
El derrumbe del techo de un aula del colegio José Abelardo Quiñones de Ayacucho dejó a dos alumnos y un docente heridos. El director de la institución, Ranulfo Aróstegui, reveló que tanto el ministro de Educación, Morgan Quero, como el gobernador regional, Wilfredo Oscorima, estaban al tanto del peligro, pero no se tomaron las medidas necesarias para evitar el incidente.
Advertencias ignoradas y fallas en la infraestructura
Desde que asumió la dirección en 2024, Aróstegui solicitó a la oficina de Defensa Civil de la Municipalidad de Socos evaluar la seguridad de la infraestructura. Tras la inspección, el colegio fue declarado en “alto riesgo” y se recomendó la instalación de tres módulos provisionales para continuar con las clases de manera segura.
Según el director, gran parte del deterioro en la institución se debió a las intensas lluvias, que filtraron agua en el cielo raso del techo. Aunque se intentó realizar un mantenimiento, el presupuesto asignado no fue suficiente para solucionar los problemas estructurales.
Compromisos incumplidos y consecuencias del colapso
Aróstegui aseguró que tanto el ministro de Educación como el gobernador regional se comprometieron a instalar los módulos requeridos a inicios de 2025, según las disposiciones de Defensa Civil. Sin embargo, esta promesa no se concretó y las clases continuaron en aulas deterioradas.
“El ministro también tenía conocimiento, puesto que en septiembre tuvimos la visita del gobernador regional, Wilfredo Oscorima, quien in situ se comunicó vía telefónica con el ministro comprometiéndose a una mesa de trabajo”, indicó el director durante una entrevista con Exitosa.
El colapso de la infraestructura dejó a dos alumnos y un docente heridos. Uno de los menores sufrió una herida abierta en la cabeza y requirió atención médica en el hospital regional. Horas después del accidente, Aróstegui confirmó que el estudiante se encontraba estable.
El accidente
El pasado martes 25 de marzo, un grave incidente ocurrió en el aula de la Institución Educativa Pública (I.E.P.) José Abelardo Quiñones Socos, ubicada en el distrito de Socos, en la región de Ayacucho. En plena clase, el techo de yeso de una de las aulas colapsó inesperadamente mientras los estudiantes de segundo de secundaria se encontraban en el aula, dejando a dos alumnos y un docente heridos. Según reportó Canal N, el accidente tuvo consecuencias serias, ya que uno de los estudiantes terminó con una fractura en la cabeza, aunque afortunadamente se encuentra fuera de peligro tras recibir atención médica.

Un hecho particularmente alarmante es que la infraestructura de la escuela ya había sido declarada “no habitable” hace dos años por especialistas de Defensa Civil, según informes locales. Pese a esta advertencia, las instituciones educativas responsables, entre ellas la UGEL Huamanga y la Dirección Regional de Educación de Ayacucho, no implementaron medidas para garantizar la seguridad de sus instalaciones. Esta inacción derivó en el colapso del techo, evidenciando graves falencias en la gestión y priorización de los riesgos estructurales que amenazan la integridad de los estudiantes y el personal educativo.
Después del accidente, las autoridades escolares decidieron suspender las clases en el aula afectada y trasladar provisionalmente a los estudiantes al patio del colegio para continuar con las actividades académicas. Sin embargo, otras aulas también presentan fisuras visibles en los techos, aumentando el temor de que colapsos similares puedan repetirse en cualquier momento.
Los afectados fueron llevados de manera inmediata a un centro de salud cercano donde recibieron atención médica. Según el reporte local, uno de los estudiantes con mayor gravedad sufrió una fractura en la cabeza, pero se encuentra fuera de peligro tras ser atendido por el equipo médico del lugar.