Eduardo Rosel se aferra a la última imagen que tiene de su esposa, Rosalidia Castroventura, antes de que quedara en estado de muerte cerebral a causa del suero fisiológico defectuoso. La acompañó el pasado 20 de marzo a la clínica SANNA San Borja, donde ella ingresó para someterse a una cirugía programada a las 7 de la noche. Se trataba de la extracción de un tumor en uno de sus senos. La intervención fue anunciada como exitosa, pero ella nunca despertó. Pasaron las horas y nadie en el equipo médico activó una alerta.
“Y veo a mi esposa y el médico que está ahí me dice: ‘tranquilo, tu esposa está bien, ya va a despertar’. Ahí no me dan ninguna alarma de que tiene problemas, nada. Simplemente, está dormidita, que ya más o menos eran siete horas y mi esposa no despertaba”, contó Rosel. Entre lágrimas, agregó que no se implementó ninguna medida de emergencia: “Que me digan que han hecho un plan de contingencia, que han hecho algo... no hicieron nada”.
El insumo común: suero de Medifarma
El caso de Rosalidia es uno de los 12 reportados por la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Dijemid), relacionados con la administración de suero fisiológico fabricado por el laboratorio Medifarma. Según confirmaron las autoridades, este insumo se utilizó en distintos establecimientos de salud antes de que se detectaran las reacciones adversas. Su esposo reclama ahora respuestas: “Yo fui a que le salven la vida, no a que la maten”.
Un antecedente previo: una joven de 26 años murió tras ser atendida por gripe
Dos días antes, el 18 de marzo, Alejandra Landers Carpio, una arquitecta de 26 años, ingresó a la misma clínica por una gripe. Fue atendida a las 9:17 de la noche. Su madre la perdió de vista durante dos horas y, al llegar al centro médico, la encontró en una condición crítica.

“Cuando entro a emergencia, veo a mi hija con las piernas y brazos temblando. Pregunto qué ha pasado. Me dijeron que había venido con fiebre, 39 de fiebre, y por eso temblaba”, relató. Sin embargo, la madre notó algo más grave: “Su respiración no era normal. Me dijeron que vomitó y luego se quedó dormida. Les dije: mi hija está inconsciente, no está dormida. Llamen al doctor”. Al descubrir que su hija había perdido el control de esfínteres, comprendió que la situación era más seria de lo que le decían.
“Estoy segura de que si la hubieran atendido a tiempo, ella estaría con vida”, dijo entre sollozos. “No quiero imaginar lo que sufrió. Ese suero causa ardor en las venas. No me puedo imaginar cómo se habrá sentido ella, el dolor, la sensación”.

Clínica admite el hecho y retira el producto
Ante los hechos, la clínica SANNA emitió un comunicado en el que lamentó los fallecimientos vinculados al producto. Informaron que retiraron de inmediato el suero fisiológico distribuido por Medifarma y señalaron que acompañarán a los familiares de las víctimas “para asegurar las reparaciones necesarias”.
Investigación por presunta negligencia médica
El abogado Pedro Alba, defensor de una de las familias, señaló que tanto el laboratorio como la clínica podrían enfrentar cargos penales. “Aquí hay un tema de responsabilidad claramente de Medifarma por producto defectuoso y también de SANNA San Borja por presunta negligencia médica. Hablamos de lesiones u homicidio culposo agravado por incumplimiento de reglas técnicas, además de exposición de personas a peligro”, indicó.

Familias exigen justicia
Eduardo Rosel continúa junto a su esposa, que permanece con muerte cerebral. No ha recibido explicaciones claras ni por parte de la clínica ni del laboratorio. Su testimonio refleja el sentir de varias familias afectadas que, además del dolor, enfrentan ahora la incertidumbre y la espera de una investigación que determine responsabilidades. Su reclamo es directo: “No se trata de un error cualquiera. Yo confié en ellos para que la cuiden. Yo fui a que le salven la vida, no a que la maten”.