Santiago Roncagliolo sobre la realidad peruana: “Los personajes de ficción son más humanos que los políticos”

El escritor también destacó que el Perú es una sociedad profundamente dividida, con al menos dos bandos enfrentados que se rechazan mutuamente. Lo más preocupante, según él, es que ninguno de estos grupos parece estar proponiendo soluciones concretas a los problemas del país

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El escritor afirma que le interesan los personajes con ambigüedad moral, pero considera que los políticos peruanos carecen de la complejidad necesaria para ser protagonistas de una novela.

Santiago Roncagliolo se toma un merecido descanso tras una exitosa gira en Polonia. Durante su recorrido por el país europeo, visitó cinco ciudades: Cracovia, Varsovia, Poznań, Radom y Lodz, donde presentó El año en que nació el demonio. Esta novela, ambientada en la época del virreinato, relata la impactante historia de una novicia que da a luz a una criatura aterradora, con dos cabezas, lengua bífida y ocho extremidades.

Además de su presentación literaria, el escritor peruano disfrutó de la adaptación de su novela La noche de los alfileres, una historia que sigue a cuatro jóvenes atrapados en un peligroso juego entre el bien y el mal.

En esta ocasión, desde su casa en España, conversó con Infobae Perú sobre su reciente publicación El accidente, la relación entre la política y sus novelas, y sus proyectos futuros.

 Su obra se caracteriza
Su obra se caracteriza por su exploración del miedo, el poder y la historia política de América Latina, muchas veces con un tono oscuro y thrilleresco - Créditos: Andina.

¿Le gustaría que La noche de los afileres también se proyecte en escena en Perú ya sea en obra de teatro o una película?

Eso no depende de mí, sino que alguien quiera llevarla a escena o producirla como película. Si sucede, estaré encantado. Es sorprendente que haya ocurrido primero en Polonia y no en Perú.

Polonia tiene una sólida tradición teatral y ha estado marcada por dos temas muy presentes en mis libros: el marxismo y el catolicismo. Por eso, hay una conexión natural entre su historia y lo que escribo. La noche de los alfileres retrata a mi generación, adolescentes que pasaron de un socialismo desastroso a un liberalismo incierto en una sociedad católica y sexualmente reprimida, algo que también forma parte de la historia polaca.

El accidente presenta a Maritza Fontana, una abogada de élite cuya vida cambia tras un suceso trágico. ¿Cómo nació la idea de escribir esta novela?

Originalmente, El accidente no era una novela. Ahora se ha publicado como libro, pero en un inicio fue un podcast narrado por la actriz mexicana Vanessa Bauche, quien hizo un excelente trabajo con la interpretación.

Debido a su formato original, la historia debía ser aún más rápida y dinámica de lo que suelo escribir, con un ritmo pensado para ser escuchado en lugar de leído. Sin embargo, el tema central sigue siendo el mismo: ¿cómo en nuestras sociedades la línea entre la legalidad y el crimen organizado es casi imperceptible? Basta con dar un par de pasos fuera de nuestro círculo más cercano para encontrarnos rodeados de mafia. Es más, en muchos casos, el propio gobierno puede operar como tal.

La trama de la novela
La trama de la novela explora la difusa línea entre la riqueza y la criminalidad en América Latina - Créditos: Manoel Obando.

Cuando revisamos el texto nos dimos cuenta de dos cosas. Primero, que el lenguaje ágil y vertiginoso del audiovisual se ha convertido en el modo de narrar de una nueva generación de lectores. Y segundo, que esa falta de distinción entre el poder, el dinero y la mafia se ha vuelto parte del día a día en lugares como Perú y gran parte de América Latina.

Paradójicamente, la historia resulta más actual ahora que cuando fue escrita como podcast. Quizás por eso el libro ha tenido tan buena recepción en la región, ya que toca una problemática que sigue vigente y con la que muchos pueden identificarse.

¿Cómo influyó el contexto actual de América Latina o en Perú en la construcción de la trama? ¿Hubo algún caso real que lo inspirara?

Varios casos me impactaron, aunque curiosamente no peruanos, sino internacionales. Me interesaron especialmente el de Asunta Basterra en España y el de Pulette en México, ambos sobre asesinatos de menores en los que los padres, y en particular las madres, eran sospechosos. Estos casos inspiraron series de televisión y revelaron algo que me llamó la atención: la sociedad no solo se horrorizaba por el hecho de que un padre pudiera matar a su hijo, sino aún más cuando era una madre la principal sospechosa.

Siempre me ha interesado explorar la figura del “monstruo”, y en este caso, la madre parricida era el arquetipo que quería desarrollar. Me intrigaba cómo las mujeres eran vistas como más monstruosas que los hombres cuando cometían el mismo crimen. ¿Por qué se les juzga de manera más severa? A través de mis historias, siempre he buscado exponer estos aspectos oscuros de nuestras sociedades y los prejuicios que los rodean.

Esto responde a un patrón: nos fascinan los escándalos de los ricos. Desde casos como el de Calígula en los años 90 hasta el de Eva Bracamonte, los crímenes de la “gente bien” siempre han capturado la atención del público. Tal vez porque tendemos a idealizar sus vidas, y descubrir que también tienen un lado oscuro nos produce una especie de consuelo.

Es un escritor, periodista, guionista
Es un escritor, periodista, guionista y traductor peruano, reconocido por su versatilidad y capacidad para abordar géneros como la novela, el ensayo, el periodismo y la literatura infantil - Créditos: Making Connexion.

En su obra Abril rojo exploró el conflicto interno en Perú. ¿Ve paralelismos entre la polarización actual y la violencia política de los años 80 y 90?

Sí, claro. De hecho, la polarización sigue presente. Un sector sigue llamando “terrucos” a los del otro bando, mientras que el otro lado continúa identificando a sus opositores como fujimoristas porque siguen asumiendo esa identidad.

Vivimos en una sociedad dividida, con al menos dos bandos enfrentados que se odian, pero lo preocupante es que ninguno parece estar proponiendo soluciones concretas. No veo debates sobre cómo reducir la anemia infantil o cómo frenar la violencia que afecta a cantantes y transportistas en las calles. No hay propuestas de leyes ni políticas para abordar estos problemas urgentes.

En cambio, la izquierda parece más preocupada por sacar de la cárcel a Pedro Castillo, mientras que la derecha se enfoca en defender a Keiko Fujimori. Así, la discusión política se ha reducido a una lucha de poder sin una verdadera intención de mejorar la vida de los ciudadanos.

El escritor destacó que las distintas facciones se enfocan en asuntos superficiales en lugar de abordar problemas realmente importantes.

Si los personajes de la novela El accidente fueran políticos en el Perú, ¿quiénes serían?

A mí me interesan los personajes con ambigüedad, aquellos en los que no se sabe con certeza si son buenos o malos. En cambio, lo políticos actuales ni siquiera hacen el mínimo esfuerzo por parecer medianamente decentes.

Ellos no dan para ser personajes de novela, porque los personajes de ficción, al menos, son más humanos que los políticos

En el caso de Maritza, su conflicto central es comprender que toda la vida que ha construido es una farsa y decidir qué parte de ella es auténtica. Debe preguntarse para qué sigue viva, qué la motiva a continuar. Y cuando finalmente encuentra ese sentido, lo abraza con total convicción, porque es lo único que le queda: sus hijas.

Más allá de su historia particular, me interesaba explorar cómo, en general, las personas enfrentan este tipo de dilemas en su vida.

En un mundo donde la inmediatez domina, ¿cree que la literatura política sigue teniendo impacto en la sociedad?

Me gustaría que tuviéramos políticos comprometidos y una población que exigiera soluciones a los problemas reales. Sin embargo, ni los políticos están debatiendo sobre ello, ni la ciudadanía lo está demandando, ni los medios están impulsando esa discusión.

Toda literatura es política, en el sentido de que siempre toma una postura o deja de hablar de ciertos temas por una razón. Pero más allá de eso, creo que el verdadero poder de las historias radica en ponernos en los zapatos de personajes que no se parecen a nosotros. No necesariamente políticos, guerrilleros, subversivos o militantes, sino personas con visiones distintas. Lo que falta en el mundo actual es la capacidad de pensar desde la perspectiva del otro.

Roncagliolo ha sido reconocido como
Roncagliolo ha sido reconocido como una de las voces más destacadas de la literatura latinoamericana contemporánea - Créditos: Making Connexion.

Hoy en día, casi nadie quiere hablar con alguien que no vote igual o que no comparta sus ideas. La democracia se ha vuelto un concepto vacío. Las discusiones políticas en Perú se reducen a chismes sobre si la presidenta se hizo una cirugía o si hay que meter o sacar de la cárcel a ciertos personajes. No hay partidos políticos reales ni propuestas ideológicas definidas. La izquierda no hace políticas de izquierda, la derecha no tiene un programa de derecha. Cada grupo solo defiende sus propios intereses.

Actualmente, hay alrededor de 40 candidatos a la presidencia, pero nadie sabe qué piensan ni qué representan. Y lo más alarmante es que a nadie parece importarle. No hay esfuerzos por construir partidos sólidos que compitan dentro de una democracia funcional. Perú ha perdido la esperanza de tener un sistema democrático real. Ese es el problema de fondo.

Si tuviera que escribir una novela sobre la política peruana actual, ¿qué personaje o evento sería el eje de la historia?

No veo grandes personajes en la política peruana actual. Los políticos aparecen, están unos días en el centro de la atención y luego desaparecen. Aprueban leyes que suelen beneficiar a sus propios grupos de poder, pero no dejan una huella significativa.

Si tuviera que elegir un personaje para una novela, probablemente sería Keiko Fujimori. Es el último personaje de la política peruana con una historia que realmente parece sacada de una novela. Después de Alan García, que tuvo un final digno de un personaje literario, ella es la única figura que ha logrado mantenerse en el escenario político durante décadas.

El escritor peruano critica la fugacidad de los políticos en el país y señala que muchos solo legislan en favor de sus propios intereses.

Su vida tiene todos los elementos de una tragedia política. Nació prácticamente dentro del poder, era muy pequeña cuando empezó a desempeñar un papel influyente y, desde entonces, ha dirigido el partido más grande del país. Sin embargo, ha perdido una elección tras otra, ha ido a prisión en más de una ocasión y ha estado envuelta en las zonas más oscuras de la política peruana.

La pregunta es: ¿vale la pena esa vida? ¿El precio que ha pagado justifica su permanencia en el poder? Su historia, llena de derrotas constantes, problemas legales y altibajos, podría ser el eje de un libro. No necesariamente porque sea un personaje admirable, sino porque ha resistido más que los demás, en un país donde los políticos van y vienen en cuestión de semanas.

¿Cuáles son sus proyectos que se aproximan?

Tengo algunos viajes pendientes y, después de eso, planeo encerrarme a pensar en una nueva novela. De hecho, ya tengo una terminada y estamos en conversaciones para definir cuándo será publicada.

Siempre estoy involucrado en distintos proyectos creativos. Actualmente, tengo una obra de teatro que hemos montado en Chile y que también se presentará en Barcelona en noviembre. Además, acabo de participar en una serie de Amazon en Brasil, que ha estado entre las más vistas en la plataforma.

Mis proyectos no se limitan solo a la escritura de libros, sino que incluyen guiones, teatro y televisión. Trabajo como parte de un equipo y lo que realmente me motiva es el proceso de creación. Siempre estoy involucrado en múltiples proyectos, aunque no todos llegan a concretarse, ya que dependen de muchos factores. Sin embargo, la esencia de mi trabajo es seguir escribiendo y explorando nuevas formas de contar historias.

¿De qué trata el libro que terminó de escribir?

Lo que puedo adelantar es que esta historia tiene una conexión más cercana con mi vida que cualquier otra novela que haya escrito hasta ahora.

¿Cuánto tiempo demora en escribir una novela?

El proceso de escritura es difícil de definir en términos de tiempo. Hay un período de gestación en el que las ideas van tomando forma, que puede durar hasta diez años. Luego, viene una etapa de escritura intensa, que generalmente dura alrededor de un año. En el caso de esta novela, pasé por ese proceso hasta hace unos ocho meses, y recién la semana pasada terminé con las últimas correcciones.

En ese sentido, el tiempo de creación de una historia puede ser muy relativo: puede durar entre un año y veinte, dependiendo de cómo se mida el inicio y el final del proceso.