Contrabando sin control: la ruta ilegal entre Perú y Bolivia cerca del Lago Titicaca

Un pequeño pueblo en la frontera, sin oficinas de migración o puestos de aduanas, se ha convertido en un punto clave para el intercambio de productos ilegales como arroz, azúcar y combustibles

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Virupaya, la nueva ruta del contrabando Perú - Bolivia: comerciantes venden productos bolivianos a peruanos | Latina TV

En la región fronteriza de Puno, el pueblo de Virupaya se ha convertido en un punto crítico del contrabando entre Perú y Bolivia. Ubicada a tan solo 215 kilómetros de La Paz y cerca de las aguas del Lago Titicaca, esta comunidad carece de un control estatal efectivo, lo que ha permitido que el contrabando crezca sin restricciones. En lugar de contar con oficinas de migración o puestos de aduanas, Virupaya es una zona desregulada por donde circulan productos bolivianos de todo tipo, desde arroz, azúcar, aceite y fideos hasta combustibles subsidiados, que llegan a Perú para ser vendidos en mercados locales a precios mucho más bajos que los productos nacionales.

Un reportaje de Latina reveló que este comercio ilegal es facilitado por la falta de controles en la frontera. Los productos bolivianos ingresan sin ningún tipo de inspección oficial, siendo descargados en depósitos de apariencia doméstica que operan como centros de acopio. A medida que los productos cruzan hacia el lado peruano, son transferidos a camiones con matrícula peruana y luego distribuidos en ciudades como Huancané, Juliaca y otros municipios cercanos. En este punto de la ruta, la venta de productos es completamente irregular. Los precios son considerablemente más bajos que en las tiendas oficiales, lo que atrae a los comerciantes locales, pero también genera un grave daño para la economía peruana, ya que los productores nacionales no pueden competir con estos precios, perjudicando a las economías locales.

El vacío de control y sus efectos en la seguridad y economía

La situación de violencia e
La situación de violencia e inseguridad en la zona de Virupaya también es preocupante. Composición: Infobae Perú

La situación en Virupaya está lejos de ser un simple problema comercial. La falta de controles ha abierto la puerta a una economía paralela, donde los contrabandistas no solo trafican productos de consumo, sino también mercancías peligrosas. En este contexto, los contrabandistas operan sin temor a la fiscalización. Los comerciantes en Virupaya pueden vender, por ejemplo, gasolina y diésel, los cuales provienen de camiones cisterna bolivianos, y que se revenden en Perú a un precio mucho más bajo que en los grifos oficiales. Esta venta de combustible barato representa una ventaja económica para quienes se benefician del contrabando, pero a la vez afecta gravemente la economía formal y la regulación del mercado en ambos países.

Los productos alimenticios contrabandeados también son más baratos que en las tiendas de Perú, lo que genera un atractivo para los consumidores. Sin embargo, la calidad y la legalidad de estos productos no están garantizadas. En algunos comercios informales, se puede encontrar arroz a 190 soles por quintal, un precio significativamente inferior al de los mercados formales. Esta competencia desleal afecta a los comerciantes peruanos y genera una distorsión en el mercado local.

Además, la situación de violencia e inseguridad en la zona también es preocupante. La ausencia del Estado en Virupaya ha permitido que los contrabandistas operen con impunidad. Algunos informes indican que, en muchas ocasiones, las autoridades no han intervenido a pesar de las denuncias y las evidencias de tráfico de mercancías. Esto pone en evidencia que las economías ilegales no son solo un problema económico, sino también una fuente de delitos asociados, como el tráfico de drogas y el contrabando de armas, que amenazan la seguridad en la región. Las historias de personas que intentan grabar el contrabando y que son amenazadas con armas para que no documenten la actividad ilegal, son una clara muestra de los riesgos que enfrentan quienes intentan denunciar estos hechos. La falta de control y la ausencia de una estrategia estatal efectiva en Virupaya dejan a los ciudadanos vulnerables a estos peligros.

Las consecuencias del descontrol en la frontera

Contrabando de combustibles y otros
Contrabando de combustibles y otros productos en la frontera de Perú y Bolivia. (Foto: Agencia Andina)

Virupaya no es un caso aislado. El fenómeno del contrabando afecta a toda la región fronteriza, extendiéndose a otras zonas de Puno y más allá. La ausencia del Estado en este territorio, como mencionan algunos testimonios de la zona, es un factor determinante para la proliferación del contrabando. Los agentes de la Policía Nacional de Perú han identificado múltiples pasos irregulares en la frontera, pero la falta de presencia aduanera y migratoria ha hecho que estos puntos se conviertan en rutas abiertas para los contrabandistas.

La situación también se ve agravada por las condiciones de pobreza que enfrentan muchas personas en la zona, lo que hace que el contrabando se perciba como una opción rentable para sobrevivir. La falta de empleo formal, sumada a la ausencia de infraestructura adecuada, ha llevado a que muchas familias dependan de este mercado informal para subsistir. Esto perpetúa un ciclo de desigualdad y criminalidad, donde las economías ilegales se han institucionalizado, favoreciendo a ciertos actores a expensas de la legalidad y la estabilidad de la economía local.