
El número de casos de tos ferina registrados a nivel nacional ha presentado un incremento alarmante para las autoridades sanitarias. El impacto de esta enfermedad respiratoria es tal que solo en las 11 primeras semanas del 2025 se han reportado 291 pacientes, cifra que ya supera los 251 identificados en todo el año 2024.
El mal respiratorio, que consiste en ataques de tos severa y que puede extenderse por periodos de tiempo de hasta dos meses, es altamente contagiosa y se corre el riesgo de que sea mortal en caso de que no se trate a tiempo.
Según el doctor César Munayco, director general del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC MINSA), solo en los tres primeros meses de este año, ya se han registrado al menos dos muertes de menores de edad en todo el Perú: una en el distrito de Belén, en Iquitos; y otro en el distrito de Pachacamac, en Lima.

¿Cómo prevenir la tos ferina en niños?
Según el Ministerio de Salud (Minsa), la forma de prevención en menores de cinco años es por medio de una vacuna pentavalente que es administrada de manera gratuita y que, además de proteger a los niños y niñas contra esta enfermedad respiratoria, los protege contra otros males como difteria, tétanos, hepatitis B y Haemophilus influenza tipo b.
El Minsa también indica que la vacuna requiere de tres dosis: a los 2, 4 y 6 meses de nacidos. Luego, al año y medio de edad y a los 4 años deben recibir dos refuerzos mediante la vacuna DPT, que protege a los menores contra la difteria, tos ferina y tétanos. Los niños estarán protegidos una vez que se haya completado este esquema de vacunación.
¿Cuáles son los síntomas de la tos ferina?
Según la directora ejecutiva de Inmunizaciones del Minsa, Magdalena Quepuy Izarra, explicó que los síntomas de la tos ferina son similares a los de un resfriado común en sus primeros días. Esto hace que la enfermedad sea muy contagiosa si otra persona tiene contacto directo con secreciones nasales o de la garganta de la persona infectada.

Entre los síntomas más comunes de la tos ferina se encuentran:
- Congestión nasal, estornudos y fiebre leve en etapas iniciales.
- Tos persistente y violenta, acompañada de dificultad para respirar y posible sonido agudo al inhalar.
- Vómitos y fatiga tras episodios de tos.
- En bebés, puede presentarse apnea, cianosis y pausas respiratorias.
¿Cómo es el tratamiento de la tos ferina?
El tratamiento de la tos ferina incluye el uso de antibióticos, como azitromicina o eritromicina, para eliminar la bacteria y prevenir la propagación de la enfermedad, especialmente en las primeras etapas. Es importante mantener al paciente en aislamiento durante las primeras tres semanas tras el inicio de los síntomas o hasta completar cinco días de tratamiento antibiótico.
En los casos más graves, como en bebés o niños pequeños, puede ser necesaria la hospitalización, sobre todo si hay complicaciones como apnea o dificultad para alimentarse, con apoyo de oxígeno y cuidados especializados.
Se recomienda garantizar una adecuada hidratación para prevenir la deshidratación y ofrecer comidas pequeñas y frecuentes para evitar crisis de tos o vómitos. Además, se debe mantener al paciente en ambientes tranquilos, sin exposición a irritantes como humo o polvo, para reducir los episodios de tos.