
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa grave que afecta principalmente a los pulmones, pero que también puede afectar otros órganos del cuerpo. En nuestro país, más de 29 mil personas se ven afectadas por esta enfermedad cada año, lo que convierte al Perú en el segundo país de América con el mayor número de casos de tuberculosis.
Esta enfermedad se transmite de persona a persona a través del aire cuando alguien infectado tose o estornuda, liberando bacterias en el ambiente. Aunque la enfermedad es curable con un tratamiento adecuado, si no se detecta y trata a tiempo, puede provocar graves complicaciones e incluso la muerte.
En el marco del Día Mundial de la Tuberculosis, que se conmemora cada 24 de marzo, es importante dar a conocer los síntomas de esta enfermedad para identificarla a tiempo y buscar la atención médica adecuada.
¿Cuáles son los síntomas de la tuberculosis?

La tuberculosis tiene una serie de síntomas característicos, pero puede ser difícil de identificar en sus primeras etapas, ya que muchos de ellos son similares a los de otras enfermedades respiratorias. Sin embargo, cuando la tuberculosis no se trata, los síntomas pueden volverse más graves. Los síntomas principales incluyen:
- Tos persistente: la tos es uno de los primeros signos de la tuberculosis pulmonar. Suele durar más de tres semanas y puede ir acompañada de esputo (moco) espeso. En casos más avanzados, la tos puede volverse más severa y producir sangre o sangre mezclada con esputo. Esto es conocido como hemoptisis y es un síntoma de que la infección está afectando gravemente los pulmones.
- Fiebre: las personas con tuberculosis suelen experimentar fiebre, que generalmente es de bajo grado al principio, pero puede volverse más alta con el tiempo. La fiebre puede estar acompañada de sudores nocturnos, lo que lleva a la persona a despertarse empapada en sudor durante la noche.
- Pérdida de peso: uno de los síntomas comunes de la tuberculosis es la pérdida de peso involuntaria y sin razón aparente. Esta pérdida de peso puede ser significativa y acompañarse de una sensación general de debilidad y fatiga.
- Fatiga y debilidad general: las personas con tuberculosis a menudo se sienten extremadamente cansadas y débiles, incluso después de descansar. La debilidad puede ser tan severa que afecta la capacidad de realizar actividades diarias normales.
- Dolor en el pecho: en etapas más avanzadas de la enfermedad, la persona puede experimentar dolor en el pecho, que puede empeorar al toser o al respirar profundamente. Esto se debe a la inflamación de los pulmones y los tejidos circundantes.
- Dificultad para respirar: en los casos graves de tuberculosis, cuando la enfermedad afecta gravemente los pulmones, la persona puede experimentar dificultad para respirar o sentirse corta de aire, especialmente al hacer esfuerzo físico.
- Sudores nocturnos: los sudores nocturnos son una señal común en la tuberculosis activa. Las personas infectadas suelen despertar en medio de la noche debido a la excesiva sudoración.
Es importante destacar que la tuberculosis no siempre causa todos estos síntomas, y algunos pueden ser más leves que otros. Además, la tuberculosis puede afectar otros órganos fuera de los pulmones, como los riñones, la columna vertebral o el cerebro, lo que puede provocar síntomas adicionales dependiendo de la ubicación de la infección.
¿Cómo prevenir la tuberculosis?

La tuberculosis es una enfermedad prevenible, y existen varias medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de infección:
- Vacunación: en muchos países, incluido Perú, la vacuna BCG (Bacilo de Calmette-Guérin) se administra a los recién nacidos para protegerlos de la tuberculosis grave, especialmente la forma extrapulmonar. Si bien esta vacuna no previene la infección en su totalidad, sí reduce el riesgo de formas graves de la enfermedad.
- Detección temprana y tratamiento: las personas que presentan síntomas de tuberculosis deben buscar atención médica lo antes posible. Si se detecta a tiempo, la tuberculosis se puede tratar eficazmente con antibióticos. El tratamiento suele durar varios meses, por lo que es fundamental seguir las indicaciones del médico para evitar que la infección progrese o se vuelva resistente a los medicamentos.
- Ventilación adecuada: la tuberculosis se transmite por el aire, por lo que mantener los espacios bien ventilados es fundamental para evitar la propagación de la enfermedad. En lugares cerrados, la circulación de aire ayuda a reducir la concentración de bacterias en el ambiente.
- Uso de mascarillas: las personas con tuberculosis activa deben usar mascarillas para evitar transmitir la enfermedad a otras personas, especialmente cuando estén en contacto con familiares o en lugares públicos.
- Higiene respiratoria: al toser o estornudar, es importante cubrirse la boca con un pañuelo desechable o el codo para evitar que las bacterias se propaguen al aire. También es fundamental lavarse las manos frecuentemente para prevenir la transmisión.