbito educativo se encuentran ChatGPT, que los estudiantes emplean para generar ideas y redactar ensayos; Grammarly, que les ayuda a mejorar la gramática de sus textos; y Microsoft Copilot, que asiste en la programación de proyectos. Estas herramientas permiten a los jóvenes optimizar su tiempo, mejorar la calidad de sus trabajos y obtener resultados más rápidos.
Cordero destaca que, a pesar de su popularidad, el uso de estas tecnologías entre los estudiantes peruanos a menudo es empírico, basado en prueba y error, sin una comprensión profunda de sus capacidades. “Si bien muchos estudiantes ya están usando IA, la mayoría no tiene una formación estructurada sobre cómo funciona realmente la tecnología, lo que puede generar un uso superficial o incorrecto de las herramientas”, señala Cordero. De acuerdo con el Digital Education Council Global AI Student Survey 2024, 8 de cada 10 estudiantes emplean IA en su vida académica, pero solo la mitad se siente preparada para hacerlo de manera efectiva.

El desfase entre el empleo y la preparación de los estudiantes
Este desfase entre el uso y la preparación de los estudiantes se debe a varias causas, según Cordero. En primer lugar, la falta de formación específica en el uso de la IA limita la capacidad de los estudiantes para aprovechar al máximo estas herramientas. “Pueden usar IA para escribir un ensayo, pero no saben cómo verificar la información proporcionada, ni cómo hacer preguntas precisas para obtener respuestas útiles”, comenta Cordero. Además, la rapidez con que la tecnología avanza y la constante actualización de software hacen que los estudiantes tengan dificultades para mantenerse al día.
Otro factor importante es la desconexión entre la teoría y la práctica. Aunque los estudiantes puedan aprender sobre los algoritmos de IA en clase, no siempre tienen la oportunidad de aplicarlos en proyectos reales, lo que limita su comprensión y habilidades prácticas.
Desafíos en la integración de la IA
Las dificultades para integrar la IA en el proceso de aprendizaje son diversas. Cordero menciona que la principal barrera es la falta de formación adecuada, tanto para estudiantes como para docentes. Además, hay una gran desigualdad en el acceso a tecnologías de calidad. Si bien las universidades en las grandes ciudades tienen un acceso más amplio a herramientas tecnológicas, los estudiantes de zonas rurales se enfrentan a limitaciones significativas, lo que aumenta la brecha digital.
“El uso de la IA no está al alcance de todos los estudiantes, lo que genera una desigualdad en las oportunidades educativas. Hay regiones donde el acceso a internet y a equipos adecuados es limitado, lo que dificulta el uso de estas tecnologías”, agrega Cordero. Además, algunos estudiantes temen ser acusados de plagio o desconfían de la originalidad del contenido generado por la IA, lo que refleja una falta de confianza en la utilización de estas herramientas.

Las habilidades necesarias para el uso efectivo de la IA
Cordero señala que para que los estudiantes puedan utilizar la IA de manera efectiva en sus estudios, deben desarrollar varias habilidades clave. En primer lugar, es esencial que tengan competencias en programación y análisis de datos, áreas fundamentales para comprender y manipular las herramientas de IA. Además, Cordero enfatiza la importancia de desarrollar habilidades en pensamiento crítico y resolución de problemas, lo que les permitirá aplicar la tecnología de manera reflexiva y ética.
“El uso de la IA debe ir acompañado de un desarrollo en el pensamiento crítico. Los estudiantes no solo deben aprender a usar las herramientas, sino también a cuestionar y analizar las respuestas que generan”, explica Cordero. También es crucial que los jóvenes comprendan los aspectos éticos y de seguridad relacionados con el uso de tecnologías, como la privacidad de los datos y la transparencia de los algoritmos.
El papel de las universidades en la formación tecnológica
Para mejorar la preparación de los estudiantes, Cordero sugiere que las universidades deben integrar de manera más efectiva el uso de la IA y otras tecnologías emergentes en sus programas educativos. “Es necesario que las universidades ofrezcan cursos específicos sobre IA y el desarrollo de aplicaciones, así como programas de formación continua para docentes y estudiantes, a fin de mantenerlos actualizados”, señala. También recomienda mejorar la infraestructura tecnológica en las universidades, asegurando el acceso a herramientas de última generación y recursos educativos en línea.
En cuanto a la enseñanza, Cordero subraya la importancia de incluir módulos introductorios sobre el uso de las tecnologías en los programas académicos. “Es fundamental que los estudiantes se familiaricen con las TIC desde la etapa escolar para que, al llegar a la universidad, ya tengan una base sólida”, afirma.
El desafío de los docentes y la formación continua
El desafío no solo recae sobre los estudiantes, sino también sobre los docentes. Cordero advierte que muchos profesores de educación básica y superior aún no están preparados para enseñar sobre IA. Según el informe Inteligencia Artificial y Otras Herramientas Digitales para la Educación (2024), el 61% de los docentes de educación básica y técnico productiva en Perú aún no utilizan herramientas de inteligencia artificial. Esta brecha en la formación docente limita la capacidad de los estudiantes para adquirir las competencias necesarias.

“La formación continua es esencial para que los docentes puedan guiar a los estudiantes en el uso adecuado de la IA. Los profesores deben actualizarse constantemente y adquirir competencias digitales avanzadas para estar al nivel de las necesidades de sus alumnos”, comenta Cordero.
Propuestas y acciones concretas
Cordero también propone varias acciones que las universidades pueden tomar para reducir la brecha entre el uso de la IA y la preparación de los estudiantes. Entre ellas se encuentran la creación de laboratorios equipados con herramientas de IA, la inversión en infraestructura tecnológica, y la implementación de evaluaciones que midan no solo el conocimiento técnico, sino también la capacidad crítica de los estudiantes para reflexionar sobre el uso de la IA.
Además, Cordero destaca que algunas universidades peruanas ya están dando pasos importantes en este sentido. La UARM, por ejemplo, ha implementado programas de capacitación para docentes y está ofreciendo laboratorios bien equipados para el empleo de IA, lo que permite a los estudiantes acceder a las herramientas y recursos necesarios para formarse de manera integral.
El futuro de la educación y la IA
En cuanto al futuro de la educación, Cordero prevé que la integración de la IA en las aulas transformará profundamente la forma en que los estudiantes aprenden. En los próximos 5-10 años, la educación superior será más personalizada, adaptándose a las necesidades individuales de los estudiantes gracias al uso de tecnologías como la IA, simulaciones, realidad aumentada y juegos educativos. “La IA permitirá crear experiencias de aprendizaje más interactivas y atractivas, lo que mejorará la comprensión y retención de conceptos”, concluye Cordero.

Cordero destaca que es esencial que las instituciones educativas sigan desarrollando y adaptando sus programas para aprovechar al máximo las tecnologías emergentes. Para aquellos interesados en profundizar en enfoques innovadores en la educación, Cordero ha compilado el libro digital Buenas Prácticas Docentes Universitarias 2024, disponible para descarga gratuita aquí.
La clave para una educación superior más eficiente y preparada para el futuro digital radica en la integración efectiva de la IA y otras tecnologías emergentes, así como en una formación continua tanto para estudiantes como para docentes. El desafío está en adaptarse a este cambio de manera ética, crítica y reflexiva, para que las futuras generaciones estén preparadas para enfrentar los retos del mundo digital.