Un reciente informe encendió las alarmas sobre la seguridad de distintos puentes vehiculares en Lima, utilizados diariamente por miles de personas. Según reportó Punto Final, son cinco las infraestructuras que, de acuerdo a la empresa concesionaria Rutas de Lima, se encuentran en estado crítico, hecho por el que remitieron documentos desde el 2014 a la Municipalidad de Lima, solicitando acciones inmediatas para su recuperación estructural.
En una de las más recientes comunicaciones, la compañía destacó que la situación requiere una atención prioritaria debido al nivel de riesgo que implica para los usuarios. Además, recordó que la responsabilidad de garantizar la seguridad de estas infraestructuras recae exclusivamente en la Empresa Municipal de Apoyo a Proyectos Estratégicos (Emape), entidad que depende del municipio liderado por Rafael López Aliaga.
¿Cuáles son los puentes en Lima que están en riesgo?
Los puentes mencionados en el informe son puntos clave en la red vial de Lima, conectando importantes zonas de la ciudad y facilitando el tránsito de vehículos particulares, transporte público y carga pesada. Se trata de los siguientes:
- Puente Chillón
- Puente Atocongo
- Puente Alipio
- Puente Lurín
- Puente Conchán

El puente Chillón, construido en 1952 y ubicado en la Panamericana Norte, es el más antiguo de los mencionados. Este puente, que conecta Lima con el norte chico y el megapuerto de Chancay, soporta un tránsito cada vez más intenso. Según el informe técnico, presenta un alto grado de corrosión en sus varillas metálicas internas, además de fisuras visibles en su estructura. Estas condiciones lo hacen vulnerable tanto al desgaste por uso como a eventos sísmicos, ya que no cumple con las normativas actuales de resistencia sísmica. El ingeniero civil Darwin de la Torre, docente de la Universidad de Lima, explicó que los daños en el metal interior han sido resanados de manera temporal, pero esto no soluciona el problema de fondo.
El puente Atocongo, ubicado en San Juan de Miraflores, enfrenta un problema diferente. Este puente ha sido impactado más de 100 veces por vehículos de gran tamaño entre 2015 y 2024, según los registros. Estos accidentes han dejado expuestos los aceros secundarios de la estructura, lo que ha generado corrosión y debilitamiento. El informe técnico recomienda la construcción de una estructura de sacrificio para absorber futuros impactos y proteger el puente principal.
El puente Alipio, también en SJL, muestra deformaciones en su bóveda superior, detectadas desde 2022. En respuesta, Rutas de Lima instaló un refuerzo metálico provisional que, hasta la fecha, sigue en uso. El informe técnico señala que este apuntalamiento no es una solución definitiva y requiere inspecciones constantes para garantizar la seguridad del puente.
El puente Lurín, si bien no presenta daños estructurales significativos, su proximidad al río lo hace vulnerable a crecidas. Durante fenómenos climáticos como El Niño en 2017 y Yaku en 2023, el aumento del caudal representó un riesgo para la estabilidad del puente. El informe técnico recomienda un estudio de riesgo hídrico para evaluar posibles daños futuros.

Pese a la gravedad de lo expuesto, el caso más crítico es el del puente Conchán, cerca del peaje de la Panamericana Sur. Este puente soporta un tránsito constante de vehículos pesados, lo que ha generado una deflección de hasta 6 centímetros en su tablero, cuando el límite aceptable es de 1 centímetro. Además, las zapatas y columnas del puente son insuficientes para soportar las cargas actuales, y el suelo sobre el que se asientan carece de la resistencia necesaria. Esto podría provocar un colapso si no se toman medidas inmediatas, como restringir el paso de vehículos pesados y realizar una evaluación exhaustiva.
¿Qué dijo la Municipalidad de Lima?
En respuesta a estas advertencias, el vocero de la Municipalidad de Lima, Mario Casaretto, expresó su descontento por la forma en que se manejó la comunicación por parte de Rutas de Lima. Lejos de un mea culpa, Casaretto afirmó que “nadie se ha acercado a hablar” con las autoridades municipales y calificó esta falta de contacto directo como “una falta de respeto a la municipalidad”. Asimismo, señaló que, si bien se enviaron cartas, la empresa debió haber tomado la iniciativa de acercarse personalmente para discutir la situación.